... Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer,
o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga
inesperadamente y os encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡velad!
(Lectura del Evangelio según San Marcos 13, 33-37)
A ESPALDAS DE LA LUZ
A espaldas de la Luz
vive la sombra,
donde la nada duerme,
sin ser ni vida.
Sólo un rayo azulado,
que todo alumbra,
puede cruzar tan puro
hoy mi camino.
Chorro azul, que mis ojos
serenos vean
el rastro de los tuyos
en el sendero.
Del recorrido
ya sólo espero,
al caer de la tarde
o a la alborada,
no estar dormido.
Luis Madrigal
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