19.A la tarde de ese mismo día, el primero de la semana, y estando, por miedo a los judíos, cerradas las puertas (de) donde se encontraban los discípulos, vino Jesús y, de pie en medio de ellos, les dijo: "¡Paz a vosotros!" 20.Diciendo esto, les mostró sus manos y su costado; y los discípulos se llenaron de gozo, viendo al Señor. 21.De nuevo les dijo: "¡Paz a vosotros! Como mi Padre me envió, así Yo os envío". 22.Y dicho esto, sopló sobre ellos, y les dijo: "Recibid el Espíritu Santo: 23.A quienes perdonaréis los pecados, les quedan perdonados; y a quienes se los retuviereis, quedan retenidos".
Estaban con "las puertas cerradas por miedo a los judíos". Hoy, cuando, aproximadamente se cumplen mil novecientos setenta y siete años del nacimiento de la Iglesia, seguimos con las puertas cerradas. Nuestros miedos son ahora distintos. Miedo a vivir con la verdad en nuestros labios. Miedo a morir para que otro viva. ¡Son tantos nuestros miedos!. Pero, Jesús, sigue a nuestro lado. Se ha puesto en pie en medio de nosotros, y nos dice, como les dijo entonces a aquellos hombres: ¡Paz a vosotros!. Recibid el Espíritu Santo. Como mi Padre me envió, así Yo os envío. ¿Qué pueden importar la progresiva falta de fe, los errores del pasado, los curas pederastas, nuestro propio egoísmo...? Si abrimos las puertas, de par en par, por ellas entrará el Espíritu de Dios, se adueñará de nosotros, nos abrasará con su Fuego y, aunque hablemos y hablen distintas lenguas cuántos nos escuchen, todos nos oirán y entenderán en la misma. ¡Abrid las puertas!. Salid a la calle y gritad a los cuatro vientos: El Espíritu está con nosotros... El Espíritu del Amor. Luis Madrigal
En realidad, debería hablar de dos y dos, es decir de cuatro: Dos grandes músicos y también dos grandes pintores. Pero sucede que, de uno de estos dos últimos, apenas se sabe nada y, sobre todo no hay manera de encontrar, no una fotografía, sino algún autoretrato, o retrato efectuado por otro pintor. Su nombe fue el de Jacques-André-Joseph Aved (Douai, 1702-París, 1776), retratista francés de origen flamenco, que pasó su juventud en Amsterdam y recibió la influencia de Rembrandt, hasta el punto de haber adquirido la Susana en el baño. En 1721, viajó a París, triunfando como retratista de la burguesía parisina y en el mundo de la cultura francesa. Fruto de su obra es precisamente el retrato del primero de los dos grandes músicos, a los que me refería, la máxima cota, a mi modesto juicio del barroco francés: Jean Philippe Rameau, cuyo retrato más celebre y coniocido se ofrece seguidamente:
Jean-Philippe Rameau, nació en Dijon, el 25 de Septiembre de 1683 y murió también, como su pintor, en París, el 12 de Septiembre de 1764. Rameau, clavecinista, teórico musical y compositor, me parece a mí la figura que alcanza el máximo esplendor de la música barroca francesa, para marcar el apogeo del Clasicismo. Muy por encima de Couperin y, mucho más aún del arribista Lully, que como todos los "trepadores" de oficio, dominó la Francia de Luis XIV, el Rey Sol, dentro y fuera de la Música. La obra de Rameau, es eminentemente lírica y por ello fué atacado por quienes preferían el estilo de Lully en la ópera francesa. La obra más conocida, y quizá también la más brillante de Rameau, es la ópera "Les Indes galantes" (1735). Pero también son famosas sus obras de clavecín, "Le Tambourin", "L´Entretien des Muses" y otras, que posteriormente fueron interpretadas al piano, del mismo modo que las obras de Bach o Scarlatti. Rameau, es considerado por la crítica como el músico francés más importante antes del siglo XIX. A continuación, me complace ofrecer alguna de las obras citadas:
El otro gran músico al que quería referirme hoy es un español, un santanderino, nacido en Castro Udiales, en 1913, y por tanto asi coetáneo al día de hoy, y desde luego absolutamente contemporáneo. Su nombre era muy largo, porque se llamaba, nada menos, que Ataúlfo Exuperio Martín de Argenta Maza. Profesor de Piano del Conservatorio de Kassel (Alemania), Director de la Orquesta Nacional de España, en la que sustituyó al ilustre Pérez Casas. Su hijo, Fernando Argenta ha sido hasta hace muy poco un excelente divulgador de la Música Clásica en TV, en especial entre los niños, hasta que los políticos que hoy gobiernan decidieron marginarle y, con ello, causar un grave daño a tantos como podrían haberse inciado en este noble Arte. De Argenta, Don Ataúlfo, sí que tenemos un gran retrato, efectuado por un gran pintor, también rabiosamente actual. El retrato, dirigiendo a su Orquesta, muy posiblemente la Nacional de España (ONE), es de corte hiperrealista, como corresponde a su autor, máxima figura española en este género, y del que hablaremos finalmente. De momento este es el retrato de Ataúlfo Argenta:
Ataúlfo Argenta, retratado batuta en mano por Antonio López
Y este es Antonio López:
El pintor hiperreralista Antonio López, en un grabado de
Francisco Dominguez Penis
Antonio López García, nació en Tomelloso (Ciudad Real), el día 6 de Enero de 1936. Mal año, para nacer en España, que pronto iba a desangrase entre sus propios hijos. Desde la plena y más honda Mancha, la de Don Quijote y Sancho, Antonio López, con apenas trece años, viene a Madrid para preparar su ingreso en la Escuela de Bellas Artes. Acumula premios en la primera mitad de la década de los cincuenta y, junto a Amalia Avia e Isabel Quintanilla, integra un grupo que comienza a ser conocido e identificado como "realista". Ellos, pintan lo que ven y tal y como lo ven que, muy en general, es como lo ven la inmensa mayoría de las personas. Pero la rotunda definición de los volúmenes, la inquietud por la solidez plástica y por la composición exacta, le lleva a interesarse por Cézanne y hasta por el cubismo. Pero, a partir de 1960, la obra de Antonio López experimenta un giro rotundo en la búsqueda y creciente interés por la fidelidad en la representación, con total independencia de su contenido. A eso es a lo que comienza a llamarse "realismo mágico", expresión que el pintor siempre ha rechazado. Mucho más feliz y sencilla resulta por su verosimilitud lo que Brenson ha calificado como "el sentido de la densidad de lo que llamamos el mundo visual". Son primero, las Calles de su Tomelloso natal, las que adquieren ese tinte de realidad visual, y a ella le siguen las vistas panorámicas de Madrid. Ello le ha valido a Antonio López el triunfo nacional e internacional, desde que en 1965 y 1968, expone en la Staempfli Gallery de Nueva York. En la gran antología celebrada en 1993 en el Museo Reina Sofía, de Madrid, Antonio López alcanza la consagración como un artista de talla universal. Seguidamente, tengo el gusto de ofrecer una de las más significativas muestras de la pintura hiperrealista de Antonio López, en este año en que, precisamente, se celebra el Centenario de la Gran Vía de Madrid:
¿Qué barbaridad...! Acabo de darme cuenta de que llevo exactamente siete días sin aparecer por esta humilde ventana. Tengo que decir, es verdad, que he tenido numerosas ocupaciones, pero sobre todo que estoy muy triste, especialmente triste, y mi ánimo, sin duda, se ha resistido, aún inconscientemente, a decir nada. ¿Para qué decir nada? ¿De qué vale? Estoy triste porque me he visto obligado, fundamentalmente en honor a los recuerdos, más que a ninguna especie de materialismo, o de interés por las cosas, ha acudir a la vía jurisdiccional penal, no ya profesionalmente, en defensa de intereses ajenos, que es mi pobre oficio, sino en mi propio nombre, para interponer una querella por el "presunto" delito de apropiación indebida contra dos pobres desgraciados, sin duda más que otra cosa. Resulta que una de mis hermanas, a la que quise especialmente, me dejó en herencia su Piso-Vivienda y, para poner mantenerlo, me he visto obligado a proceder a su arrendamiento. Sólo así, puedo conservarlo, también más que nada en su recuerdo. Cada cierto tiempo, él arrendamiento se extingue y me veo en la necesidad de sufragar los gastos comunitarios del edificio colectivo en el que se encuentra ubicado, exclusivamente a mis expensas. El resultado, contrastando los ingresos con los gastos de las periódicas obras de conservación, y con los periódos de inocupación, no es nada boyante, sino más bien parco y, en ocasiones hasta ruinoso, pero voy consiguiendo conservarlo y, con él, el recuerdo de quién me lo legó. Hace unos tres años, una señorita, que para su diversión, y pese a la prohibción contractual de tener animales, se divertía con las gracias de un hurón, se fué a paradero desconocido, sin abonar las tres últimas mensualidades de renta y dejando la Vivienda totalmente destrozada, a consecuencia de las gracias de su animalito. Su reparación fué muy superior en coste al beneficio obtenido. En fín, esto es así, y tengo que aceptarlo.
Pero lo de ahora, lo de hace unos días, resulta especialmente doloroso, además de esperpéntico e inverosimil, pesando, más que en mí, en esta España de hoy, en su juventud y en todo lo que puede esperarnos en el futuro. Yo arriendo ese Piso-Vivienda amueblado y, naturalmente, confecciono un Inventario de cuantos objetos y enseres se hallan dentro, que se une al contrato como Anexo "formando parte inseparable del mismo". Así he efectuado ya más de media docena de arrendamientos y, hasta ahora, nunca había sucedido nada. Pero en esta última ocasión los arrendatarios me fueron propuestos, casi apologéticamente ensalzados y recomendados, por una persona en la que tenía, tengo y tendré siempre la máxima confianza, probada en mil ocasiones. Pues bien, en honor a ella, suprimí el Inventario y es más, añadí literalmente este inciso en la claúsula correspondiente al mismo: "Por razones de suma confianza entre las partes, se libera al arrendatario de formar y suscribir un Inventario descriptivo de los muebles y enseres existentes en la Vivienda".Entre tales objetos, había un mueble librería de cristal de 10 mm. de grosor cada balda, montadas sobre tubos de hierro cromado en dorado y, con diseño y piezas (arandelas tuercas tornillos) originalísimamente concebidos. Era una pieza única, en diseño y en ejecución. Pues bien, extinguido el contrasto y a la hora de revisar el estado de conservación del Piso, este era excelente, pero la persona encarda de efectuarla, precisamente quién me había recomendado a los arrendatarios, además, uno de ellos, familia cercana suya, advirtió inmediatamente la total ausencia del mueble referido. Interogados telefónicamente, respondieron con voz apocada e inexpresiva que "se rompió". ¿Pero cómo pueden romperse unos barrotes de hierro, cromado o sin cromar? La base de madera medía 1,70 metros de longitud. ¿Dónde están?, preguntó... Se podría reconstruir, añadió". "Se tiró todo", fué la lacónica respuesta...
He interpuesto la querella por el presunto delito de apropiación indebida, que no sólo ha de estimarse, en cuanto al elemento subjetivo, el "animus rem sibi habendi", en un sentido corto o estricto, sino en el más amplio y génerico; esto es, no sólo comete el delito quien, al apropiarse de una cosa ajena, ya en su posesión legítima, obtiene un enriquecimiento injusto, sino también, quien sin enriquecerse ilícitamente, causa un perjuicio patrimonial al dueño de la cosa. Así lo enseñan, por todas las demás, las Sentencias del Tribunal Supremo de 10 de Julio de 2000 (1.275/2000) y de 11 de Julio del mismo año (336/2000). Se podrá suponer y decir que "se rompió la cosa"; incluso sin querer hacerlo, por mero accidente y, esto, debidamente comunicado en su momento al propietario-arrendador, no daría lugar jamás a la comisión del delito, sino a otro tipo de responsabilidades civiles. Pero tirar algo que no es de uno mismo, sino de otro, sin avisarle, de que se ha roto y pretender que "aquí no ha pasado nada", tan sólo puede ser propio de locos, de personas con coeficiente mental de un mono, o en cualquier caso de simples delincuentes. Sin embargo, conociendo a estas "enimencias" que son los jueces de Madrid, no tendría ninguna esperanza en que la Querella fuese admitida a trámite. Es harto sabido que suelen proteguer a los verdugos y desamparar a la víctimas. Parece ser que lo impone el "sistema democrático" y la Constitución, los "derechos humanos...". La Jurisdicción, en cambio, compete a León, donde se encuentra el Piso-Vivienda, y es posible que se admita, simplemente porque, si bien es cierto que "cuanto más bulto más claridad", y aquí el "bulto" es del tamaño de una campo de futbol, este aforismo, relativo al tamaño de la cosa, resulta mucho menos eficaz y perceptible que la agudeza de querer ver y encontrar un alfiler en un pajar, cuando se quiere encontrar, aunque en este caso no sea necesario.
De cualquier forma, doy gracias a Dios, porque, en el fondo de mi alma, y no hay otro fondo más profundo, deseo, con cierta compasión, que la Querella no sea admitida y, para quintaesenciar aún más mi sacrificio, hasta desearía que, en un alarde incalificable de cinismo y maldad, debidamente combinados, estos pobres diablos, por los que llevo rezando varios días, me pidiesen judicialmente, en la vía civil, que, a "mayor Inri", les devolvisese la fianza arrendaticia, unas diez veces menor en cuantía económica, que el valor de lo indebidamente apropiado, para poder así allanarme a su demanda. ¡Sin duda faltaría a la Justicia, a la que me debo a mí mismo!, y la Justicia es una virtud moral importante, la virtud de "dar a cada uno lo suyo". Pero, ¿acaso no ganaría en amor y se cumpliría en mí, en una infinitesisnal y simbólica parte, el supremo sacrificio de Cristo?
Tendré que esperar a los acontecimientos, pero entretanto, queridos amigos del alma, necesito vuestro opinión y vuestro consejo. Nás que nada vuestro consuelo y vuestro aliento y, muy en especial vuestras oraciones. Hoy, es el día de "San Isidro Labrador", Patrono de Madrid. Es el más ocuro y triste que recuerdo. Pero, por otra parte, me acerca también más a él. Porque siempre, he tenido para mí que aquel hombre tan sumamente humilde, de quien sus mejores biógrafos, Hurtado de Mendoza y Alfonso de Villegas, apenas han podido saber nada de él, sin duda sólo eso posible porque Isidro, tampoco quiso saber nada de lo que estaba fuera de él, es un modelo constante de confianza en Dios y de aceptación de cuanto Dios le envió. De ello son testimonio patente sus milagros: Suben las aguas de un pozo, para devolverle a su hijito caído en el fondo. Revive el Borriquillo y mueren los lobos que le dentellearon. Se mulpiplica el trigo, para alimentar a los pájaros ateridos. No se agota nunca la olla de la que soccore y alimenta a los pobres. Y, hasta cuando es acusado ante su patrono, entonces su amo, Iván de Bargas, de dejar el trabajo para ir a Misa, y Vargas quiere comprobarlo, contempla asombrado como descienden los ángeles del Cielo, para empuñar la esteba, mientras Isidro se encuentra en Misa, en la Almudena. Y, por todo ello, el día 12 de Mayo de 1622, Isidro es canonizado, por el Papa Gregorio XV, junto a otros tres españoles más: Ignacio de Loyola, Francisco Javier y Teresa de Ávila.
¡Vuelve pronto a nosotros, Isidro, Labrador humilde, Pocero de aguas claras para fertilizar los campos! Nos haces mucha falta. Porque, de esta manera, otra vez podríamos ver a los Ángeles bajar del Cielo para tomar tu arado... De seguir las cosas, como yo hoy, amargamente, he de verlas, tan sólo puedo imaginarme media docena de diáblos transportanto entre cuernos y azufre el precioso mueble de cristal y barrotes de hierro cromado en oro, que tanto le gustaba a mi hermana, mientras un par de simples delincuentes se disponen a quedárselo para sí o para venderlo a un anticuario. ¡Y para el colmo de las desdichas, ya no está en Madrid Mesonero Romanos...! Luis Madrigal.-