miércoles, 1 de junio de 2011

CINCO SONETOS A AQUEL VIENTO TAN SUAVE (II)




II


SÓLO SERÉ UNA SOMBRA

“No volverán mis ojos a mirarte…”
Si nunca te miré… es un delirio
que me consuele ver, junto a aquel cirio,
el rostro que ayer vi en tu baluarte.

Tarde llegué, para poder amarte;
veleidades del  Árbol de Porfirio…
Más que un peso de ayer, es un martirio:
Te tengo frente a mí y no puedo hablarte.

Los días y las noches se suceden
y ya no volverás, estoy seguro.
Sin vivir, vivo y los que irán no pueden

acercarte hasta mí… Silencio puro.
Ni hacer podrán mañana, los que queden,
más que de mí una sombra, tras un muro.



Luis Madrigal