¿NUNCA
VENDRÁS?
¡Estás ahí…! Al viento del estío
tremolan tus cabellos y el sol puro
acaricia tu piel… Yo, en suelo duro,
sin sombra de tu luz, muerto de frío.
Hora tras hora, el corazón vacío,
sin pájaros, se oculta en el oscuro
rincón del que gimiendo huyó el futuro
y el presente, sin ti, se hizo sombrío.
¿Nunca vendrás…? ¿Aun leve, como el viento
-aquel que se alzó un día a mi ventana-
y, como ayer, esclavo e irredento
mi espíritu cautivo, la solana
de tu cielo encendido traerá lento
a mi noche sombría tu mañana?
Luis Madrigal
Se hace camino al andar
Por la Tierra y por el Mar