ERA TU MAR
Era tu mar, más no pudo
ser mío,
ni era para mí, cuando
a tus ojos
los reflejos del sol en
ocres rojos
tiñieron tanto amor, en
mí tardío.
El cruzar aquel mar, se
hizo valdío
y el tiempo transcurrió,
sin que de hinojos
llegasen a esa playa
mis despojos…
Sin barca para mí, y
sin navío.
Hoy, ya harto de remar
en otros mares,
cansado y sin vigor,
miro esos cielos
que a mi vista agotada
son glaciares.
Una lágrima baña mis
anhelos,
al sentir emociones tan
dispares
que, de cálidas ondas,
hacen hielos.