martes, 23 de julio de 2013

MOLINO QUE TUS ASPAS MUEVE EL VIENTO



¡UNA GOTA DE AMOR, SÓLO UNA GOTA…!

Molino que tus aspas mueve el viento,
dile a aquel Árbol, del agua tan distante,
que absorba de mi amor sólo una gota,
para sin sed vivir en cada instante.

Árbol, en tierra seca  -casi muerto-
a las nubes del cielo sube tu ansia
de vivir, con tu ramaje verde
enarbolado al sol, para dar sombra.
¡Pide con fe la lluvia a mares,
hasta verte inundado, aunque zozobres,
cual débil barca, hecha a la Mar en tierra!

Nubes del cielo,
lloved sobre aquel Árbol, de sed muerto,
caído y seco ayer, en duro suelo.
Clamad a vuestra hercúlea fuerza, que suscite
una cruda batalla, de agua y rayos…
¡Quizá, si llueve así, hoy resucite!


Luis Madrigal





lunes, 22 de julio de 2013

DOS SONETOS AL ARDIENTE VERANO




I


CAMINABA LA LUNA…


Caminaba la luna, triste, sola,
mirándose con lástima en el río.
Yo, la miraba, sin que fuese mío
el amor que, sin ser, el alma asola.

Pensaba en el latir que allá la ola
al besar en la arena a su albedrío,
podría admirar  -tan suave-  el poderío
de una mirada azul, que azul arbola.

¡Ondas del mar, latid junto a esa playa;
vientos, soplad, llegad presto a su lecho…!
Rayos del cielo, cuantos truenos haya

que alegre sinfonía arda en su pecho…
Haced por mí, preso en esta muralla,
lo que no pude yo, de amor maltrecho.




II


ENTRE EL CALOR Y EL HIELO


Brilla el rosal… La mariposa al viento
mueve sus alas. Ya llegó el verano.
De flores y de amor llegó temprano
para subir al cielo el sentimiento.

En el jardín, la flor cubre el cemento,
y oculta su frío gris. El altozano
despliega ramas y hojas, cual si humano
quisiera hurtar al sol tórrido aliento.

Fulgura ardiente luz en el sendero
y la hierba, subir trepando al cielo,
quiere sin pausa alzarse, como acero

que rasgue nubes blancas, y en su vuelo
libre al tapiz azul del aguacero…
En medio del sudor, a mí del hielo.


Luis Madrigal









miércoles, 17 de julio de 2013

ENTRE HIELO Y ESCARCHA



¡OH, VERDE TALLO…!

¡Oh, verde tallo, herido por el hielo
en hermoso Jardín donde ahora duerme
la flor, junto al arroyo, que oculta en gris la niebla.
No cedas tu vigor ni tu memoria
al hiemal que se esconde tras las cañas…
Ni la opaca silueta de aquel monte,
que se alza perezoso a la alborada,
permita que la luna, enamorada
del amor que suspira,
bañe sin luz la senda que conduce
a la dulce sonrisa, siempre en calma.
A despertar la luz que, entre la sombra,
ha de volver a iluminar la cera.
Ni pierdas la canción, ni el salmo,
cuando a sus pies, vaya a sembrar la noche
su reguero de horas que, aunque muertas,
han de vivir con fe, al levantarse el alba.


Luis Madrigal






viernes, 12 de julio de 2013

DOS DÉCIMAS Y UN SONETO A LA LUNA DE JULIO




I


SE HIZO LA LUNA LUZ

La luna se colgó ayer de una rama.
Su plateada luz, toda era calma,
armonía, quietud, paz en el alma,
legado del amor, que al fuego llama.
Encontraba el azul, como la grama
halla en el verde prado una hoja sola,
y en el verde trigal una amapola
tiñe de rojo el oro, que suspira
por ser pan y calor… No con la ira,
que, en encrespado mar, rompe la ola.




II


DESDE EL LARGO Y CÁLIDO VERANO

A UNA LUNA DE INVIERNO

La noche iluminada no sabía
que la luna quería ver despierta,
de plata y de jazmín, de luz cubierta,
tu reja sin brillar, que no veía.
Bien sé que contemplar jamás podría,
en turbulento Mar, hallar la losa
cubierta por el hielo en la gran fosa
bajo la cual yacía una sonrisa,
ni oler, con el impulso de la brisa,
en Invierno el perfume de una Rosa.




III


QUE LLEGUE MI CALOR AL DURO FRÍO

Luna que tiembla y llega a mi ventana
para dejar en ella su reflejo.
Luna de Julio, azul, brillante espejo
tan lejos en el cielo y tan cercana.

Desde esta orilla, en noche muy lejana,
de la luz que hoy alumbra al mundo viejo,
envía un rayo puro y tan parejo
que ilumine de amor tierra araucana.

Noche tras noche, entre el fervor suspiro
que, aun trémulo tu rayo, al Sur sombrío
pueda vestir de plata, en leve giro.

Que llegue mi calor al duro frío,
bajo el cielo que late, hecho un zafiro,
y sobre olas que teje el Mar bravío.


Luis Madrigal





lunes, 8 de julio de 2013

JUNTO A UNA ESQUINA



HOY, LE HE VISTO VOLAR


Hoy, le he visto volar junto a una esquina
y me acordé de ti y de tu empeño.
Si el fuego se apagó, no acabó el sueño
de ver clavada en mi alma aquella espina.

Hacia tu Lago, hoy gris, con fe camina
hasta invernal Jardín, blanco y sureño.
Te llevará el calor, más que abrileño,
que, hasta un corazón blanco, el sol le inclina.

Ya sé que allá lo llaman “panadero”,
tal vez porque es, el pan, la vida misma,
por más que por mi vida ya no espero.

Quedó varada ayer en la marisma,
en vez de arrebatada hasta el lucero
que luz daba a mi sombra y hoy la abisma.


Luis Madrigal





viernes, 5 de julio de 2013

SI LA LUNA SE ESCONDE TRAS LAS CAÑAS



LUNA ROJA EN LA VEREDA

Si la luna se esconde tras las cañas,
al cruzar la vereda junto al río,
y en el cielo difusas pinceladas
difunden su color rojizo entre las nubes,
se encoge el alma… El corazón, convulso,
sabe que cesó la caricia y grita.
Torpe sino en el sendero yace,
si el paso está esperando a la pisada
que, con dolor, acecha al caminante.
Entre estertores, conviven el terror y la angustia
cuando los pies descalzos siguen, a trompicones,
detonando en su caminar.
La luna, oculta, contempla un reguero de sangre.


Luis Madrigal





martes, 2 de julio de 2013

GRITABA EL SOL A UN MERIDIANO



¡¡GIRA, GIRA...!!



¡Dáte la vuelta pronto, date prisa!
-gritaba ardiente el Sol a un meridiano-
para llevar calor al otro Lado
donde el hiriente hielo ahoga la risa.

¡Gira, gira…! Que salve el negro hoyo,
más veloz, más viva, mas despierta…
¡Qué pueda mi luz ver si está cubierta
de nieve, junto a un Lago o a un Arroyo!

A un Árbol y a un Molino, a una pradera
de hierbas, donde anidan esmeraldas
y una reja que araba… A sus espaldas
los rayos de una nueva Primavera.

No dejes de rotar, Planeta puro,
y que tus mares se hagan uno solo…
Un sólo sol y luna y el peciolo
de una rosa escondida en aquel muro.


Luis Madrigal




lunes, 1 de julio de 2013

CUANDO EL HIEMAL ACECHA



¿VIVIRÁ EN UN JAZMÍN DE INVIERNO?


¿Vivirá en un jazmín, ya amarillo,
de hielo rodeada? No sabía.
La luz de un rojo sol me abandonaba
cuando lejos  -allá-  tal vez nevaba.
¿Qué pensará? ¿Acaso sonreiría,
contando copos de algodón
que dulces caen del cielo en su ventana?
¿Qué sentirá? ¿Tal vez, tan sólo paz,
serena compasión, cierta alegría,
por el amor lejano que no amaba?
Una lágrima, siembra en mí agonía
la tristeza que vuelve y que no pasa…
Tan lejos de su amor, mi amor lloraba.


Luis Madrigal