lunes, 24 de septiembre de 2012

UN TRONCO CAÍDO Y ROTO



DEJA CORRER EL AGUA

No soy agua… Sólo un tronco mi vida.
Un tronco ya caído y desgarrado.
Una vida que nunca nadie ha amado
y, como la corriente, sólo de ida.

Ahora que tu palabra ya no anida
en mis oídos, suave… Embelesado
de su dulce caricia, y apagado
el fuego por el agua en la caída,

he podido saber que lo que viste
aquel día lejano, sin saberlo,
era mi propio sino, y no pudiste

hacer de mi otra cosa, sin quererlo,
más que un tronco caído y nunca fuiste
el agua que soñé, sin nunca verlo.


Luis Madrigal