domingo, 6 de enero de 2013

YO TAMBIÉN...


SOY DE LEÓN



Nada mejor, para lo que a mí me pide el alma, que comenzar otro año recordando lo que fueron tantos otros, los de mi infancia y primera juventud. Hace ya demasiados, pero durante todo este tiempo he recorrido parte del mundo, aunque no demasiado, con el nombre de León, mi Ciudad natal, en los labios y en el corazón. Este, el corazón  -juntamente con las piedras-  es el ámbito más íntimo de todo ser humano y, cuando pasa el tiempo y ambos se pierden en el recuerdo, uno siente la ineludible necesidad de recordarlos. Hay muchas maneras de hacerlo y, en los próximos días, trataré de recordar algunos de mis poemas, aún más perdidos si cabe en la perspectiva del tiempo. Lo haré para recordarme también a mí mismo que, como Mika Waltari, hizo decir a Sinuhe, "cuando se ha bebido agua del Nilo, ninguna otra puede calmar la sed". Por ello, yo que no soy egipcio, percibo hoy la incontenible sensación de encontrarme a mí mismo. Con mi cordial saludo y estímulo a quiénes sientan la misma necesidad. Y con mi más cordial saludo y comprensión a quiénes no la sientan.

Luis Madrigal