domingo, 6 de junio de 2010

ENTRE MIL RUIDOS



SÓLO A MÍ ME OIGO

A nadie busco y nadie va conmigo;
si huyo del ruido, en mí solo me encuentro...
Camino en un desierto, pero dentro
está el Oasis verde que persigo.

A veces, con furor, grito y maldigo
lo que de fuera llega al mismo centro,
sin advertir que sólo lo de adentro
puede matar aquello que bendigo.

Ya el pensar terminó, ya sólo siento,
y sólo mi sentir se torna en vida.
Ya no grito, ni corro. El paso, lento

para antes llegar  -casi enseguida-
al pecho que se muere y que, sangriento,
espera entre temblores mi venida.



Luis Madrigal