I
RÍO BERNESGA
Historia viva a tu cauce grita,
bañada, entre la espuma, por la sangre
de los que a España dieron su
raigambre
con el valor y sangre en que fue
escrita.
Dulces aguas de mi niñez
bendita,
en tus orillas se tejió el
estambre
de santidad y fe; de gloria, el
hambre
y del honor que en un blasón
palpita.
A tu paso, León, en su alma
siente
del Tiber el murmullo y el
acento,
porque el alma de Roma está en
tu puente.
Mas, si Legión en ti puso el
cimiento,
el alma tu pusiste en tu
corriente
y -allende el mar- de España el sentimiento.
II
MÁS LUZ QUE PIEDRA
Agujas como flechas que, en su
vuelo,
al cielo apuntan y a la tierra
llaman.
Campanas entre piedras que
reclaman
de la Tierra la voz que sube al
Cielo.
En el aire, la piedra se hace
anhelo,
esperanza de quienes a Ti
claman,
pues celestial Princesa te
proclaman
y de valle de lágrimas Consuelo.
De Ti viene la luz que, a borbotones,
la filigrana rompe en mil
colores
al cruzar transparentes
rosetones.
Sean a Ti, por siempre, los
clamores.
Que, con amor, en León los
corazones
la piedra han hecho flor entre
las flores.
III
ROMÁNICA SOMBRA ILUMINADA
Sumerge tu penumbra, tan
callada,
el alma en sus recónditos
destinos,
que la Luz que ilumina los caminos
de tus muros ha hecho su morada.
Románica mansión iluminada
que, día y noche, vela humanos sinos
para mostrar serena los divinos
en tierra por el Cielo
arrebatada.
Reyes yacen en noble maravilla,
que -antes de otros nacer- hicieron leyes
y rigieron España hasta su
orilla.
No es tu gloria ser losa de esas
greyes,
ni la luz de Isidoro de Sevilla,
sino ser trono y luz del Rey de Reyes.
Luis
Madrigal