sábado, 1 de mayo de 2010

TRECE SONETOS DE AMOR (IX)



DEJÉ HUIR MI MIRADA

No tendría otro impulso que ofrecerte
sino la fortaleza, nunca herida,
de mi débil palabra, tan vencida,
oculta tras la fuerza de quererte.

De suspirar por ti, aun sin saberte,
como si, en vez de viva, estés dormida
y despiertes en hora tan huida
que, entre mis brazos, pueda yo tenerte.

Repicaría a esa hora una campana
de gloria, alegre, y del color que viste
el del oro a la luz de la mañana.

Que ya al gritar del alba tú viniste,
mas cautiva mi alma soberana,
dejó huir la mirada, caída y triste.


Luis Madrigal


 

PRIMERO DE MAYO


¡Qué bien, menos mal...! Cuánto celebro que ya queden  tan pocas horas para que se acabe esta odiosa fiesta pagana, cargada de tensiones y de odio, que constituye el universal y tristemente famoso "Primero de Mayo", en España propiciado por los Sindicatos, esas organizaciones parasitarias, puesto que para nada sirven, a excepción de para que vivan tan bien sus dirigentes, y en especial sus líderes y, sobre todo, para "vender" a los ingenuos trabajadores, a quiénes dicen representar y defender, ante el poder de las empresas, muy en especial de las Empresas públicas, donde yo mismo, lamentablemente, tuve la repugmante ocasión de presenciarlo en diversas ocasiones. Por favor, que nadie me hable de los Sindicatos españoles. Son odiosos.

La Iglesia Católica, cuya doctrina social no puede ser superada por ninguna otra, intentó reorientar esta fiesta, llamándola de "San José Artesano". Eso no cuajó nunca. ¿Cómo puede prosperar algo que proponga, pacíficamente, la defensa de los justos intereses de quienes de verdad trabajan, en su justa medida, para que ni sean explotados ni objeto de mera mercancía, pero sin inclinaciones  sectarias a ninguno de los polos en conflicto de intereses económicos?. De eso, nada. Se trata de otra cosa, muy distinta, de destruir el sistema económico, con los argumentos de la presión, la intimidación, el servilismo al poder  -del Estado y de las empresas-  por parte de una camarilla de "profesionales" del desorden, de la algarada, del "piquete", ese delito inmune y libre de persecución jurídico-penal, similar al concepto de "cuadrilla" en estricto sentido penal. No, había que seguir "la lucha", para que cada vez los trabajadores sean más pobres y queden más y más indefensos. Ese es el resultado, alcanzado por los Sindicatos españoles, muy en especial cuando tienen en el poder a un Gobierno "de izquierdas". ¿Se imagina alguien, lo que hoy mismo hubiera sucedido en Madrid y en otras grandes ciudades españolas, o no tan grandes, si, con más de un 20 por ciento de parados, estuviese gobernando un partido conservador, civilizado, en suma, no "de izquierdas? ¿Se lo imaginan de verdad?. Claro, eso no es posible, porque si gobernase alguien de esas características, los resultados no serían los que son. Pero, ¡ríanse ustedes del "Presitige"...! Esos dos perversos Sindicatos españoles, son dos correas de transmisión del poder político izquierdista cuando "toma" el Gobierno de la nación,  para hundir a los españoles, ricos o pobres, a todos, en la pobreza y aun en la miseria, ya sea como aciaga consecuencia del propio aturdimiento de los votantes, o por otros medios menos confesables, como siempre ha sucedido en España. Y, en todo momento y época, así ha sido y será mientras subsista la "constitucionalistis" mal entendida y los falsos profetas de la peor llamada "democracia", además, con el enorme agravio de que todos estos parásitos son financiados con el dinero de todos los contribuyentes. ¿Y por qué? ¿Acaso el Reino Unido, es menos demócrata"? Porque allí el Estado, la Corona ("The State is The Crown"), no aporta ni un chelín a los Sindicatos británicos, que se sostinen exclusivamente con las cuotas de sus asociados. Cuando ocurra lo mismo en España, entonces se podrá creer en los Sindicatos y en que estos han dejado de ser el pesebre de tanto inútil como acumulan en sus filas.

Basta con verlos la cara y miralos a los ojos. Sobre todo, con tratar de escuchar lo que dicen. Pero, ¡qué van a decir...! ¡Qué pueden saber estos personajes, no ya de Economía, sino simplemente de lógica, de coherencia dialéctica, y de nada de nada...! ¡Mirénlos, por favor, no dejen de mirarlos! Luis Madrigal.-


P.D.- Créanme todos, por favor. Yo, jamás he sido "falangista". De esto también habría que hablar otro día. Pero hoy, sólo porque... me sale de donde me sale, o para "joder", como decía el gallego del chiste, escuchen este bello Himno. ¡Mucho más bonito, y mucho menos amenzante y lleno de odio, que la maldita Internacional!