ERA UNA VELA ENCENDIDA
Era una vela encendida
que alumbraba con su cera.
Yo velaba aquella espera…
Sobre una mesa pulida,
un nombre resplandeciente
sin terminar su grafía,
conmovía mi desvelo
y, en vez de cambiar de estancia,
me enamoré y, mi constancia,
terminó mirando al cielo.
Luis Madrigal