¡OH, VERDE TALLO…!
¡Oh, verde tallo, herido por el hielo
en hermoso Jardín donde ahora duerme
la flor, junto al arroyo, que oculta en gris la niebla.
No cedas tu vigor ni tu memoria
al hiemal que se esconde tras las cañas…
Ni la opaca silueta de aquel monte,
al hiemal que se esconde tras las cañas…
Ni la opaca silueta de aquel monte,
que se alza perezoso a la alborada,
permita que la luna, enamorada
del amor que suspira,
bañe sin luz la senda que conduce
a la dulce sonrisa, siempre en calma.
A despertar la luz que, entre la sombra,
ha de volver a iluminar la cera.
Ni pierdas la canción, ni el salmo,
cuando a sus pies, vaya a sembrar la noche
su reguero de horas que, aunque muertas,
han de vivir con fe, al levantarse el alba.
1 comentario:
¡La foto es ideal para este hermoso poeta! Aunque todo el poema, para mí, es una gran metáforas, con otras más pequeñas, a su vez, contenidas en ella...la foto del tallo abrazado por el hielo es como si la hubieran realizado para el poema.
Me quedaría con ..."cuando a sus pies, vaya a sembrar la noche su reguero de horas"....es precioso. Muchas gracias por su comentario...pues aunque le demos ese pequeño trabajo, así se entretiene...jaja. Rosa Cáceres es, al igual que María, una bellísima persona, además de buena escritora. De las buenas de verdad. "A ver si puede adquirir su novela "Isla Cueva Lobos", por ejemplo. Estoy segura de que le gustaría. Su blog es "Con el corazón en la mano". Tal vez le agrade entrar. Cuídese. Mi cordial saludo. María Bote sigue de vacaciones. ¡Se la echa de menos!.
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