
¡¡GLORIA!!
La roca se movió... Dejó el sudario
tendido sobre el suelo -inmaculado-
y a la vida volvió, Resucitado,
para quedarse vivo en un sagrario.
De su cuerpo y su sangre santuario,
una llama trepida... Enamorado,
busca el amor y aunque es abandonado
espera tras el tiempo milenario.
Subió al Cielo y se quedó en la Tierra;
abre su amor al hombre y se desposa
con el humano pecho que se cierra,
para que el hombre pueda abrir su losa,
gane a la muerte, en paz, terrible guerra
y vuele cual si fuera mariposa.
Alfonso Carbajal
(Del Tercer Libro de Poemas. "El color de las horas". Poema 48
En la imágen, "La Resurreción del Señor", de Pedro Pablo Rubens