UNA GOTA DE AGUA
Una gota de agua, llevada por el viento, quiere caer sobre un arroyo seco.
¿De qué me servirás…?, clama el arroyo, arrastrando sus restos polvorientos. Mi
lecho se ha agrietado y los rayos del sol se ciernen cada día sobre mis
entrañas, hasta calcinarlas, arrasando de mi lecho la hierba y la vida. ¡Confía
en mí -dice la gota, esperanzada- detrás de mí vendrán muchas, más grandes,
capaces de inundar tu cauce sediento y de hacer brotar mil flores en tus
orillas! Cuando llegues al río, nada habrás de envidiar a los que, en
torrentera, rompieron el hielo de la Montaña y licuaron la nieve, para inundar
los valles y las vegas. Estas tuyas, que ahora amarillean y llaman al jaramago,
pronto se vestirán de fulgor, tan verde y esplendoroso que las aves del cielo
volarán hasta sus árboles y se posarán alegres cantando sobre sus ramas.
Luis Madrigal
Madrid, 9 de Marzo de 2012
10,30 horas