miércoles, 24 de febrero de 2010

CON MIS DISCULPAS A LA INGENIERÍA





Hay un refrán, o "un dicho", muy español, según el cual "para muestra basta un botón". Y yo, ayer mismo, en la entrada correspondiente a ese luminoso día, dejé, no uno, sino dos claros y aleccionadores "botones", de eficacia en la búsqueda de los problemas y en la solución, fácil o difícil, de los mismos. Se trataba de una pequeña dificultad informática -tampoco quiero "quitar méritos" al asunto- que nos impedía, a otras personas y a mí mismo, acompañar de música nuestras entradas en el Blog. No se trataba, si es preciso aquilatar, de un problema "físico", que pudiera ser resuelto, propiamente, al amparo de los postulados de esta Ciencia, la única que toma, como objeto formal de estudio, la materia, no. Y, posiblemente, hasta cualquier "rapazaco tocateclas", de esos que ahora echan los dientes frente a un ordenador y hacen todas esas cosas que impulsan a sus madres o abuelas, a decir que "son muy listos", hasta uno de estos petit maitres , o cualquier otro sacerdote de la praxis, de los que, a palos de ciego van abriéndose camino ante los problemas, hubiese podido encontrar la solución. Pero, la encontró un Ingeniero (ahora sé que su especialidad es la de Ingeniero Industrial, ya sea eléctrico o mecánico, que también hay que distinguir). Y, dadas mis experiencias personales, en el mundo interdisciplinar, con decenas y hasta centenares de Ingenieros, eso sí, en el nauseabundo seno de una Empresa nacional por completo corrupta e intelectualmente degradada, me hicieron cargar, un tanto subliminarmente sobre los Ingenieros. Sin duda, fuí injusto y pido perdón. En primer lugar a la Ingeniería, en general, sin la cual el hombre moderno retrocedería poco a poco hacia las cavernas, y, posiblemente, a una buena parte de Ingenieros, de todas las especialidades, incluso a la inmensa generalidad de los mismos, excepto a aquellos energúmenos (asimismo muy en general, porque, en particular, también había auténticas lumbreras) que jamás habían ejercido de tal. Tan sólo eran meros burócratas, muchas veces, o casi siempre, invadiendo los campos de competencia propios de otros profesionales. Pero, ni habían elaborado nunca un proyecto, ni jamás dirigido una obra, ni nada de nada que tuviese que ver con la entonces "regla de cálculo", más tarde sustituida por otras máquinas, y no digamos por los modernos ordenadores, que pueden calcular solitos una estructura de muchas toneladas y hasta diseñar un cuarto de baño, u orientar un dormitorio, con su cama, justamente en la posición más saludable. Conocí a un ya viejo Arquitecto (son primos hermanos, aunque se peleen) que afirmaba y desarrrollaba una teoría científica al respecto. Y también pude conocer (¿dónde andarás Alfonso?) a otro muy joven que se pasaba la vida entre probetas de ensayo, buscando la aplicabilidad de sus fórmulas con "los polímeros". Por cierto, digo que se "peleaban", o no se veían excesivamente bien, porque los Ingenieros, que en España fueron en su dia una casta sacerdotal, ungida por la arbitrariedad del Poder político, en el fondo, despreciaban a los Arquitectos (olvidando tal vez que Miguel Ángel o Leonardo, lo fueron, asi como la Arquitectura una de la siete artes clásicas, junto a la Música o la Poesía) y esgrimían el insultante y gratuito argumento de que sólo era Arquitecto el que carecía del suficiente talento para ser Ingeniero, o no era suficientemente marica (entonces no se decía "gay") para ser Decorador.

Pero, estos "chascarrillos", los hay entre todas las profesiones similares, o limítrofes. Tambien entre Abogados, y no digamos entre Médicos, donde se ridiculiza a los Psiquiatras, sin cuya sacerdotal ayuda no podríamos vivir los locos. Por ello, al volver ahora la vista atrás, y en particular sobre mi entrada o comentario de ayer, no puedo menos de pedir disculpas a la Ingeniería, que no es una Ciencia, desde luego (también se discute, dentro de otras coordenadas de orden, si lo es o no el Derecho), pero sí es una Técnica indispensable para la humanidad. La Técnica (en lo que se refiere a los Ingenieros de Caminos, Canales, Puertos y otras magnificencias, que gratuita y pretendidamente eran seres superiores, no sólo a los demás Ingenieros, sino a todos los hombres,) de los que al fin al cabo son los transformadores del medio físico, para lo que es preciso horadar las montañas o llenar de agua los valles, y construir las presas, las carreteras o los ferrocarriles. No digamos los Ingenieros Industriales o de Telecomunicación, sin los cuales no existiría Internet, ni el teléfono movil, ni tantas y tantas cosas como hoy disfrutamos, ya entrado el siglo XXI. O los Ingenieros Químicos , Agrónomos o de Montes, Aeronáticos o Navales, ue juegan papeles decisivos en orden a la industrilización la alimentación o la protección y salud de species vegetales, indispensables para la vida humana, del trasporte aéreo o marítimo... Y tantos otros más. Todos ellos son necesarios.

Ayer, quise rendir un homenaje de admiración, y sobre todo de cariño, a mi buen y reciente amigo MAN, sin conocer siquiera entonces su especialidad y, como las situaciones se agudizan por los contrastes, para resaltar aún más mi elogio, quise acordarme de aquella panda de inútiles, entre la que conservo excelentes amigos y muy competentes profesionales de la Ingeniería. Uno de ellos (mi más cariñoso recuerdo, querido Mario, extensible a ese portento de la electricidad llamado Enrique) decía de sus congéneres que "eran confusos, profusos y difusos". Esos, los que no sabían hacer la "o" con un canuto, sobre todo en aquella primera época maraviloosa del PSOE, eran los "Jefes", procedentes todos ellos de la Calle de Ferraz, en Madrid y otras Federaciones del Partido, y todfos ellos con barba.Y los que sabían hacer todas las letras del abecedario, y todos los números, que eran los menos, simplemente eran "Técnicos de Apoyo". Por eso fueron y son amigos míos. Como hoy, nuestro querido MAN, que nos ha permitido encontrar en Internet un reproductor (el "SZ-MAN mp3"), de momento perfectamente útil. Un abrazo, querido MAN, pero también mi sentida admiración a todos los Ingenieros que sirven para algo y que, fuera de aquel valle de sombras, casi seguro, son muchos más de lo que yo creo. Luis Madrigal.-

Y esta es la prueba más visible, no de lo que puede hacer un Ingeniero, por descontado, porque esto podría haberlo hecho cualquier "rapazaco aprietateclas", de esos que tienen madre (como Julián), aunque no se lo diga la "Señá Rita". Generalmente estas señoras, se llaman "Juani", "Toñi" o "Rosi" y llevan rulos pemanentemente, cuando van a comprar el pan. Y sobre todo, tales chicos, tienen abuela, más o menos de los mismos signos externos. Esta que sigue es la prueba, digo. ¡Ah...! y el que canta, no es precisamente un Ingeniero de la RENFE, destacado o en comisión de servios para efectuar funciones de "bel canto", porque aquellos "ingenieros" sabían hacer de todo . Es nada menos que Alfredo Kraus, aunque tan sólo cante Zarzuela.