sábado, 2 de marzo de 2013

EN LAS HORAS LEJANAS




BESA ESA FRENTE, HIJO


A todos los hijos de todas las madres
del mundo y del tiempo


Besa esa mano, hijo, que ferviente
te acogió en su regazo y en su nido
y mil noches, con gesto dolorido,
se posó con temblor sobre tu frente.

No dejes que, en la vida, la corriente
del tiempo al transcurrir siembre el olvido,
pues desamor en pecho tan querido
será muerte de amor que fue simiente.

Besa su frente, hijo, date prisa
que, con los labios, besas en tu alma
al besar tu dolor y tu sonrisa.

Que besas a la vez amor y calma.
Del invierno calor, del calor brisa
y mano de tu frente suave palma.


Luis Madrigal



Madrid, 1 de Mayo de 1995