11. SONETO DEL AMOR INSOMNE
sábado, 31 de enero de 2009
viernes, 30 de enero de 2009
LOS SONETOS DE AMOR DE LORCA (10)
jueves, 29 de enero de 2009
LOS SONETOS DE AMOR DE LORCA (9)
miércoles, 28 de enero de 2009
LOS SONETOS DE AMOR DE LORCA (8)
martes, 27 de enero de 2009
LOS SONETOS DE AMOR DE LORCA (7)
lunes, 26 de enero de 2009
domingo, 25 de enero de 2009
sábado, 24 de enero de 2009
LOS SONETOS DE AMOR DE LORCA (3)
jueves, 22 de enero de 2009
LOS SONETOS DE AMOR DE GARCÍA LORCA (2)
miércoles, 21 de enero de 2009
LOS MÁS BELLOS SONETOS DE AMOR
martes, 20 de enero de 2009
lunes, 19 de enero de 2009
LOS MITOS
En principio, efectivamente, el mito es una fábula, una ficción alegórica, que puede extenderse, no ya, como tanto se dice, al ámbito o materia religiosa, sino que comienza por afectar, antes que a la religión, a la pura filosofía. Sabido es que si la Filosofía, la ciencia filosófica, o mejor dicho el pensamiento (porque la Filosofía no es una ciencia) que trata de descubrir la causa radical de todas las cosas, llegó a nacer, fué porque, antes, la mera Mitología, no pudo, lógicamente, ser capaz de conformar a los hombres con las diversas explicaciones del mundo, y de cuanto en él acontecía. Los propios griegos, entre quienes nace, no la Mitología (porque hay mitologías muy anteriores en Egipto, Fenicia y Caldea), pero sí la Filosofía, no podrían aceptar, llegado el tiempo, que si el mar se embravecía, ello era así porque a Neptuno le había hecho daño el desayuno o la merienda, o bien por no haber podido conciliar el sueño durante la noche anterior. Por eso, el primer filósofo, tuvo que preguntarse, simplemente eso, sólo preguntarse: ¿Qué habrá más allá del mar?. Y muchas cosas más. Y, por ello, la Filosofía, no consiste en responder, sino esencialmente en preguntar. Para responder, nació la Ciencia positiva, que como decía Ortega, crece y se ensancha, a base de ampliar su diámetro, superándose a sí misma, explicación tras explicación, de tal forma que cada una de ellas corrige o enmienda a la anterior. La Filosofía, en cambio, no crece ni se desarrolla (decía don José) ampliando el diámetro, sino cambiando continuamente de centro, y por ello es “exocéntrica”, a diferencia de la Ciencia, que siempre es “concéntrica”. Cuando un principio o postulado se verifica como cierto, a partir de él, se sigue avanzando, desechando al mismo tiempo todos los que eras falsos. Pero, la Filosofía, toda filosofía, jamás desecha nada, ni puede hacerlo. Simplemente, se limita a cambiar el centro de partida. Y así, van surgiendo infinidad de "centros" y, en consecuencia, de perspectivas de desarrollo. De sistemas filosóficos.
Pero, el mito, es una realidad social compleja, que en consecuencia, no podría expresarse en virtud de una única definición, ni se puede tampoco caracterizar homogéneamente, ni ser objeto de una valoración unánime. Porque, ya nadie entiende que “mito” pueda ser sinónimo de “historia falsa”, o de “fábula”, o bien de elaboración caótica desprovista de toda lógica, y menos aún de “invención fantástica”. Y esto es así, porque hay mitos “reales”, que no son propiamente mitos, sino tan sólo engaños y estafas. Y aunque pueda resultar yo cargante, un buen ejemplo es el que antes proponía, el del socialismo y los partidos socialistas. ¡Y no digamos el del marxismo-leninismo! Cincuenta años, van a cumplirse ahora en Cuba, donde el régimen tiránico de Fidel Castro ha encarcelado y quitado la vida -asesinado- a miles de personas y exilado a más de tres millones. Si alguien preguntase a esos cubanos, a los vivos, claro, pero que lloran muy de cerca a sus muertos, o lamentan la ausencia de los que tuvieron que irse de la Isla, si eso es o no un “mito”, lo negaría categóricamente, porque su realidad chorrea sufrimiento y sangre. Y sin embargo, lo es, es un mito en la misma medida en que es una absoluta mentira, en lo que hace referencia a algo tan esencial como el modo de organizar políticamente la convivencia humana para que, en el seno de esa organización, pueda alcanzarse el mayor bienestar material posible y el mayor grado de felicidad del ser humano. Sin duda alguna, también la democracia es otro mito, pero asimismo un mito real y, tal vez, tampoco “el menos malo”, como dicen que afirmaba Winston Churchill, sino, por el contrario, el más objetivamente falso, si hemos de tomar aquellas palabras que hace pronunciar Henrik Ibsen, al protagonista de “Un enemigo del pueblo”: “Queréis tener razón, simplemente porque sois más”. La realidad pura, era la de que, en aquel balneario, sus aguas contenían gérmenes nocivos para la salud y la vida, pero la realidad práctica es que “sabían más”, porque "eran más", los que apedreaban al médico que lo descubrió, para echarle a pedradas del pueblo, a fin de no arruinar los intereses económicos. Y así sucede, tantas veces, cuando en las noches electorales “se recuentan los votos”, para que quienes hayan obtenido más, puedan dictar a millones de seres humanos la “verdad”, la que les conduzca a la ruina. Eso es, más o menos, la democracia, o gobierno del pueblo soberano y… analfabeto.
El siglo XIX, recibió inicialmente a los mitos enfrentándose a ellos en nombre del racionalismo. Entonces, mito era lo ininteligible en la realidad, el modo de pensar definitivamente superado por la Ciencia. Se consideró incluso una enfermedad del lenguaje, en el que los hombres se convertían en dioses, o personificaban los fenómenos naturales. Pero, el romanticismo, exarcebó la estimación del mito y llamó la atención acerca de su entidad, importancia y seriedad en las religiones tribales. Ello coincidió con los ataques de Nietzsche a la intelectualidad, y Bergson defendió que el mito representa la defensa de la cohesión social gracias a que la “función fabuladora”, como resto del instinto, se opone a la acción disolvente de la inteligencia. Desde luego, yo siempre he creído que el ser humano, se pierde por la razón y se salva por el instinto, pero no sé, no estoy muy seguro, de si en esto se puede dar la razón a Bergson. Paradójicamente, a la corriente anti-intelectualista, vino a sumarse el propio neokantismo, al aportar una estimación positiva del mito, llegando al extremo de otorgarle un valor cognoscitivo no inferior a la Ciencia. Y, parece ser, que aun esto no era suficiente. En el campo de la alta Psicología, Jung vio en el mito una expresión de los arquetipos del inconsciente humano. Para Jung, el mito es nada menos que una manifestación psíquica del ser del alma (noumenon) que se proyecta simbólicamente en alegorías neutralistas por obra del “inconsciente colectivo”. No sólo los psicólogos, también los etnólogos observaron aspectos positivos, de tal forma que llegaron a subrayar en el mito su carácter de “realidad vivida”. Y, por último, en el campo de la religión, uno de los más relevantes historiadores de las Religiones, el rumano Mircea Eliade, que vivió en la India, ha llegado a afirmar que el mito define a la divinidad, plástica y dramáticamente, mientras que la Filosofía y la Teología, “pretenden” definirla dialécticamente. Las comillas, las pongo yo, desde luego, aunque no sería necesario, dado el alcance y contendio semántico del verbo pretender. Porque, si Dios, pudiera ser conocido por el hombre, en ese mismo instante dejaría de ser Dios. Pese a ello, el teólogo luterano Paul Tillich, nacido en Alemania y pastor de su Iglesia en aquel país, pero que terminó explicando Teología en Harvard, también ha considerado el mito una “categoría religiosa”, porque, según él, la experiencia de este carácter capta una hierofanía (o manifestación de lo sagrado, ante un fenómeno natural, sea una noche estrellada o una puesta de sol), porque, según Tillich, el mito desvela (o “devela”, para nuestros amigos argentinos) la realidad absoluta.
domingo, 18 de enero de 2009
sábado, 17 de enero de 2009
¡SOY UN PERFECTO INÚTIL!
jueves, 15 de enero de 2009
miércoles, 14 de enero de 2009
martes, 13 de enero de 2009
LA ZAMBA
viernes, 9 de enero de 2009
UN SONETO AL AMANECER
PARA ALICIA MARÍA ABATILLI
Se retira la sombra que perece,
cual si fuera un fantasma desalado;
huye y se esconde al día, que ha alumbrado
la sonrisa del sol... Es que amanece
mensajera de amor embelesado,
sin burla, ni ambición, ni gesto airado,
ni brizna del veneno que envanece.
de una magnolia viva, no marchita.
Llega a lo alto, en vuelo enamorado.
Se olvida de la tierra, que se agita...
Y ya el soneto -Alicia- está acabado,
si a la luz de una vela, el amor grita.
Con todo mi cariño,
jueves, 8 de enero de 2009
UN SONETO AL ANOCHECER
JACARANDÁS EN FLOR
miércoles, 7 de enero de 2009
ESPEJISMO INFANTIL
lunes, 5 de enero de 2009
EN ENERO... YA ES VERANO
Ciertamente, no aquí, claro está, sino en la República Argentina y concretamente en Córdoba, la Ciudad que un día fundara aquel español que se llamó Jerónimo Luis de Cabrera, un hidalgo, que había nacido en el año 1538. En el Nuevo Mundo, había sido Corregidor y Justicia Mayor de Potosí, y recibió el encargo de fundar una nueva ciudad más o menos cerca de Santiago del Estero. Pero Cabrera, decidió hacerlo más al Sur y, asi, el día 6 de Julio de 1573, fundo la bella Ciudad de Córdoba, a lo que su condición de andaluz, le hizo añadir "de la Nueva Andalucía". Cabrera, además de su primer nombre, se llamaba también Luis, como yo mismo, de lo que me honro, aunque no había nacido en León, sino en Sevilla. Pagó gallardamente con su vida, por causa de la ambición y envidia ajenas, el haberse desviado algún trecho en la fundación de la nueva ciudad, siendo por ello condenado a muerte. Mas, como era higalgo, se libró del "garrote vil" y murió decapitado en Santiago del Estero, el día 17 de Agosto de 1574. Su muerte no fué inútil, sin embargo, porque andado el tiempo aquella Ciudad se convirtió en el Faro cultural y académico de la Argentina, en Córdoba "la Docta", donde se estudian e imparten todos los saberes humanos. Pero, sobre todo, y aunque fue fundada en invierno, ahora es allí verano, y esto es precisamente lo que a mí, de modo muy especial, apresado en el Viejo Mundo, donde ahora es crudo invierno, me llena de emoción y de alegría. Porque, no sólo intuyo, sino que he podido casi comprobar que de las verdes frondas, que allí ahora proliferan y envuelven con su encanto el espíritu humano, colgarán no sólo rosas y magnolias, sino también algún suspiro de amor, para alimentar cálidamente a quienes nos hallamos sufriendo la amenza de morir de frío. Por este motivo, para iluminar con aquella luz la entrada de este humilde Blog, yo hoy traigo a él -arriba- la esplendida fotografía y el cálido poema de la poetisa argentina, de Córdoba "de la Nueva Andalucía", Alicia María Abatilli, a quien agradezco en el alma el habérmelos enviado. Un beso, Alicia. Luis Madrigal.-
domingo, 4 de enero de 2009
UN POEMA DE RAFAEL ALBERTI
Se equivocó la paloma.
Se equivocaba
Por ir al Norte, fue al Sur.
Creyó que el trigo era agua.
Se equivocaba.
Creyó que el mar era el cielo;
que la noche la mañana.
Se equivocaba.
que la calor la nevada.
Se equivocaba.
Que tu falda era tu blusa;
que tu corazón su casa.
Se equivocaba.
(Ella se durmió en la orilla.
Tú, en la cumbre de una rama.)
Rafael Alberti
viernes, 2 de enero de 2009
GRANADA, POR LOS REYES CATÓLICOS
Pese a todo, hoy, 2 de Enero, en Granada habrá sido fiesta, una gran fiesta, porque en su Capilla real, al pie de la tumba de nuestros gloriosos Reyes Católicos, Isabel I de León y Castilla, y desde luego de España, y Fernando II de Aragón, I de Navarra y V de España, pueden leerse estas palabras: “Mahometice secte prostatores et heretice pervicacie extinctores, Fernandus Aragonvm et Helisabetha Castilla, vir et vxor, vnanimes Catholici appellati, marmoreo clavdvntur hoc tumvlo”
Y también hoy, desde el balcón de la Casa consistorial, el concejal más joven del Ayuntamiento granadino se habrá asomado al balcón central del Ayuntamiento, y habrá gritado: “¡Granada!”, que habrá sido respondido por los granadinos con la pregunta “¿Qué?”, continuando con la frase: “Granada, por los ínclitos Reyes Católicos, don Fernando V de Aragón y doña Isabel I de Castilla, ¡Viva España! ¡Viva el Rey! ¡Viva Andalucía! ¡Viva Granada!”, frases que se habrán producido tres veces, precedida, cada una de ellas, por la tremolación del estandarte Real. Luis Madrigal.-