De los Andes lejanos, un quejido trae hoy el viento, que mi pecho siente. Es el lamento del silencio hiriente que grita soledad, tan afligido.
Llega hasta mí, hasta mi pecho herido, el grito de quietud, manso y doliente, tan ausente de mí, mudo y silente, que eternamente grita, enmudecido.
Ayer como mañana, un hoy eterno, vuestras nieves albergan signo fuerte, que os hará vivir un largo invierno.
Hasta que -muertos- un clamor despierte, sin visos de terror, muy suave y tierno... La eternidad, no existe sin la muerte.
Luis Madrigal
Almas que hoy lloráis a vuestros muertos, oid lo que ellos ya escuchan en el Paraíso. Es la melodía que el gran músico alemán, Christoph Willibald Gluck, escuchó que, en el Cielo, a su son, danzaban los Espíritus Bienaventurados.
Parece ser que con bastante retraso, pero acabo de enterarme. Un terremoto de grado 8,8 Richter, ha conmovido a la Nación hermana, causando la muerte de más de un centenar de personas y quiero dejar constancia de mi sentimiento. Siempre es doloroso el sufrimiento de cualquier ser humano y más de un país entero, pero mi alma española siente en este momento mucho más aún la desgracia sufrida por un pueblo hermano. A todos los hermanos chilenos, les deseo de todo corazón el valor y la fuerza necesarios para afrontar ese gran dolor, que, de vez en cuando azota a las naciones. Me gustaría gritar a los cuatro vientos que España entera está hoy a vuestro lado. Pero, no puedo hacerlo. Ni sé muy bien qué puede quedar en pie de España, ni yo podría ser España, en cualquier caso. Sólo soy un español. Pero, eso sí, aunque sólo pueda ser en mi propio nombre, un fuerte abrazo, queridos hermanos chilenos. Luis Madrigal.-
La prensa española, en sus últimas noticias, informa sobre la muerte de más de 400 personas, y aun en Concepción se busca a otro centenar más entre las ruinas de un edificio. Por otro lado, según también se informa, el seismo ha podido repercutir en las Provincias de Salta y Mendoza, de la también querida Hermana Nación, la República Argentina, pese a que la Cordillera de los Andes pudo actuar como barrera de contención. Insistimos y duplicamos nuestras oraciones. Descansen en paz los muertos y fuerza y valor a los que les lloran. ¡Viva Chile! ¡Viva la Argentina!,
No lo recuerdo ya muy bien, porque ya va siendo difícil recordar cosas, dentro de las pocas que pude aprender a lo largo de mi vida. Pero, aun así no es fácil recordar. ¡Que sana envidia puede sentir una pobre hormiga como yo, al lado de aquella mente -la de Don Marcelino Menéndez y Pelayo- que recordaba, casi fotográficamente, no sólo el volúmen, sino la página y el renglón, donde se hallaba vertido un concepto determinado. ¡De la Biblioteca Nacional, no de la de su casa…! Para que luego digan algunos que la memoria es “la inteligencia de los burros”. No, no es así, no puede ser así. Bien, el caso es que no recuerdo si fue en uno de los cuentos de “Las Mil y una Noches”, o tal vez en otro tipo de leyenda similar, donde yo leí aquella historia que siempre me ha hecho pensar. Se trataba de un rico Señor de las cercanías de Damasco, donde tenía su palacio y posesiones, entre ellas un hermoso jardín. Un día, su jardinero llegó ante él lleno de pánico y le dijo, con la cara desencajada: “Señor, he visto ahora mismo a la Muerte, en el jardín, ¿podríais prestarme un caballo para huir inmediatamente a Damasco? El Señor, se compadeció del jardinero y le dijo: “Sí, toma el caballo que más te guste y vete a Damasco”. Pero como aquellos grandes señores, no sólo se rodeaban de un lujo oriental, sino que eran tan poderosos que no temían ni a la Muerte, y a aquél además le irritaba en extremo que nadie se entrometiese en los asuntos de su Casa, el Señor salió al jardín y, efectivamente, se encontró allí a la Muerte, a la que abroncó con severidad, compadecido de su jardinero: “¡¿Cómo es que has venido hasta aquí para asustar a mi jardinero?!”. La Muerte replico sumisa: “Señor, yo no le asustado, sólamente le he advertido, porque le he visto por aquí y yo le espero mañana en Damasco”.
Hasta aquí la leyenda, el cuento, la ficción, que trata de ser aleccionadora. Pero no todo termina en ella. Hace ya muchos años, más de treinta, aunque muchos menos de los que cuenta “Las mil y una noches”, yo mismo fui testigo presencial, directo y muy próximo, de un acontecimiento de la cruda vida real. En un Colegio cercano a mi domicilio, que ya entonces era el mismo que hoy, los niños partían de excursión hacia otra Provincia, fuera de la de Madrid, en un autocar, un “ómnibus”, o un “colectivo”, para nuestros amigos de América. Una de las madres, una mujer viuda, y por ello quizá muy temerosa y precavida, se negó rotundamente, pese a la insistencia de los profesores y las lágrimas de su hija, a que ésta se fuera a aquella excursión con el Colegio. Temía con verdadero horror los peligros de la carretera. Y así fue. La niña se quedó en Madrid y, el mismo día de la excursión, cuando sus compañeros habían llegado felizmente a Zaragoza, al cruzar la Calle de Alcalá, para realizar un recado, aún con las lágrimas de la decepción y la tristeza en sus ojos, fue atropellada por un camión, que la dejó muerta en el acto. Frecuentemente, recordamos a aquella niña, con una enorme lástima, mientras nos hacemos siempre la misma pregunta. Ella, no había huido a Zaragoza… Simplemente no había ido allí de excursión, quedándose en Madrid, porque las carreteras eran muy peligrosas.
¿Qué quiere decir eso, que repite el pueblo, un tanto insípida y simplicísimamente, pero que, con cierta frecuencia se produce, en la realidad? ¿Qué quiere decir ese “la tenía ahí”? ¿Determinan las circunstancias nuestra vida, feliz o desdichada, hagamos lo que hagamos por nuestra parte? ¿Son eficaces nuestras previsiones y medidas de seguridad cuando comemos, dormimos, salimos a la calle o nos vamos de viaje? Parece estar muy claro que, muy en general, es inútil salir “huyendo a caballo”, en busca de nuestra inmunidad a la desgracia, al llanto, a la tristeza o a la muerte… Pero, ¿acaso es esto determinismo? El determinismo, es aquella doctrinafilosófica que niega la libertad y la indeterminación en que consiste el libre albedrío. Sostiene que todos nuestros actos obedecen a una causa extrínseca, ajena a nuestra voluntad, y por ello están determinados, bien por fuerzas naturales, por fuerzas sobrehumanas o por fuerzas sobrenaturales, o divinas. De ahí, las cuatro clases de determinismo a los que se ha enfrentado desde siempre toda teoría del conocimiento: El determinismo fisiológico, el psicológico, el determinismo social y, por último el determinismo teológico, tantas veces tratado, entre estudiantes de Bachillerato y adolescentes, cuando éstos pensaban, porque lo eran. Es decir, estaban “adolesciendo”, que no es otra cosa sino carecer momentáneamente de aquello que se va a ser, así como “arborecen” las especies que, aun no son árboles, pero se están haciendo. Por ello, si arborecer es “estar haciéndose árbol”, adolescer, es “estar haciéndose hombre”. Y aquellos adolescentes, lo estaban, comenzaban a hacerse hombres, o mujeres, aunque los de hoy, la mayoría de ellos y de ellas, no lo estén, sino simplemente se dediquen a pintar paredes y romper farolas del alumbrado público. Eso, como cuestión menor. Porque, en algunos casos, bastantes, y por lo que publican los periódicos, causan la impresión, no de “estar haciéndose”, sino de ser ya verdaderas fieras.
Todo determinismo, consiste en negar la existencia de la voluntad y, por ello, de la libertad. No de la libertad de la que hablan los políticos, que esa no existe, sino de la verdadera libertad, que es la libertad onotológica, o de ser. El primero de esos determinismos, el fisiológico, me parece a mí propio de gentes que deberían andar a cuatro manos, porque al sostener que hasta las funciones espirituales más elevadas, como pensar y querer, están sujetas a las leyes físicas-qué no decir de los actos estrictamente fisiológicos necesarios e instintivos-confunden la necesidad de tales actos y su fuerza determinante con la absoluta independencia de la voluntad y su completo señorío sobre lo fisiológico. Así puede llegar Hipolito Taine, al para mí exabrupto de decir que “la virtud y el vicio son productos, lo mismo que el azúcar y el vitriolo”. El determinismo psicológico, en cambio, puede resultar de mayor entidad, al establecer que no son los móviles externos los que determinan la voluntad, sino los motivos o resortes íntimos e interiores, de carácter psicológico. Hasta tal punto hay que tomar en cuenta esta orientación, que el mismo Leibniz afirma que la voluntad jamás es libre en sus determinaciones, sino que está siempre determinada por el motivo más poderoso. Pero, este tipo de determinismo conduciría a admitir que la conciencia de la libertad no es más que una ilusión, porque como afirmaba Stuart Mill “la conciencia puede decirme lo que hago, pero no lo que siendo capaz de hacer, no hago, ya que esto no existe”. Sin embargo, admitiendo el principio de que “elegido el motivo, la acción ya está determinada”, no puede aducirse la conclusión de que la preferencia en la elección por la inteligencia sustituye y supera al libre albedrío, mediante el cual elegimos esos motivos más poderosos que determinan la acción. Menos consistencia (aunque puede que mucha mientras las gentes se emborrachen o se dejen emborarchar de cosas superficiales y superfluas), me parece a mí tener el llamado determinismo social, según el cual los actos humanos están determinados, o influidos poderosamente, por el medio ambiente en el que se vive, o por la educación recibida en la infancia y la juventud. Es cierto que tales circunstancias pueden resultar especialmenete influyentes, o si se quiere “condicionantes”, pero nunca pueden determinar la vida de nadie y, al margen de las estadísticas, pueden apreciarse casos que desmienten radicalmente esta doctrina, tanto en un sentido como en el contrario.
Y, por último (dejando al margen todos los fatalismos, tanto el musulmán, o el antiguo griego, vinculados a la fuerza superior del “fatum”-“Lo escrito, escrito está”-y el fatalismo panteista, de los estóicos, y de Spinoza y Hegel), ha de cosnsiderarse y prestarse suma atención, se crea o no en Dios, al determinismo teológico, el que afirmando a Dios, y precisamente por su omnipotencia y presciencia infinita, también niega el libre albedrío.Y aquí se centraban aquellas conversaciones y discusiones, entre los estudiantes adolescentes de mi época, en las que solíamos oír a muchos de ellos: “Y si Dios ya sabe que alguien se va a ´condenar´, ¿por qué lo crea?”. A mí, hoy, se me hace casi imposible que nadie pueda “condenarse” eternamente, en el infierno o en lugar análogo, porque confío en la inmensa Misericordia de Dios, pero entonces, debo reconocer que, cuando oía decir tal cosa, lo pasaba muy mal. Y, sin embargo, ¡que argumento más infantil! Dios, nos ha creado libres, pero no en pura teoría, sino que nos permite pasar de la potencia al acto de deliberar internamente y elegir un bien concreto. El determinismo teológico, al afirmar que todos los actos humanos y acontecimientos futuros son conocidos por Dios, por lo que el hombre ya no puede ser libre, confunde el conocimiento con el acontecimiento. Que Dios conozca las acciones futuras no equivale a que las cosas sucedan porque Dios las conoce. Y si las conoce, sin poder evitarlas en cuanto dependan de la voluntad humana, es porque en Dios todo es presente, incluso las acciones futuras del hombre, y éste es libre.
Decía Jaime Balmes, ese gran catalán sin dejar de ser munca un gran español, inserto en Madrid en la política española, Catedrático de Matemáticas, y de acendrada y rigurosa formación científica, tomista único entre todos, al que el Papa Pío XII llamó "Príncipe de la Apologética moderna”, que Cicerón atinó con la más admirable definición de la libertad, cuando dijo que ésta consistía únicamente en ser esclavo de la ley. Y, de la misma forma, la libertad del entendimiento consiste en ser esclavo de la verdad, y la de la voluntad, en ser esclavo de la virtud . Trastornad este orden-sigue diciendo Balmes-y mataréis la libertad. Suprimid la ley y reinará la fuerza; quitad la verdady entronizareis el error; abandonad la virtud y encontraréis el vicio. Susbtraed el mundo a la ley eterna, que abarca a todo hombre y a toda Sociedad y no quedará ya nada sino el dominio de la fuerza bruta.¡Con que eco tan hondo suenan hoy en España, las palabras de Balmes!.
En cuanto a eso de “tenerla ahí”, que dice el pueblo, nada tiene que ver con el determinismo. Ninguna circunstancia, por paradójica o cruel que pueda resultar, reviste carácter determinista. Que una niña muera aptropellado por un camión, ante el temor de su madre a las excursiones; que choquen dos trenes, se caiga un avión o, simplemente, la cornisa de un edificio, cuando pasamos bajo él, todo ello, no es determinismo, sino mera relación de causalidad, porque toda causa produce su efecto y no hay efecto posible sin causa. Y, en cuanto a lo demás, a lo que es substancial en el ser humano, las circunstancias, cualquiera de ellas, pueden condicionar mi vida, pero no determinarla. Sólo mi libertad me hace dueño exclusivo de ella. Sólo yo puedo hacer lo que mi voluntad determine, sólo yo soy el único respondasble de lo que llegue a ser, porque, como diría Shakespeare, un protestante, “nuestra vida no está escrita en las estrellas, sino dentro de nosotros mismos”. Yo, no soy libre, soy mucho más, soy el libre substantivo, pero mi libertad puede tener un precio muy alto. A veces, mi propia vida. Luis Madrigal.-
Este MAN, quiero decir este señor Ingeniero de Murcia, es una joya de amigo. Lo es, entre otras cosas, buscando y encontrando reproductores mp3 para BLOG. En un par de días ya ha encontardo dos. En cambio yo, sin duda por no ser Ingeniero, no encuentro uno ni en broma. Es decir, que él sale a una medida de uno diario (1,00/día) y yo a 0,00. ¿Es así, verdad?. Hasta ahí llego. Creo que a eso los Ingenieros, lo llaman la "ratio", que en Latín -ratio-onis- significa en principio "cálculo, cuenta, acción de contar". Pero también puede significar otras cosas: "Rerum verborum ratio" (disposición de las palabras); "ratio mentis" (estado mental); "ratio atque inclinatio temporum" (estado y cambio de las cicunstancias); "ratio agnimis" (disposición de las fuerzas); "ratio civitatis" (régimen político). Bueno de esto, mejor no hablar., para no tener que hablar nunca más ("nunca mais") de la "ratio bellica" (orden militar), sino siempre de la "ratio domestica" (orden civil). Otras muchas, muchísimas cosas más, puede significar la palabra latina "ratio"... Entre todas ellas, la que a mí me parece más importante es la significación del término o locución "recta ratio", o facultad de razón, de juicio, en suma, inteligencia pura, perfecta. Acuérdense quiénes lo supieron alguna vez: "Rationis ordinatio ab bonum commune, et ab eo qui curam communitatis habet, promulgata". Traduce, MAN, ya que pasaste por 4º y Reválida, de aquel Bachilllerato que se sacaron de la manga, pero luego no quieras vengarte exigiéndome despejar una ecuación de segundo grado con varias incógnitas. Puedes probar, casi únicamente, con la relación pitagórica trigonométrica, cuya demostración requiere la inscripción de un triángulo en una circunferencia, de modo tal que uno de sus lados es la ordenada y el otro la abscisa. No lo intentes, porque eso me lo sé, fué casi lo único que puede retener de aquellos días de martirio chino. Pero, bien, de lo que se trata hoy, es de los reproductores mp3 para Blog. Y Man ha encontrado otro nuevo, respecto al descubierto hace dos días por él mismo. En principio, no parece mejor que el "MAN SZ mp3", sino más o menos similar y, si ninguno de los dos permite subir nuestra propia música, ¿Cómo podré oír yo la tuya, y la de "C" o Mercedes, y otras muchas, o vosotros las mías? Ya os he dicho que puedo ofrecer todo Mozart, todo, excepto las óperas. Por tanto, querido Man, tendrás que seguir buscando. En cualquier caso, yo voy a guardar ambas posibilidades, e incluso, ahora mismo, ofrecer lo que pueda, lo que disponga entre su "almacén" este nuevo reproductor. En otro caso, sin duda elegiría el 2º Andante (6º movimiento de la Serenata "Haffner"), aunque sea el "Rondó" de esta misma Serenata el que conmoviese un día mi corazón Aviso para navegantes, por si a alguien se le ocurre buscar. Hay dos "Haffner" en Mozart, la Serenata, a la que me he referido (KV 250) y la Sinfonía Nº 35 (KV 385) . ¿Verdad "C"?. Un abrazo a todos, queridos amigos. Vamos a ver que ofrece el nuevo reproductor de MAN. Le llamaremos el "RADIO-BLOG MAN mp3". Se pueden ajustar los colores, y me temo haber eligo algunos nada armónicos, ni complementarios. ¿Verdad "C"?. Tú eres "bifronte", entre la Pintura y la Música, y por ello puedes enseñarnos mucho a los que no sabemos. Allá, va: Dentro de Mozart, me he decidido, y dentro de lo que había, por el "Ave Verum Corpus", del Trinity College Choir. Espero que se oiga y que lo disfrutéis mucho. Luis Madrigal.-
Pues, no, querido MAN,con el "AveVerum" no funciona. Probaré con la archiconocida "Eine Kleine". ¡Que horror de colores he puesto!
Hay un refrán, o "un dicho", muy español, según el cual "para muestra basta un botón". Y yo, ayer mismo, en la entrada correspondiente a ese luminoso día, dejé, no uno, sino dos claros y aleccionadores "botones", de eficacia en la búsqueda de los problemas y en la solución, fácil o difícil, de los mismos. Se trataba de una pequeña dificultad informática -tampoco quiero "quitar méritos" al asunto- que nos impedía, a otras personas y a mí mismo, acompañar de música nuestras entradas en el Blog. No se trataba, si es preciso aquilatar, de un problema "físico", que pudiera ser resuelto, propiamente, al amparo de los postulados de esta Ciencia, la única que toma, como objeto formal de estudio, la materia, no. Y, posiblemente, hasta cualquier "rapazaco tocateclas", de esos que ahora echan los dientes frente a un ordenador y hacen todas esas cosas que impulsan a sus madres o abuelas, a decir que "son muy listos", hasta uno de estos petit maitres , o cualquier otro sacerdote de la praxis, de los que, a palos de ciego van abriéndose camino ante los problemas, hubiese podido encontrar la solución. Pero, la encontró un Ingeniero (ahora sé que su especialidad es la de Ingeniero Industrial, ya sea eléctrico o mecánico, que también hay que distinguir). Y, dadas mis experiencias personales, en el mundo interdisciplinar, con decenas y hasta centenares de Ingenieros, eso sí, en el nauseabundo seno de una Empresa nacional por completo corrupta e intelectualmente degradada, me hicieron cargar, un tanto subliminarmente sobre los Ingenieros. Sin duda, fuí injusto y pido perdón. En primer lugar a la Ingeniería, en general, sin la cual el hombre moderno retrocedería poco a poco hacia las cavernas, y, posiblemente, a una buena parte de Ingenieros, de todas las especialidades, incluso a la inmensa generalidad de los mismos, excepto a aquellos energúmenos (asimismo muy en general, porque, en particular, también había auténticas lumbreras) que jamás habían ejercido de tal. Tan sólo eran meros burócratas, muchas veces, o casi siempre, invadiendo los campos de competencia propios de otros profesionales. Pero, ni habían elaborado nunca un proyecto, ni jamás dirigido una obra, ni nada de nada que tuviese que ver con la entonces "regla de cálculo", más tarde sustituida por otras máquinas, y no digamos por los modernos ordenadores, que pueden calcular solitos una estructura de muchas toneladas y hasta diseñar un cuarto de baño, u orientar un dormitorio, con su cama, justamente en la posición más saludable. Conocí a un ya viejo Arquitecto (son primos hermanos, aunque se peleen) que afirmaba y desarrrollaba una teoría científica al respecto. Y también pude conocer (¿dónde andarás Alfonso?) a otro muy joven que se pasaba la vida entre probetas de ensayo, buscando la aplicabilidad de sus fórmulas con "los polímeros". Por cierto, digo que se "peleaban", o no se veían excesivamente bien, porque los Ingenieros, que en España fueron en su dia una casta sacerdotal, ungida por la arbitrariedad del Poder político, en el fondo, despreciaban a los Arquitectos (olvidando tal vez que Miguel Ángel o Leonardo, lo fueron, asi como la Arquitectura una de la siete artes clásicas, junto a la Música o la Poesía) y esgrimían el insultante y gratuito argumento de que sólo era Arquitecto el que carecía del suficiente talento para ser Ingeniero, o no era suficientemente marica (entonces no se decía "gay") para ser Decorador.
Pero, estos "chascarrillos", los hay entre todas las profesiones similares, o limítrofes. Tambien entre Abogados, y no digamos entre Médicos, donde se ridiculiza a los Psiquiatras, sin cuya sacerdotal ayuda no podríamos vivir los locos. Por ello, al volver ahora la vista atrás, y en particular sobre mi entrada o comentario de ayer, no puedo menos de pedir disculpas a la Ingeniería, que no es una Ciencia, desde luego (también se discute, dentro de otras coordenadas de orden, si lo es o no el Derecho), pero sí es una Técnica indispensable para la humanidad. La Técnica (en lo que se refiere a los Ingenieros de Caminos, Canales, Puertos y otras magnificencias, que gratuita y pretendidamente eran seres superiores, no sólo a los demás Ingenieros, sino a todos los hombres,) de los que al fin al cabo son los transformadores del medio físico, para lo que es preciso horadar las montañas o llenar de agua los valles, y construir las presas, las carreteras o los ferrocarriles. No digamos los Ingenieros Industriales o de Telecomunicación, sin los cuales no existiría Internet, ni el teléfono movil, ni tantas y tantas cosas como hoy disfrutamos, ya entrado el siglo XXI. O los Ingenieros Químicos , Agrónomos o de Montes, Aeronáticos o Navales, ue juegan papeles decisivos en orden a la industrilización la alimentación o la protección y salud de species vegetales, indispensables para la vida humana, del trasporte aéreo o marítimo... Y tantos otros más.Todos ellos son necesarios.
Ayer, quise rendir un homenaje de admiración, y sobre todo de cariño, a mi buen y reciente amigo MAN, sin conocer siquiera entonces su especialidad y, como las situaciones se agudizan por los contrastes, para resaltar aún más mi elogio, quise acordarme de aquella panda de inútiles, entre la que conservo excelentes amigos y muy competentes profesionales de la Ingeniería. Uno de ellos (mi más cariñoso recuerdo, querido Mario, extensible a ese portento de la electricidad llamado Enrique) decía de sus congéneres que "eran confusos, profusos y difusos". Esos, los que no sabían hacer la "o" con un canuto, sobre todo en aquella primera época maraviloosa del PSOE, eran los "Jefes", procedentes todos ellos de la Calle de Ferraz, en Madrid y otras Federaciones del Partido, y todfos ellos con barba.Y los que sabían hacer todas las letras del abecedario, y todos los números, que eran los menos, simplemente eran "Técnicos de Apoyo". Por eso fueron y son amigos míos. Como hoy, nuestro querido MAN, que nos ha permitido encontrar en Internet un reproductor (el "SZ-MAN mp3"), de momento perfectamente útil. Un abrazo, querido MAN, pero también mi sentida admiración a todos los Ingenieros que sirven para algo y que, fuera de aquel valle de sombras, casi seguro, son muchos más de lo que yo creo. Luis Madrigal.-
Y esta es la prueba más visible, no de lo que puede hacer un Ingeniero, por descontado, porque esto podría haberlo hecho cualquier "rapazaco aprietateclas", de esos que tienen madre (como Julián), aunque no se lo diga la "Señá Rita". Generalmente estas señoras, se llaman "Juani", "Toñi" o "Rosi" y llevan rulos pemanentemente, cuando van a comprar el pan. Y sobre todo, tales chicos, tienen abuela, más o menos de los mismos signos externos. Esta que sigue es la prueba, digo. ¡Ah...! y el que canta, no es precisamente un Ingeniero de la RENFE, destacado o en comisión de servios para efectuar funciones de "bel canto", porque aquellos "ingenieros" sabían hacer de todo . Es nada menos que Alfredo Kraus, aunque tan sólo cante Zarzuela.
Querida "C": Acabo de leer tus comentarios a la entrada de MAN sobre Chopin y he sabido por ti misma que Rubistein y Alicia son tus dos favoritos en la interpretación del piano. También he creído entender que no sabías cómo bajar un video musical de YouTube. ¡Pidamos a Dios que no se corrompa, como GOEAR...!. Pero ser, es muy fácil. No tienes más que teclear en tu navegador YouTube, conectar con su página y abrir una cuenta (totalmente gratuita). Has de ir a la sección, o solapa de "Vídeos" y buscar allí al artista o al interprete que desees. Abrirlo, como todo vídeo, y acumularlo, si lo deseas entre tus Favoritos, opción que te ofrece el propio TouTube. Después, si también quieres pasarlo a tu Blog, para publicarlo en el mismo, no tienes más que copiar el código y después pegarlo en tu entrada, antes o después de escribir tu texto, aunque pienso que es mejor hacerlo después. O bien publicarlo sin texto, como yo suelo hacer en la serie cronológica que ya inicié hace algún tiempo. Yo, ahora mismo he dejado escrito este texto, en tu honor, y ahora voy a buscar en YouTube a tus dos ídolos, para ofrecértelos en esta entrada. Esta vez, espero no hacer el ridículo como con el maldito reproductor de mp3. Ahí van. A Don Arturo, tendrás que verlo en blanco y negro. A nuestra Alicia de Larrocha (pese a haber nacido en Barcelona) la puedes ver en color. No interpreta a Chopin, pero sí a Mozart. ¿Es igual, no? Un beso, "C". Luis Madrigal.-
¿Has visto, "C", cómo es muy facil. Que lo disfrutes.
Este provisional fracaso en mi intento de encontrar un reproductor de sonido mp3, tanto para poder acompañar de evocadora música cualquiera de mis posibles entradas en este Blog, como incluso (soy tan inconsciente que me atrevo a todo) hasta para declamar mis poemas, no es que me haya irritado, colmando de ira mi tiempo, porque de la ira ya he aprendido a librarme. Tan sólo hay que cerrar los ojos y pensar. Al momento, llega la calma. Lo que si me ha dejado ese pequeño fracaso es tristeza, como casi todas las cosas. Quiero decir, como casi todos mis fracasos, que no son ni han sido pocos. Y, entonces, cuando por cualquier cosa, por la más insignificante, me encuentro triste, acudo a mi herramienta y medicina más infalible. Escribo un Soneto. Y, mientras veía caer la lluvia, esta tarde en Madrid, donde no nos deja ni por un momento, mientras divisaba oscuros los árboles del Parque y únicamente un ligero resplandor se atrevía temeroso a romper la penumbra de mi ventana, he escrito este, el que responde al título de esta misma entrada:
OTRA VEZ LA LLUVIA
Caía otra vez la lluvia fina y, tras claros cristales, no mojaba; tan sólo luz plomiza penetraba el penumbroso azul de una cortina.
Ni un pájaro de fuego en la colina vivía la gris tarde, ni volaba, y, en su ausente silencio, me anunciaba mil tardes más sin una golondrina.
¡Qué lejanos los días en que el sueño me hizo creer que alguien conmigo estaba y que, entre sol y luz, yo era su dueño.
Un día gris, de invierno madrileño, venía a desmentir lo que soñaba, aunque lejos luciese un sol de ensueño.
Luis Madrigal
(Sin música alguna. No tengo reproductor y estoy muy triste.)
Eso, era antes de que mi amigo MAN descubriese un maravilloso reproductor mp3 SZ. Este:
"C", Mercedes, MAN, vais a escuchar el Nocturno, OP. 9, Nº 2 de Chopin, con la mágica interpretación de Arthur Rubistein
Mis queridos amigos, más o menos cercanos y más o menos lejanos, sobre todo a mis entrañables amigos del alma: Tengo que "pedir tiempo" como en Baloncesto, para descanasar mi torpe mollera en esto de Internet, los Blog, la música y los reproductores mp3 que permiten insertar, según se dice música -bella música, naturalmente- sin necesidad de sufrir ese flagelo de los tiempos modernos, la maldita publicidad, sobre todo cuando es sumamente ordinaria y de mal gusto. ¿Cómo podríamos permitir que se infecte a Mozart, Beethoven, Schubert, Brahms y tantos otros (no demasiados más) con esa estúpida cantinela que ha dispuesto GOEAR... ¿Qué es lo que dice al final?. Yo he creido escuchar "sepulterana", o algo así. ¡Que espanto!. Porque "sepulvedana", sería algo normal y muy digno, para los naturales de Sepúlveda, la noble Villa segoviana, y para todo el mundo, pero esto otro que casi no se entiende, y con esa voz que suelen adoptar los pésimos caricatos, que se dedican -¡pobres!- a estas repugnantes cosas, para poder comer. ¡Ay lo que hace el pan y la patata...!
Bien, es decir, mal... Pues estoy muy cansado. LLevo cerca de 5 horas y nmi torpeza y la del señor que explica esto en un vídeo (¡ay que ver también cuanto saben estos chicos de la Informática, de todas estas cosas raras y qué poco, no ya de retórica o de prosodia vinculada expresión visual, sino simplemente de la la gramática más elemental para expresar ideas, aunque sean complicadas!) Hablo de quienes se expresan en castellano, desde luego. Todavía no he podido encontrar un solo "Tutorial" de esos que dicen enseñar a hacer este tipo de cosas, donde quien habla, y al propio tiempo remite a gráficos o figuras, pueda ser entendido. Al menos, por mí. Estas gentes deben pensar que un simple y mero detalle como una coma (,) no puede hacer variar radicalmente el significado del mensaje. Recuerdo ahora, por este motivo, aquella frase tan célebre aque servía dde eejmplo acerca del significado tan distinto, y hasta contrario que puede hacer cobrar a la expresión escrita una simple coma. El ejemplo, era este: Irás volverás no morirás. ¿Le ponemos alguna o algunas comas (,) en algún sitio? Pues algo así, solo que mucho más sucede con esto de "las pestañas" "redactar" o "Edición de HTML"; o con el copiar y pegar "códigos". A mí, los códigos de todo tipo me resultan muy familiares, pero estos diabólicos inventos, no me van nada bien. Soy torpe, muy torpe, lo confieso abiertamente. Pero... ¿y tú, Man, que eres Ingeniero?.
Bueno, por el momento "pido tiempo"... Pero volveré a la cancha, con más ahínco, si cabe. La razón de pedir árnica y descanso es la de que en el último de mis intentos para hacer funcionar ese reproductor mp3 que conseguí (pero sin que sonase) en el primero de ellos, se ha "desconfigurado" (¿se dice así?) toda la peresentación de mi pobre Blog, con lo que he llegado ahasta asustarme. Gracias a Dios, se ha solucionado y ha vuelto a su apariencia habitual, gracias a eliminar todas las entradas correspondientes a cada uno de esos torpes intentos. Tan sólo dejo el primero de ellos, aparanetemente feliz, pero sin sonido. ¡Mucho mejor sordo y mudo que los previamente vociferantes de GOEAR, anunciando ese producto que dice no contener azucar, ni dar sueño ni hacer bostezar... Es posible que así sea, pero, con toda certeza, lo que además no deja de dar, es asco. Luis Madrigal.-
Arriba, la imagen o logo de GOEAR (nadie lo utilice, está contaminado y vendido al dinero) y más abajo la bellísima Plaza de Sepúlveda (Segovia). ¿De verdad que el payaso que grita al final de la abuelita de Caperucita, no dice algo así como "sepulteranas"?. Dada la confusión prosódica, deberían querellarse los de Sepúlveda. ¡Animo, ya tienen ustedes quien firme la querella...! ¡Gratuitamente!
Gaius Cilnius Maecenas, al que Tácito llama, abreviadamente Cilnius Maecenas, no sólo fue un excelente consejero de Cayo Octavio Turino, u Octaviano, más tarde convertido en el primer Emperador de Roma, Imperator César Augusto, sino también un decisivo pilar económico del Principado, hasta el punto de haberse dicho que hasta financió la Batalla de Filipos, en la que Octavio y Marco Antonio se enfrentaron a los asesinos de César, Bruto y Casio, con victoria final de los dos primeros, lo que supuso el cambio y transición de la vieja Republica romana al Principado de Augusto. Pero, aparte de estas hazañas bélicas, por lo que Maecenas, es decir, Mecenas, ha pasado a la Historia es por su protección, en principio a las Letras y a los literatos, y más tarde también a las Artes y a los artistas. Mecenas, es nada menos que el descubridor de Horacio y el protector de Virgilio, que escribió las Geórgicas en su honor. Con el tiempo, un buen día su nombre se sustantivó y, desde entonces alcanzaron la condición de mecenas quienes, a través de todos los tiempos, han dispensado su protección y favor gratuito a los escritores, a los pintores y escultores, a los músicos y a cuantas otras otras formas del arte y de la cultura, en general quepa ayudar. Porque, es bien sabido aquello de que, en caso contrario, tanto los poetas como los pintores o los músicos, suelen morirse de hambre. Dos puntualizaciones específicas, es preciso hacer por mi parte, antes de seguir escribiendo lo que me propongo escribir. En primer término que, una buena parte, por no decir casi todos o, simple y llanamente, todos, sin excepción, de cuantos escribimos, pintamos, cantamos o, en general, tratamos de mostrar alguna inquietud intelectual en este mundo de los Blog, ni mucho menos, creo yo, podemos considerarnos "escritores" o "artistas", aunque algunos lo puedan ser, sino más bien personas que ya hemos hecho nuestra carrera en este ámbito de la Literatura, el Arte o la Música. ¡Dios nos libre de decir que alguien nos retira su apoyo...! O, mucho menos, que de ser así, nadie podría "descubrirnos", como se hubiese quedado sin descubrir Horacio, o Virgilio no hubiese podido escribir la Eneida... Nada de eso. Admitimos humildemente nuestra escasa entidad literaria o artística. Yo, al menos, así me declaro. Esta es la primera puntualización. No faltaba más. La segunda, también lógica y si cabe justa y proporcionada -yo no lo puedo saber, o no puedo saber hasta qué punto- es que las Empresas o Entidades que prestan generosamente sus medios a los que las utilizamos de un modo gratuito, lógicamente han de nutrirse de algún de tipo de contraprestaciones, simplemente para poder seguir prestando esa ayuda. Ya está dicho todo lo que, previamente, me parece procedente y ecuánime decir.
Y dicho ello, también tengo que decir que, de continuar así las cosas, iré progresivamente limpiando, en el sentido estricto de la palabra, toda la basura que, en mis anexos o aportaciones musicales, he venido publicando en muchas, o en casi todas mis entradas, con el hasta hace muy poco inestimable auxilio de la firma GOEAR. ¡Ya me parecía a mí, que esto era mucho "mecenazgo"...! Recientemente, GOEAR, ha decidido, tras su último cambio de formato, incluir forzosamente determinado tipo de asquerosa, burda y desagradable publicidad, que, en el caso de algunos productos hasta resulta ininteligible, aunque ordinaria y altamente chabacana. Pues bien, debo decir en honor a la verdad, que, por lo menos, yo he subido a esa Red, como mínimo tantas piezas musicales como he bajado, de entre las que han subido otras personas. Pero, se acabó el negocio, o el trueque. No subiré ni una más, sino que eliminaré todas las que se han ido infectando con tan horribles y repugnantes mensajes. publicitarios ¡Y lo siento mucho por algunas...! Pero, ¡vayan ustedes a vender esos productos a la puta calle! Ya he comenzado a investigar otras posiblidades, de las que prometo comunicar públicamente lo que pueda descubrir, si es que de algo soy capaz. Y también efectuaré algunas consultas, a personas que me consta saben cómo hacerlo. De antemano, ruego cualquier posible orientación al respecto. Pero, se acabó GOEAR. Además de las impertinentes intrusiones, inmisiones e irrespetuosas "coladuras" de gentes poco civilizadas, ahora resulta que esta Compañía, que yo creía generosamente modélica, también nos "ha salido rana" y se vende al dinero, ese excremento de Satanás, como en su día lo llamó un converso, Giovanni Papini. ¡Adiós, GOEAR...! Desde luego, entre los nuevos mecenas, no están ustedes. ¡Que un rayo los parta! Luis Madrigal.-
En la imagen de arriba, el famoso cuadro "La Villa de Mecenas", del pintor alemán Jakob Philipp Hacker, nacido en Prenzlau, en 1731, que vivió en Italia hasta su muerte en Piero di Careggi, en 1807, y que también fue Pintor de la Corte de Fernando IV en Nápoles. Gracias a Dios, ni era músico ni en su tiempo existía GOEAR.
La ceniza es el polvo de color gris que queda después de una combustión completa. En consecuencia es el resto inicialmente inconsumible de todo ser muerto, ya sea por icineración o por descomposición de sus tejidos. En síntesis, es polvo y, por ende, polvo del hombre. Por eso, en cierta medida, personalmente me gustaba más la fórmula anterior que la que actualmente se pronuncia, al depositar los restos icinerados de los Ramos del año anterior, sobre la cabeza o la frente de los fieles, que en esta Festividad la reciben. Se decía anteriormente, por no decir ya "antiguamente", en este rito: "Memento homo, qui a poluis eris et a poluis reverteris". Cuando yo era un niño pequeño, traducía por mi cuenta, un tanto libre e inexactamente: "Recuerda, hombre, que eres polvo y en polvo te convirtieres". ¡Qué desastre!. Sobre todo el tiempo verbal por el que traducía la palabra latina "reverteris", transformándola arbitrariamente por mi cuenta en futuro de subjuntivo (tal vez influido por Cervantes en El Quijote, que ya había comenzado a saludar de lejos), cuando lo era de indicativo. En realidad, todo ello era futuro y yo lo había convertido, mitad y mitad, en presente de indicativo y en futuro de subjuntivo, con lo cual la concordancia se iba a hacer gárgaras. Un desastre de traducción. Más tarde, cuando comencé a estudiar Latín en el Bachillerato (Plan 1938, ¡qué viejo soy ya, Dios mío!) advertí mi craso error. Los verbos latinos regulares hacen su futuro en ero-eris-erit (seré-serás-será) y lo mismo sucedía con el verbo reverto-verti-versum, que significa muchas cosas, volver sobre los pasos, pero también "convertir en". En consecuencia, "reverteris", tenía que traducirse como futuro de indicativo, exactamente igual que "eris" (del verbo sum). La traducción correcta, era, pues: "Recuerda, hombre, queserás polvo y en polvo te convertirás". Mejor así, mucho más optimista, menos angustioso. Todavía no era yo polvo, pese a que iba a serlo después de mi muerte. Pero cuando se tienen tan pocos años como yo tenía entonces, la Muerte, casi ni existe, porque se la ve allá muy lejos, casi como si nunca fuese a aparecer.
Hoy, la Iglesia, no sólamente ha hecho más "cortesana", más humanitaria, menos "acojonante", con perdón, en su dialogo con el mundo, la formula del Miércoles de Ceniza, sino que ha establecido un matiz que me parece muy positivo y alentador. Ya no se trata de asustar, sino de insistir en el Camino que a todos ha de conducirnos al más feliz final de nuestra existencia. Y ahora, se dice: "Conviértete y cree en el Evangelio". O bien, tras el arrepentimiento de los propios pecados por parte del que va a recibir la ceniza, el Sacerdote manifiesta: "Que Dios te dé un corazón nuevo y misericordioso". Estas fórmulas son menos alarmistas, nada escatológicas, si se quiere más "descafeinadas", pero sin duda también mucho más optimistas y esperanzadoras. Porque, si nos convertimos, que no es otra cosa -convertere- sino "verter hacia nosotros mismos", para encontrar dentro de nuestra más profunda intimidad el Evangelio, que es la Buena Noticia, ninguna otra cosa, y menos aún trágica, cabe pensar, sino tan solo la alegría y la esperanza más firmes en nuestro futuro de ultratumba. Tampoco es ninguna simpleza, recibir un corazón nuevo y misericordioso. ¡Celebrémoslo, pues con júbilo!. Y, perdón, por terminar de un modo tan brusco, pero se me está haciendo tarde: Tengo que ir a "tomar", o recibir la ceniza, sobre mi cabeza, porque soy un hombre. Las mujeres, la reciben en la frente, como muestra la imagen de arriba. ¡Y sólo dispongo de un cuarto de hora para llegar. ¡Feliz Miércoles de Ceniza, amigos todos! Luis Madrigal.-
Ahora que el Carnaval habrá pronunciado ya su último estallido -en Río de Janeiro, en Venecia, y también aquí en España, Tenerife, Las Palmas, Cádiz y en otros muchos lugares- y con él se habrán saciado todos los instintos de la carne, (entendiendo por tal tan sólo el simple intento de eso que se llama "ser feliz", o "divertirse"), llegan a mi memoria los textos litúrgicos de este último Domingo, el VI del Tiempo Ordinario. Todas las situaciones, se agudizan por los contrastes y esta del Carnaval (que a mí me parece tan solo una costumbre inocente, si se compara con la sarta de monstruosidades de que el ser humano es capaz), en la que casi todos los que se disfrazan lo hacen "de sí mismo", viene a contrastar radicalmente con lo que mañana se inicia. Mañana es Miércoles de Ceniza, la fiesta en la que la Iglesia nos recuerda que hemos de morir y convertirnos en polvo. Quizá, por ello, antes se ha celebrado el Carnaval, en una estrecha relación lógica. Si hemos de morir -ya lo decían los antiguos paganos- "comamos y bebamos, [y algunas otras cosas sin duda placenteras a los sentidos de la carne] que mañana moriremos". Ahora se suelen oír versiones más o menos distintas, pero sólo cambia el matiz. "Para cuatro días que va a vivir uno..." O una. Pero lo malo no es morir, sino vivir mal, caminar por sendas que no conducen, no pueden conducir a ninguna parte, si divergen del fin último al que todo ser humano puede y debe aspirar, y del medio para alcanzarlo, esto es, del orden, en su justa significación. Porque el "orden" no es el que impone un guardia de la porra, sino la recta disposición de todas las cosas a sus propios fines. Sólo eso. No se puede escribir con una escoba, ni tampoco barrer con una pluma estilográfica. Esto, sería puro des-orden. Por ello, se impone la necesidad de caminar y vivir siempre dentro del orden y, entre todos ellos, dentro de aquel que pueda prodigarnos el sumo bienestar, que es eso de "la felicidad", que dicen las gentes, de imposible alcance, según me parece, por parte de ningún Carnaval.
A partir de mañana, se inicia la Cuaresma, cuarenta días "entrenando", para poder "estar en forma" a la hora de iniciar y proseguir en la misma idea de ese orden, sin más genuflexiones, ni paños morados. Pero antes, como ya he dicho, ha venido a mi mente, por contraste, como también he apuntado, lo que el Profeta Jeremías (17, 5-8) proclamaba este último Domingo en la Primera Lectura: "Maldito quién confía en el hombre y en la carne busca su fuerza...". ¡Qué palabra, tan terrible, "maldito"...!Si uno de esos periodistas tan desconocedores de tantas cosas (de casi todo), pesca este texto, lo publicaría en primera plana y a grandes titulares: ¡Fijénse, fijénse lo que dice la Biblia de los cristianos...! Pero hay que seguir leyendo y pensando. ¿Cómo no vamos nosotros a confiar en los hombres, en los médicos, cuando estamos enfermos, en los ingenieros y arquitectos, trasnformadores del medio físico, que construyen los puentes, las presas y los edificios que servirán de hogar, de Hospital, de Escuela, de Sala de Conciertos? ¿Cómo no vamos a confiar en nuestros hermanos en la fe, animados por el mismo espíritu?. E incluso en quiénes no lo son, pero son personas llenas bondad y de ternura que nos quieren y protegen... ¡Claro que confiamos en los hombres...! Jeremías también lo sabe, y por ello añade sin solución de continuidad: "... apartando su corazón del Señor". La conclusión categórica es la de que no puede confiarse sólo en los hombres. El que así se conduzca "será como un cardo en la estepa, no verá llegar el bien; habitará la aridez del desierto, tierra salobre e inhóspita..." Tiene que ser horrible, espantoso, encontrarse siempre -aquí en este mundo, sin necesidad de morirse, y aparte de la otra Vida- con la sequedad en la garganta y el sudor pegado a la piel, caminar a través de un árido desierto, sin poder levantar los ojos al cielo, para llenar el corazón de esperanza ... Pero, en cambio, "bendito quien confía en el Señor y pone en el Señor su confianza. Será un árbol plantado junto al agua, que junto a la corriente echa raíces; cuando llegue el estío no lo sentirá, su hoja estará verde; en año de sequía no se inquieta; no deja de dar fruto". ¡Qué maravilla! Y eso tan sólo por confiar en Dios y poner en Él la confianza, sea lo que fuere cuanto pueda rodearnos. En esos momentos tan trágicos en los que el mundo parece venírsenos encima, cuando ya ni sangre nos queda en nuestro corazón y el dolor o la angustia parece que nos asfixian y aniquilan... Entonces es cuando podemos levantar los ojos al Cielo, para no sentir esa tremenda aflicción. Con el Carnaval, creo yo, no puede suceder lo mismo, entre copa y copa, mientras se dispara el matasuegras. Estoy hablando de un Carnaval muy "cutre", muy de tercera división, pero en el sentido indicado resulta equivalente al más sofisticado y "glamuroso".
También San Pablo, sabe perfectamente que hemos de morir y la Segunda Lectura de este mismo Domingo (1ª Corintios 15, 12. 16-20), nos dice: "Si anunciamos que Cristo resucitó de entre los muertos, ¿cómo es que dice alguno de vosotros que los muertos no resucitan? Si los muertos no resucitan, tampoco Cristo reucitó. Y si Cristo no ha resucitado, vuestra fe no tiene sentido... Si nuestra esperanza en Cristo acaba con esta vida, somos los hombres más desgraciados. ¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos: el primero de todos". ¡Alegría infinita! Negocio redondo. No sólo los momentos de dolor y de angustia, mientras vivimos, se llenarán de sosiego y de paz, sino que, Dios nos resucitará, no allá en los incalculables y casi metafísicos e infinitos tiempos del llamado "ultimo día", entre la trompetería del Valle de Josafat, sino en el mismo instante de nuestra muerte. La Muerte, sólo será un mero tránsito apenas perceptible, como quien cruza el umbral de una puerta, en su propia casa, para pasar de una estancia a otra. No hay dos vidas, nuestra vida es única, una sólamente. Vale la pena creerlo, sin que ello sea un cuento para niños, porque si no creemos, estamos condenados a la desesperación y, si no cremos que Cristo ha resucitado y a su Resurrección seguirá la nuestra, -ya que Él tan sólo ha sido "el primero de todos"- nuestra fe carece por completo de sentido. Pensar, o esperar, ciertamente, no es creer. Pero sí que lo es, simplemente "querer creer", como quería ver, sin que viese, aquel ciego del Evangelio, que gritaba al paso de Jesús, cuando formuló una petición bien sencilla, a la pregunta del Señor: "Señor, que vea..."Esa misma respuesta, la de un pobre ciego, creo yo -también pobre de mí- puede ser más que suficiente, para poder ver. Y ello debe dejarnos llenos de calma y de esperanza.
El propio Jesús, cierra en el Evangelio (Lucas 6, 17.20-26) esta serie de inmensa esperanza. Mateo y Marcos, presentan el mismo pasaje en distintas topografías. Generalmente, se conoce esta manifestación capital de Jesús como "El Sermón de la Montaña". Lucas, lo hace en un llano. Y dice que Jesús, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: "Dichosos los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios... (si) ahora tenéis hambre, (después) quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros cuando os odien los hombres y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo... ¡Ay de vosotros los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo... ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacían vuestros padres con los falsos profetas".
Señor, hoy, cuando se apagan ya los ecos del Carnaval -y siempre- mientras aliente mi espíritu, quiero gritar: Aumenta mi pobre fe, para que yo también pueda ver... Para que pueda confiar siempre enTi y, con ello, librarme del dolor, y de la aridez de este desierto. Aumenta mi fe para creer en tu Resurrección, porque la mía será consecuencia de ella. Para alcanzar la verdadera felicidad. Quiero ser capaz de ser pobre, vivir con los pobres, y entre ellos, y de llorar mi llanto hasta que pueda transformarse en risa y alegría. Amén. Luis Madrigal.-
No las he contado, pero creo que esta que en estos momentos cae, es la cuarta nevada del Invierno sobre los tejados y las calles de Madrid. Sobre los muros de sus casas, sobre los marcos de sus cristales... Suaves y blandos, los hermosos copos blancos, llenan el aire entero y, desde mi ventana, yo los veo caer, acompañándolos con mi sentimiento más fervoroso, para atraerlos a mi corazón. Quiero que, en este seno tan cálido, que suspira cada segundo, recordándome mi compromiso con la vida, encuentren el calor que el frío ambiente invernal les niega, convirtiéndolos en parte de su fantasmal espectro. Quiero ver, en cada uno de ellos, el recuerdo de otros días ya lejanos, de luz y de esperanza. A veces saco mi mano a través de la ventana y dejo que, lentamente, se vayan acumulando sobre su palma abierta, y también casi aterida y temblorosa, para que nadie pueda pisarlos, al caer sobre el suelo. Luego, retiro mi mano y dejo que, lentamente, vayan disolviéndose, licuándose entre los poros y entresijos de la piel, para impregnar mis tejidos e inundar de ellos todo mi ser... Son los hijos de aquellos otros copos de nieve, que iluminaron mi infancia junto al fuego, cuando en mi corazón tan sólo reinaba la alegría y mi mirada se perdía extasiada a través de otra ventana, que ahora recuerdo como si me encontrase frente a ella, y que nunca podré olvidar. Aquella mirada, buscaba las cercanas Vegas, también blancas y salpicadas de árboles, sobre cuyas ramas aquellos copos habían tejido una sinfonía que alentaba la vida, para florecer cada año nuevamente en otra explosión de color y de luz. Luis Madrigal.-
Mirando estoy al Mar, por si te siento...
Mas, lejano horizonte, bajo el cielo,
aunque te sepa al pie de un Alto vuelo,
sabe no podré verte... Lo presiento.
Sólo soy para ti triste lamento
que nada dá, sólo pide el consuelo
de tus ojos de miel, y el firme anhelo
de percibir de ti todo tu aliento.
Ese dulce cantar que, de tu boca,
salta en el aire y llega hasta mi oído
y, en onda celestial, mi nombre evoca.
Ese éxtasis de amor, nunca sabido,
hace que mi pasión se vuelva loca,
bajo ese cielo azul, siempre querido.
Faltaban escasos días para las Elecciones legislativas del año 2004 y las encuestas tan sólo admitían una alternativa: Mayoria absoluta o simple del Partido Popular (PP). El Presidente Aznar, que pudo pasar a la Historia como un segundo Cánovas, pero hubo de salir de mala manera -en cierta medida por sus propios errores y vanidades- por la puerta de servicio, y ello tras renuciar generosa y voluntariamente, mucho antes, a una tercera posibilidad de ser Presidente del Gobierno, había dejado las arcas del Estado repletas de Euros (€); las Pensiones de los jubilados garantizadas por Ley, con un fondo de reserva incrementado sucesivamente, en varias ocasiones [hoy no debe quedar de él ni un solo Euro (€)]; una situación de casi pleno empleo, y un clima social de sosiego, bienestar, tranquilidad y toda clase de venturas entre la inmensa mayoría de los españoles y una gran parte de los emigrantes. Pero, esto no habría de seguir así. Con ocasión de su segunda victoria, la que obtuvo cuatro años antes por mayoría absoluta, comenzaron a sonar los teléfonos. ¿Qué teléfonos? Algún día se podrá saber, quizá. Sin duda los más próximos al Norte y al Sur, pero también sin duda los del interior, los de dentro. ¡Ah, la Masonería española, algunos servicios de inteligencia extranjeros, destacados en Madrid, y los asquerosos separatismos y muy en particular esa banda de asesinos llamada ETA, que por dos veces había intentado una masacre sin conseguirlo! ¿Alguien más? Como mínimo sí cabe decir que, un partido político que, ni de lejos, tenía posibilidad alguna, según las encuestas, de ganar las elecciones, resultó el vencedor formal de las mismas, tras interrumpir violentamente la llamada "jornada de reflexión", en la calle, que es su parlamento más natural y apreciado. En 24 horas se produjo traumáticamente un vuelco electoral, acerca de cuyo fenómeno, personalmente nunca he tenido dudas, desde el primer momento. Un cambio radical y traumático que ha hecho progresar cada día más a los más radicales enemigos de la unidad de España y está apunto de conducir a los españoles a la miseria y al hambre. Esto último, sin duda, (dejénse ya de engañar por y con el llamado fenómeno de "la crisis", porque Alemania, Francia y casi todos en la UE ya han salido de eso) se debe a la estulticia más aguda y a la ineptitud de los que gobiernan desde entonces, y en particular a una figura absolutamente estúpida, a la que da vergüenza ver y oír. Pero, ¿dónde y en qué pudo radicar la causa de aquel traumático y sangriento vuelco electroral, que quitó la vida a 192 españoles?. Por pura casualidad, yo me he encontardo hoy algunos vídeos, más de una docena, alguno de los cuales no me resisto a dejar de traer a este humilde Blog. Por desgracia, no todo puede ser Poesía, o retórica. De esos vídeos, he elegido tres que seguidamente, lamento mucho ofrecerles. Les ruego, y os ruego a todos entrañables amigos, verlos desapasionadamente. Eso sí, con una lágrima en los ojos y con la esperanza de que toda sangre termina cayendo siempre sobre los que la provocan. Luis Madrigal.-
Si la noche del alma es el invierno,
y en el invierno, crudo, azota el frío;
si el anhelo y el ansia se fue al río,
larga noche, entre hielo, es un infierno.
¡Quisiera ver aquel capullo tierno
dentro de su rosal, que ayer fue mío,
y se abría a la luz con todo el brío
que siempre envía el cielo, no el averno.
Rosa sin ser, de aquel bello capullo,
que no pudiste alzarte a un ramo altivo;
tu tallo endurecido, hoy es mi orgullo
y de una hoguera no serás cautivo,
sino siempre querido, entre un murmullo
de amor y compasión, cual verde olivo.