CAÍDA SOBRE AQUEL GIGANTE
Llegó la nieve al fin y en la Montaña
inflama el aire y cubre
densa el suelo,
expandiendo su aliento tras
el velo
que oculta de arboledas la
maraña.
Ya no la veo brillar. Canto
la hazaña
de viejos copos, y de mi
desvelo
en los días más claros. De
mi anhelo
de verla y, entre agujas,
la espadaña
blanca también, como su
Cruz, brillante,
cual la luz que irradiaba
de su entraña.
De blanco tapizando el
arbotante,
el contrafuerte y la
mediacaña
donde cruzaba el cielo
aquel Gigante.
Luis
Madrigal