APOLOGÉTICA PURA
No lo puedo saber,
nadie lo ha visto,
ni puedo averiguarlo. Sólo creo.
Menos puedo entender
que lo que veo
a sí mismo se deba...
¿Obra de magia?
¿Salto de la materia; la energía
en vibración constante?
¿Y la materia? ¿Y la energía?
¿De dónde la luz que nos alumbra...?
Los planetas, sus órbitas, el sol, la célula;
lo infinitesimal y las galaxias;
la inmensidad del mar,
los meridianos,
los eclipses de sol y las mareas...
El cosmos sideral, el universo en constante expansión...
¿Todo eso porque sí, sin más...?
¿La Palabra, el Verbo, el Logos, no cabe en la razón,
ni está en la Ciencia?
No, no puede... Si cupiese
no podría ser Tal.
Mucho menos cabe en mi cabeza,
aun pequeña y vacía,
que la causa del todo, tenga causa,
aunque no lo comprenda.
Mucho más, siento esa Causa sin causa,
el Ser que sólo es,
eternamente presente.
El que ya estaba cuando surgió el Big Bang,
porque Él lo hizo. Y todas las estrellas.
Separó las aguas de los cielos
y las especies -en evolución constante-
poblaron para sí el universo.
A su imagen, hizo al hombre... ¡pero lo hizo libre!
¡Por eso el mal se extiende por la Tierra!
¡Cuánto saben los sabios...
cuánto el hombre...! No se puede negar:
Nunca más supo... Mas ignorando sigue
lo que saber no puede...
Si lo supiera... ¡Dios sería el hombre...!
¡Y el hombre, sería Dios...
si lo supiera!
Luis Madrigal
La Apologética es la parte de la Teología que busca explicar lo que creemos.