jueves, 1 de abril de 2010

JUEVES SANTO (III)



ADORO TE DEVOTE

Te adoro devotamente, oculta Deidad
que bajo estas sagradas especies te ocultas verdaderamente:
A ti mi corazón totalmente se somete,
pues al contemplarte, se siente desfallecer por completo.

La vista, el tacto, el gusto, son aquí falaces,
sólo con el oído se llega a tener fe segura:
Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios:
nada más verdadero que esta palabra de Verdad. 


JUEVES SANTO (II)





SI TÚ VIVES EN MÍ, MORIR NO IMPORTA


Que tu Cuerpo, Señor, esté tan vivo
en un trozo de pan, que yace oculto
en oscuro rincón y que, insepulto,
dentro de mí, puedas estar cautivo,

es Misterio que, a mi vivir esquivo,
hace temblar cuando mi vida ausculto
y suspirar, sabiendo que te insulto
cuando ese Pan, indigno yo recibo.

Mas, temo por mi vida, si no vienes,
que débil soy, Señor, que estoy muriendo,
exhausto y malherido, en mil vaivenes.

Que ya ni puedo oír, con tanto estruendo,
ni me importa morir, entre desdenes,
si dentro de mi pecho estás viviendo


Luis Madrigal





ALABANZAS EN REPARACIÓN DE LAS BLASFEMIAS


Bendito sea Dios.
Bendito sea su Santo Nombre.
Bendito sea Jesucristo, verdadero Dios y verdadero Hombre.
Bendito sea el Nombre de Jesús.
Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
Bendita sea su Preciosísima Sangre.
Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
Bendito sea el Espíritu Santo paráclito.
Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
Bendita sea su gloriosa Asunción.
Bendito sea el Nombre de María, Virgen y Madre.
Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.



ODA AL SANTÍSIMO SACRAMENTO

 I

Exposición


Cantaban las mujeres por el muro clavado
cuando te vi, Dios fuerte, vivo en el Sacramento,
palpitante y desnudo, como un niño que corre
perseguido por siete novillos capitales.
Vivo estabas, Dios mío, dentro del ostentorio.
Punzado por tu padre con agujas de lumbre.
Latiendo como el pobre corazón de la rana
que los médicos ponen en el frasco de vidrio.
Piedra de soledad donde la hierba gime
y donde el agua oscura pierde sus tres acentos,
elevan tu columna de nardo bajo nieve
sobre el mundo de ruedas y falos que circula.
Yo miraba tu forma deliciosa flotando
en la llaga de aceites y paño  de agonía,
y entornaba mis ojos para dar en el dulce
tiro al blanco sin insomnio sin un pájaro negro.
Es sí, Dios andando, como quiero tenerte.
Panderito de harina para el recién nacido.
Brisa y materia juntas en expresión exacta
por amor de la carne que no sabe tu nombre.
Es así, forma breve de rumor inefable,
Dios en mantillas, Cristo diminuto y eterno,
repetido mil veces, muerto, crucificado
por la impura palabra del hombre sudoroso.
Cantaban las mujeres en la arena sin norte,
cuando te vi presente sobre tu Sacramento.
Qiuinientos  serafines de resplandor y tinta
en la culpa neutra gustaban tu racimo.
¡Oh, forma limitada para expresar concreta
muchedumbre de luces y clamor escuchado!
¡Oh nieve circundada por témpanos de música!
¡Oh llama crepitante sobre todas las venas!


II

Mundo


Noche de los tejados y la planta del pie,
silbaba por los ojos de las palomas,
alga y cristal en fuga ponen plata mojada,
los hombres del cemento de todas las ciudades.
La gillete descansa sobre los tocadores
con su afán impaciente de cuello seccionado.
En la casa del muerto los niños perseguían
una sierpe de arena por el rincón oscuro.
Escribientes dormidos en el piso catorce.
Ramera con los senos de cristal arañado.
Cables y media luna con temblores de insecto.
Bares sin gente. Gritos, cabeza por el agua.
Para el asesinato del ruiseñor venían
tres mil hombres armados de lucientes cuchillos,
viejas y sacerdotes lloraban resistiendo
una lluvia de lenguas y hormigas voladoras.
Noche de rostro blanco. Nula noche sin rostro.
Bajo el sol y la luna. Triste noche del mundo.
Dos mitades opuestas y un hombre que no sabe
cuando una mariposa dejará los relojes.
Debajo de las alas del dragón hay un niño.
Caballitos de cardio por la estrella sin sangre.
El unicornio quiere lo que la rosa olvida,
y el pájaro pretende lo que las aguas vedan.
Sólo tú Sacramento de luz en equilibrio
aquietaba la angustia del amor desligado.
Sólo tu Sacramento, manómetro que salva
corazones lanzados a quinientos por hora.
Porque tu signo es clave de llanura celeste
donde naipe y herida se entrelazan cantando,
donde la luz desboca su toro relumbrante
y se afirma el aroma de la rosa templada.
Porque tu signo expresa la brisa y el gusano.
Punto de unión y cita del siglo y del minuto.
Orbe claro de muertos y hormiguero de vivos
con el hombre de nieves y el negro de llama.
Mundo ya tienes meta para tu desamparo.
Para tu horror perenne de agujero sin fondo.
¡Oh Cordero cautivo de tres voces iguales!
¡Sacramento inmutable de amor y disciplina!


Federico García Lorca
 
 




DIOS MALGASTADO


¿Cómo es posible, oh Dios, que cada día
yo levante tu Sangre entre mis manos
y que mis labios sigan siendo humanos
y que mi sangre siga siendo mía?

Treinta años sacerdote, y todavía
nada sé de tu amor, y he vuelto vanos
tus doce mil prodigios soberanos
y doce mil millones perdería.

¡No vengas más! ¡Refúgiate en tu cielo
o búscate otras manos más amigas!
¡Yo soy capaz de congelar tu fragua!

Me das amor, y te lo torno hielo.
Siembras tu Carne, y te produzco ortigas.
Viertes tu sangre, y la convierto en agua.


José Luis Martín Descalzo 




 
NUESTROS HERMANOS BRITÁNICOS
TAMBIÉN ADORAN
AL SANTÍSIMO SACRAMENTO






DANZA LITÚRGICO-SACRAMENTAL POST-CONCILIAR
DE LA JUVENTUD ITALIANA



JUEVES SANTO (I)



ESTÁ LA MIES MADURA

Está la mies madura, y con el grano
de aquella espiga rubia que levanta
su erguido talle transparente al cielo,
se hará el pan. Con el prieto racimo
de vid temprana y dulce, el vino generoso


Alphonso Carbajal







ALÉGRATE ALMA MÍA

Si en pan tan soberano,
se recibe al que mide cielo y tierra;
si el Verbo, la Verdad, la Luz, la Vida
en este pan se encierra;
si Aquel por cuya mano
se rige el cielo, es el que convida
con tan dulce comida
en tal alegre día.

¡Oh cosa maravillosa!
Convite y quien convida es una cosa,
alégrate alma mía,
pues tienes en el suelo
tan blanco y lindo pan como en el cielo.


Miguel de Cervantes Saavedra



OVEJA PERDIDA, VEN

Oveja perdida, ven
sobre mis hombros, que hoy
no sólo tu pastor soy,
sino tu pasto también.

Por descubrirte mejor
cuando balabas perdida
dejé en un árbol la vida
donde me subió el amor;
si prenda quieres mayor,
mis obras hoy te la dan.

Pasto, al fin, hoy tuyo hecho,
¿cuál dará mayor asombro,
o al traerte yo al hombro
o el traerme tú en el pecho?
Prenda son de amor estrecho
que aun los más ciegos las ven. 


 Luis de Góngora y Argote


TEMORES EN EL FAVOR

 Cuando en mis manos, Rey Eterno, os miro
y la cándida vícima levanto,
de mi atrevida indignidad me espanto
y la piedad de vuestro pecho admiro.

Tal vez el alma con temor retiro,
tal vez la doy al amoroso llanto;
que arrepentido de ofenderos tanto,
con ansias temo y con dolor suspiro.

Volved los ojos a mirarme humanos;
que por las sendas de mi amor siniestras
me despeñaron pensamientos vanos.

No sean tantas las miserias nuestras
que a quien os tuvo en sus indignas manos
vos le dejéis de las divinas vuestras.


Felix Lope de Vega Carpio



EUCARISTÍA


Amor de ti nos quema, blanco cuerpo;
amor que es hambre, amor de las entrañas;
hambre de la palabra creadora
que se hizo carne; fiero amor de vida
que no se sacia con abrazos, besos,
ni con enlace conyugal alguno.
Sólo comerte nos apaga el ansia,
pan de inmortalidad, carne divina.
Nuestro amor entrañado, amor hecho hambre,
¡oh Cordero de Dios!, manjar Te quiere;
quiere saber ardor de tus redaños,
comer tu corazón, y que su culpa
como maná celeste se derrita
sobre el ardor de nuestra seca lengua,
que no es gozar en Ti; es hacerte nuestro,
carne de nuestra carne, y tus dolores
pasar para vivir muerte de vida.
Y tus brazos abriendo como en muestra
de entregarte amoroso nos repites:
"¡Venid, comed, tomad: esto es mi cuerpo!"
¡Carne de Dios, verbo encarnado, encarna
nuestra divina hambre carnal de Ti!

                                                       Miguel de Unamuno





En la foto sobre estas líneas el Paso "La Sagrada Cena", del imaginero Víctor de los Ríos, de la Hermandad de Santa Marta, que desfila rodado, cada noche de Jueves Santo, en León, mi Ciudad.