lunes, 30 de abril de 2012

PROSA POÉTICA (VII)



UN RÍO QUE CAMINA


El Río, tan azul, corre muy lento. Parece que camina, desplazándose majestuosamente, como si con ello pretendiese calmar el arrebato de los dorados y voraces seres que habitan en sus entrañas.  Es tan azul como el mismo cielo, del que recibe los reflejos que iluminan su colorido, en armonioso contraste con sus verdes riberas. Apenas si ha comenzado su andadura, ya adivina su destino hacia un mar dulce, donde acabará de entonar su canción enamorada. Pero, antes, ha de labrar bancales de finísimas y plateadas arenas, para sembrar ilusiones y anhelos, que en las noches de plenilunio iluminarán todas las sombras, disipando la sospecha y el miedo, hasta serenar el alma en la certeza de un nuevo día ilusionado, esplendoroso y feliz.

Luis Madrigal