Se juntan y coinciden hoy, 1º de Mayo, muy diversas celebraciones, festividades y fechas o momentos del año muy señalados. Y casi resultaría imposible armonizarlos o compatibilizarlos, según a mí me parece. Ya desde ayer, me sorprendió ver las calles y plazas de Madrid repletas de puestos de flores. Parece ser que ello se debía a que hoy es "El Día de la Madre". Lo escribo con mayúscula -lo de madre- no se muy bien por qué. Sin duda, estoy pensando en nuestra Madre del Cielo, en la Madre de todos y para todos, y a Ella ya le dediqué un reciente recuerdo, como ya ayer mismo me ocupé de rendir mi breve pero muy cariñosos homenaje al Papa Juan Pablo II, que hoy mismo será beatificado en Roma. Puedo pensar también perfectamente en todas las madres de la Tierra, guapas o feas, buenas o malas. No hay madre mala para un buen hijo, porque la madre es una figura entrañablemente insustituible en la vida de todo hombre. Pero, desde hace ya tiempo procuro siempre huir de esa monserga de los "Días", sean de la Madre o de cualquier otra cosa, mucho más si los inventa "El Corte Inglés" -como es el caso- para vender más y más, arrastrando con ello hasta a los vendedores callejeros. En realidad, tal mastodóntica firma comercial, tan sólo heredó tan brillante y "sentimental" idea del propietario de otra similar y, a su vez, también asturiano y hasta pariente. Pese a ello, he decidio dedicar mi entrada de hoy a la Madre y a todas las madres, sin "Día" alguno, desde luego, que no hacen falta días para acordarse de la madre, sobre todo, para quienes ya no las tenemos en este mundo junto a nosotros y, por este mismo motivo, mucho más, viven permanentemente en nuestro corazón. Porque, lo que es de la otra "festividad", o celebración, o lo que sea, de esa utopía, una de las más falsas, engañosas y lucrativas para quienes la fomentan y se sitúan "al frente de la pancarta", de esa, ni quisiera acordarme. Lo hago únicamente, para, casi gritar, "¡basta ya de mentiras y de inútiles semianafabetos...!". Se lo digo, pese a que sea inútilmente, a los Sindicatos españoles, esas sórdidas organizaciones que parasitan los Presupuestos Generales del Estado, en lugar de subsitir merced a las cuotas de sus afiliados, con la única finalidad de pastelear con los Gobiernos de su propia cuerda, para vender a los trabajadores, incluso cuando la situación, como la presente, debería llevarlos -según sus particulares técnicas al uso- a marchar sobre la Moncloa... con dinamita. Así lo anunciaron una vez los mineros asturianos, ¿ya no lo recuerda nadie?: "La próxima visita, será con dinamita..." Qué buena idea. Eso, ¿por qué no se llevan ustedes los sindicalistas, si no con dinamita, aunque sea envuelto en papel de celofán con un lazo, a ese inútil total que, no sólo ha condenado al hambre a los trabajadores, sino a casi tres cuartas partes del país? ¿Por qué no se lo llevan? Miren ustedes, les invito a ver el siguiente "chiste":
¿Qué les ha parecido? ¿Les gusta?. Bueno a los jerifaltes les dá igual, porque ellos ya viven como reyes, aun siendo tan "republicanos" y tan "rojos", y pretenden seguir viviendo de tal real manera -es decir sin dar golpe ni servir para nada útil- gracias a la ceguera de sus fanáticas masas, incapaces de darse duenta, año tras año, de la apocalíptica mentira que les hacen vociferar. ¿Por qué no se quedan en su casa, en lugar de atascar la calle?
¡Bueno...! No se desanimen, hombres... y mujeres. Sólo tienen que pensar en serio que tan sólo se puede distribuir la riqueza, y para ello hay que trabajar duro. La pobreza, tan sólo se puede compartir, cristianamente... Se lo digo a los pobres del mundo, a esa "famélica legión", que sigue sin enterarse... Y, desde luego, no creo que sea el momento más oportuno, pero por mí no hay inconveniente, pueden seguir ustedes cantando ese bellísimo himno, tan falso, más falso que Judas. Que nadie se prive. Luis Madrigal.-