lunes, 31 de enero de 2011

CONFIESO MI FLAQUEZA



LA NEGRA ESCLAVITUD QUE MI ALMA HIERE


Como el agua discurre y se aposenta
en resquicios y honduras, a su paso;
como los tiempos huecos y el fracaso,
más que vivir sin ser, son muerte lenta...

Como la ira ruge violenta
y el fuego en el que ardió el amor es laso,
la negra esclavitud en la que baso
mi triste vida, sin vivir, no alienta.

Así, no seré más que humo que huye,
piedra pulverizada en el camino,
fluido, sin fulgor, que nada fluye...

Puesta de sol sin luz, sin otro sino
que el de quien nada sabe y nada intuye...
Barro de un torpe ser... ¡Siendo divino!







Luis Madrigal