miércoles, 9 de septiembre de 2009

CUMPLEAÑOS TARDÍO...

Todos los "santos" tienen su "octava", y me imagino que también los cumpleaños. Todavía "un pie puesto en el estribo", aunque en el sentido vitalista contrario al del Persiles, debo celebrar yo alguno de esos que, por causas ajenas a la propia voluntad, cobran un cierto retraso. Todo español -menos algunos- más que un loco quijotesco, es un cuerdo tardío, pero esto casi siempre tiene arreglo. Lo que carece de todo remedio es la estupidez presente, creciente y galopante, de la que hacen torpe gala esos cada vez más "menos". ¡Y... qué más oportuno, aunque tarde, que un soneto, para recobrar el ímpetu y recuperar la inspiración poética?! Este es el recuerdo, cuando ya casi todo es "pasado":

CREPÚSCULO NACIENTE

Crepuscular venida, no me digas
que has llegado por nada y sin sentido;
no me niegues que, lejos, un latido
te esperaba en la nada. Aunque tu sigas

escondido en penumbra, no fustigas
el olvido, que nunca el ser querido
puede habitar en pecho malherido,
si doliente le axfisia un mar de hortigas.

Tú, eres la luz, cuando, ya sin su color,
ilumina la noche, en cielo puro;
tú, el bálsamo que cura del dolor...

Tú, el reposo que vuela suelo duro
y, entre brumas y cumbres, el amor,
el más sublime, pese a ser un muro.


Luis Madrigal

Las Navas del Marqués (Ávila), 7 de Septiembre de 2009
Madrid, 9 de Septiembre de 2009