jueves, 28 de marzo de 2013

JUEVES SANTO



TRES SONETOS A JESÚS SACRAMENTADO
EN LA EUCARISTÍA

I


BENDÍCENOS, SEÑOR


Bendícenos, Señor, y hazte presente
en ese pan que alienta la mañana
y que, en la noche oscura, cual campana,
despierta la alegría permanente.

Con tu Luz, la Verdad en nuestra mente
brille a la luz del sol. Y soberana,
habite en nuestro pecho la besana
y  -aquel fuego que ardió-  hoy siga ardiente.

Envíanos tu Viento, y al que espera,
-tan pobre, triste, solo, quizá hambriento-
hallar nuestra palabra, dondequiera

pueda encontrarse, aun sucio y harapiento,
llevarle tu consuelo y tu bandera,
librarle de un solar duro y sangriento.



II


TU CUERPO Y SANGRE NOS DEJASTE


Esa brizna de pan, amable y cierta,
que oculta los arcanos de la Esencia,
a esta ruina, sin ser, que es mi existencia,
alienta y fortalece, aunque esté muerta.

De tu costado, aún la herida abierta,
el fruto de la vid  -en apariencia-
a borbotones brota, y la creencia
de ser tu cuerpo y sangre en mí despierta.

Cuando me acerco a Ti, casi temblando,
cargado de quebranto y resquemores,
de mi osadía vil siempre me espanto.

Mas, óyeme: Si me has amado tanto,
no me dejes así, entre dolores,
por este oscuro Valle suspirando.



III


SI TÚ VIVES EN MÍ, MORIR NO IMPORTA


Que tu Cuerpo, Señor, esté tan vivo
en un trozo de pan… Que yazca oculto
en oscuro rincón y que, insepulto,
dentro de mí, puedas estar cautivo,

es Misterio que, a mi vivir esquivo,
hace temblar cuando mi vida ausculto
y suspirar, sabiendo que te insulto
cuando ese Pan, indigno, yo recibo.

Mas, temo por mi vida, si no vienes,
que débil soy, Señor, que estoy muriendo,
exhausto y malherido, en mil vaivenes.

Que ya ni puedo oír, con tanto estruendo,
ni me importa morir, entre desdenes,
si dentro de mi pecho estás viviendo.



Luis Madrigal





En la imagen superior
el cuadro "LA SAGRADA CENA"
del pintor español Vicente Juan Macip,
llamado Juan de Juanes
(Fuente la Higuera, Valencia, 1523 - Bocairente, Valencia, 1579)