viernes, 28 de septiembre de 2012

AHORA YA EN EL OTOÑO




ME NUTRO DE TU ALMA

Fluye el arroyo al río, como al Mar
espera el río llegue su corriente.
Yo, nada espero. Ando entre la gente
cuando huye ya la luz crepuscular.

Mas, cauce tan azul y alveolar
me nutre de tu alma, siempre ausente
de mi triste mirada y, tan doliente,
lleva la mía suave hacia el Palmar.

Azul, como tu cielo, es ese Río.
Como verde  -¡tan verde!-  es la pradera
en la que se alza alegre tu Plantío.

Tan azul como brilla una Bandera,
que ondea ya camino del estío,
ahora ya que estalló tu Primavera.

Yo, estoy ya en el Otoño y tengo frío.


Luis Madrigal






jueves, 27 de septiembre de 2012

VARADA SIN REMAR



AQUELLA BARCA


Lo mismo que mi soledad es pura,
esa barca aguarda en ciega espera
poder surcar el Mar, a la manera
de un viejo marinero… Es singladura

de difícil bogar. Ayer tan dura,
fue imposible y se hizo una quimera.
Bajo el cielo, tembló el grano en la era.
El trigo se pudrió, y la dulzura

de almíbar se hizo hiel. La sal, en barro
tornó el sabor del pan… Sin más engarce,
 asfixiante la sed, en un desgarro

mi pecho se rompió… Su sangre esparce
angustia y aflicción, como un guijarro
que, aun lejos de tu amor, mi amor resarce.


Luis Madrigal



miércoles, 26 de septiembre de 2012

AL CONTEMPLARLO DE NUEVO DE TAN LEJOS



ERA TU MAR

Era tu mar, más no pudo ser mío,
ni era para mí, cuando a tus ojos
los reflejos del sol en ocres rojos
tiñieron tanto amor, en mí tardío.

El cruzar aquel mar, se hizo valdío
y el tiempo transcurrió, sin que de hinojos
llegasen a esa playa mis despojos…
Sin barca para mí, y sin navío.

Hoy, ya harto de remar en otros mares,
cansado y sin vigor, miro esos cielos
que a mi vista agotada son glaciares.

Una lágrima baña mis anhelos,
al sentir emociones tan dispares
que, de cálidas ondas, hacen hielos.


Luis Madrigal
 
 
 
 
 

martes, 25 de septiembre de 2012

UN TRISTE OLVIDO





SE TE OLVIDÓ UN NOMBRE


¡Se te olvidó tan sólo un triste nombre…!
Tras una coma, hubiese sido el mío
si el tiempo que nos vela, el recorrido
de su veloz huída, un breve lapso
hubiera detenido al caer la tarde…
De aquellas tardes tristes, un sola,
al ponerse la luz, ya soñolientos,
mis ojos detenidos en la llama;
mi mano, con fervor, sobre tu mano…
Las almas reposando sobre el tiempo…


Luis Madrigal



lunes, 24 de septiembre de 2012

UN TRONCO CAÍDO Y ROTO



DEJA CORRER EL AGUA

No soy agua… Sólo un tronco mi vida.
Un tronco ya caído y desgarrado.
Una vida que nunca nadie ha amado
y, como la corriente, sólo de ida.

Ahora que tu palabra ya no anida
en mis oídos, suave… Embelesado
de su dulce caricia, y apagado
el fuego por el agua en la caída,

he podido saber que lo que viste
aquel día lejano, sin saberlo,
era mi propio sino, y no pudiste

hacer de mi otra cosa, sin quererlo,
más que un tronco caído y nunca fuiste
el agua que soñé, sin nunca verlo.


Luis Madrigal





domingo, 23 de septiembre de 2012

SÓLO PODRÁN VERLO MIS OJOS



ANTES DE QUE YA NO ESTÉ AQUEL RÍO


Trae otra vez el aire un dulce acento
que, sin poderlo oír, mi alma conmueve.
Dentro de mí lo escucho, ahora que llueve
cuando la flor se apaga… En un momento

un nuevo fluir escucho y lo que siento
dentro de mí suspira… Impulso leve
que a un huracán suplica que lo lleve
hasta el lejano Sur, un día y ciento.

Y así, sin más, alcanzo nuevo brío
y mi latido encuentra nueva suerte,
sin ver, mirando el agua de aquel Río

que con su luz la luna hace más fuerte,
antes que el tiempo arrase mi albedrío
y a mis ojos lo oculte al fin la muerte.



Luis Madrigal




jueves, 20 de septiembre de 2012

OTROS TRES SONETOS A UN SUSPIRO VUELTO DEL OLVIDO






I

NI UNA GOTA DE LLUVIA

Aún hiere el sol y se secó la fuente,
mostrando de la tierra la agrietada
mueca de dura sed… Desamparada,
nada ya fluye azul bajo aquel puente.

El fantasma de ayer vuelve al presente
y hace rugir la cara calcinada
de la vega  -del verde enamorada-
que abrasó el sol en lo alto, tan ardiente.

Abro mis brazos, los elevo al cielo
buscando la caricia de un suspiro
de lluvia, que devuelva vida al suelo.

Ni una gota, ni mil, ni en leve giro,
alcanzo a ver un palmo, como anhelo,
de suave gris teñido lo que miro.




 

II

NO SUEÑES MÁS

No sueñes más. Deja dormir el sueño
que, si es sueño, siempre estará dormido;
que no despierte nunca, si el latido
al despertar no puede tener dueño.

No insistas más, deja ese vano empeño
que te hiere y siempre deja herido;
acerca la razón a tu gemido
y quédate dormido como un leño.

Al despertar, verás que el sueño es ido,
que ya no está, y puede que no vuelva…
Y, si vuelve otra vez, será prendido

entre cañas y lanzas, que en la selva
levanta el paso al sueño más querido
para que, en sangre y barro, el llanto envuelva.




III

A LA LUZ DE LA LUNA
NO PUEDO VIVIR DE NADA

No puede el sentimiento cobrar vida
si la vida no se hace sentimiento;
ni es posible que el grito o el lamento
rasguen el aire antes de la herida.

Ni una llegada antes que una partida,
ni una torre espigada sin cimiento,
ni hoja que murió tendida al viento,
ni el llanto sin el alma dolorida.

Nada fue, y sólo es nada lo que tengo.
Y, sin nada tener, soy un suspiro
perdido en la distancia. Un voy que vengo

de la nada que soy, y a la que miro
mientras el tiempo corre y se hace luengo.
Y, sin sueño, ni luz, sólo deliro.


Luis Madrigal


Madrid, 19 de Septiembre de 2012

martes, 18 de septiembre de 2012

PROSA NARRATIVA





ODIO AL ANOCHECER


Desde que era una niña, había oído decir en muchos lugares que el amor era el más maravilloso de los sentimientos y, en alguno de ellos en particular, la mayor y más sublime de las virtudes. Esto último, recordaba ahora al pensarlo, solía decirlo casi cada Domingo el Cura de su pueblo cuando predicaba desde el púlpito, uno de aquellos encumbrados y empingorotados altozanos, con antepecho y tornavoz, de madera tallada con figuras y alegorías de El Antiguo Testamento que, se decía en el pueblo era obra de un tal Guillermo Doncel. Cuando decía lo que decía sobre el amor, el cura sacaba la mano derecha, estirando el brazo, que justamente le parecía apuntaba a ella y a su madre, sentadas juntas en el tercer banco, tras haber propiciado un airoso vuelco de manteo. El manteo, era la capa anteconciliar que vestían los presbíteros, antes del Concilio Vaticano II y aquel cura de pueblo, parece ser, había copiado aquel gesto, casi taurino, de uno de los canónigos de la Catedral de la Diócesis, al que la gente llamaba “pico de oro”, que siempre predicaba en la Misa de una, sin “roquete” o “sobrepelliz”, como solían hacer generalmente los demás curas, sino que habitualmente subía al púlpito con el manteo bajo el brazo, como si se tratase de un capote de paseo, tal vez para poder practicar aquel gesto tan taurino. Más tarde, cuando Pilar fue creciendo, pudo oír también muchas veces a muy diversas personas que eso del amor era muy bonito, pero que generalmente lo que las gentes solían encontrarse por la calle era más bien odio. Y el odio, no era tan bonito como el amor, desde luego, pero resultaba mucho más natural y sobre todo hasta mucho más práctico cuando alguien había propiciado a otro alguna de esas canalladas que los humanos acostumbran a dispensar a sus prójimos, haciéndolo además con suma crueldad. Y lo que ella ahora sentía, mientras giraba de un lado a otro de su cama, sudando copiosamente, mientras un fuego aniquilador ardía dentro de ella hasta abrasarla, no le parecía precisamente amor, sino el odio más atrabiliario que jamás hubiese podido pensar llegaría ella a sentir.

Súbitamente, se lanzó de la cama, con un gesto pavoroso estampado en el rostro, que a ella misma hubiese aterrorizado de haber dispuesto ante sí de un espejo. A grades saltos, casi como una fiera herida, se plantó ante un viejo mueble y, de uno de sus cajones, extrajo un bolígrafo y unas cuartillas. Casi de pie, sin llegar a sentarse cómodamente, Pilar comenzó a escribir:

        “Madre:
       
        Te pido por última vez que me dejes en paz. No me arrepiento en absoluto de haberte llamado puta, delante de todos, porque a lo mejor hasta lo eres, y la verdad no puede hacer daño a nadie. Si yo lo he sido o no, eso no te da derecho a insultar a mis hijos, que al fin y al cabo son tus nietos. Dile a mi hermana “la buena” que si tú vuelves a meterte en mi vida de la forma en que lo hiciste el otro día, no sólo volveré a pegarte, sino que hasta sería capaz de arrastrarte por la calle. No se eligen las hijas, desde luego, tienes razón, pero mucho menos pueden elegirse las madres, y si tú no quieres ser la mía, mucho mejor.

        Lo siento por mi padre, que siempre se ha portado bien conmigo, y ha sido el único que ha podido comprenderme, tan sólo porque ha querido hacerlo, aunque le haya dolido lo que yo haya podido hacer. Por ti, no siento más que desprecio y asco. Eres una arpía y nunca te ha importado nada ni nadie, a no ser únicamente tu egoísmo. No me vengas con monsergas y consejos morales. ¿Acaso no te has dado tú siempre la gran vida a costa de tu pobre marido, explotándolo y haciéndolo trabajar como a un esclavo? Si eso no es prostitución, ¿qué es entonces? Dime de qué virtudes tienes tú que presumir.

        Jamás hubiese vuelto a dirigirme a ti para nada, ni para pedirte un vaso de agua. Pero lo que mi padre acaba de decirme por teléfono, y no me cabe duda alguna de que lo has dicho, eso no te lo perdono. Eres una babosa y una miserable, a quien únicamente deseo ver muerta. Entre tanto, olvídate de mí para siempre, en cualquier caso, pero sobre todo cuida tu lengua viperina y no vuelvas a lanzar más veneno contra mí, porque te juro que sería capaz de arrancártela.

Pilar”


Al día siguiente, especialmente demacrada, pero con un rictus de dureza en el rostro, Pilar me trajo la carta al Despacho, para pedirme que preparase yo su envío con intervención notarial. Leí cuidadosa y enteramente aquella carta y, en el legítimo uso del libre ejercicio profesional, me negué a hacerlo, indicándole se dirigiese a otro Abogado, o directamente al Notario. Siempre había sospechado que el odio cobraba una virulencia especial entre personas ligadas por vínculos de sangre, pero no estaba dispuesto a cooperar en lo más mínimo a reconocerlo. No, nunca, en nombre del amor.

Luis Madrigal

EL OTOÑO EN ESPAÑA



El Otoño astronómico de 2012 en España

Fuente: Observatorio Astronómico Nacional (IGN, Ministerio de Fomento)

El otoño de 2012, según cálculos del Observatorio Astronómico Nacional (Instituto Geográfico Nacional - Ministerio de Fomento), comenzará en España el sábado 22 de septiembre a las 16h 49m hora oficial peninsular, una hora menos en Canarias. Esta estación durará 89 días y 20 horas, y terminará el 21 de diciembre con el comienzo del invierno.
Desde el punto de vista astronómico, el cielo durante el otoño de 2012 estará inicialmente dominado por Marte al principio de la noche. A medida que avance la estación, Marte dejará de ser visible, y un Júpiter muy brillante irá saliendo más pronto hasta poder verse al anochecer a primeros de noviembre. Este planeta alcanzará su máximo acercamiento a la Tierra el 1 de diciembre. Durante el otoño de 2012, se producirá un eclipse total de Sol (13 de noviembre) que no será visible desde España, y un eclipse penumbral de Luna (28 de noviembre) que en España sólo será visible en sus últimas fases.
Por otra parte el domingo día 28 de octubre tendrá lugar el cambio de hora, recuperando el horario de invierno.

El inicio del otoño

El inicio astronómico de las estaciones viene dado, por convenio, como el instante en que la Tierra pasa por una determinada posición de su órbita alrededor del Sol. En el caso del otoño, esta posición es desde la que el centro del Sol, visto desde la Tierra, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el sur. Cuando esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden, y por eso, a esta circunstancia se la llama también “equinoccio de otoño”. En este instante en el hemisferio sur se inicia la primavera.

Fechas posibles de inicio del otoño

El equinoccio de otoño puede darse, a lo sumo, en cuatro fechas distintas (del 21 al 24 de septiembre). A lo largo del siglo XXI el otoño se iniciará en los días 22 y 23 de septiembre (fecha oficial española), siendo su inicio más tempranero el del año 2096 y el inicio más tardío el de 2003. Las variaciones de un año a otro son debidas al modo en que encaja la secuencia de años según el calendario (unos bisiestos, otros no) con la duración de cada órbita de la Tierra alrededor del Sol (duración conocida como año trópico).

Acortamiento del día

Esta es la época del año en que la longitud del día se acorta más rápidamente. A las latitudes de la Península Ibérica, el Sol sale por las mañanas cada día un poco más tarde que el día anterior y por la tarde se pone antes, siendo el acortamiento del día especialmente apreciable por las tardes. En definitiva, en estos días el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte se reduce en casi tres minutos cada día.

Actividad solar

La actividad del Sol se caracteriza por la presencia en su superficie de manchas, fulguraciones y protuberancias, y en la Tierra, se aprecia en alteraciones en la propagación de las ondas de radio y en una mayor presencia de auroras polares. Esta actividad sigue un periodo de aproximadamente 11 años, y está asociada al ciclo magnético del Sol. Actualmente nos encontramos en el ciclo solar número 24 que comenzó en diciembre de 2008 y se espera que llegue a su máximo en mayo de 2013. Según las estimaciones realizadas por NOAA y Space Weather Prediction Center, durante el otoño el número de manchas solares alcanzará valores entre 76 y 99. Gráficas con el número de manchas solares en los últimos años y predicciones de la evolución del ciclo 24 pueden encontrarse en la ya citada Space Weather Prediction Center.

Eclipses y fenómenos relacionados

A lo largo del otoño habrá dos eclipses. El día 13 de noviembre un eclipse total de Sol será visible en Australia, Nueva Zelanda, Pacífico Sur, Antártida y sur de Sudamérica. Este eclipse vendrá acompañado de uno penumbral de Luna que se dará dos semanas más tarde, el 28 de noviembre, y que en España veremos, con la dificultad propia de este tipo de eclipses, en sus últimas fases. El primer contacto con la penumbra se dará a las 13h 15m (hora peninsular), alcanzará el máximo a las 15h 34m; el eclipse finalizará a las 17h 51m.

Observación nocturna del cielo en otoño

En toda época del año hay algún fenómeno astronómico de interés, predicho (como son los eclipses) o no (como los cometas nuevos). Suele ser preferible realizar las observaciones en fechas cercanas a la luna nueva (15 de octubre, 13 de noviembre y 13 de diciembre), salvo cuando se pretende observar la propia Luna.

Luna llena

La primera luna llena del otoño se dará el 30 de septiembre, dándose las siguientes 29 o 30 días después. En este otoño se darán otras dos lunas llenas: 29 de octubre y 28 de noviembre.

Visibilidad de los planetas

Júpiter será visible casi toda la noche desde después de anochecer y además el día 1 de diciembre se producirá su máximo acercamiento anual a la Tierra, alcanzando un diámetro angular de 48”. Saturno pasará de ser visible al anochecer al principio del otoño a ser visible al amanecer al final de la estación. Durante todo el otoño Venus será visible al amanecer y Marte al atardecer.

Lluvias de meteoros

Si no se dispone de ningún telescopio, se pueden observar las lluvias de meteoros que se producen ocasionalmente. La primera lluvia de meteoros importante del otoño es la de las Dracónidas, cuyo máximo se da hacia el 8 de octubre. Otra lluvia de meteoros popular en invierno es la de de las Leónidas, que se da alrededor del 17 de noviembre y que ocasionalmente llega a ser muy intensa. La lluvia más intensa suele ser la de las Gemínidas, cuyo máximo ritmo se da alrededor del 13 de diciembre.

Constelaciones

En cuanto a las agrupaciones ficticias de estrellas conocidas como constelaciones, alrededor de la estrella Polar se verán a lo largo de la noche Cisne, Casiopea, Osa Menor y Jirafa. Las constelaciones eclípticas visibles en este periodo van de Capricornio a Virgo. Por encima de la eclíptica destacarán Pegaso y Andrómeda; por debajo, Ballena y Orión, así como las estrellas Sirio y Proción.

Observaciones con prismáticos o pequeños telescopios

Con grandes prismáticos o un pequeño telescopio, dotados de un filtro lunar adecuado, se puede observar el relieve de la Luna. Para tener una buena visión de él conviene ir observándolo noche tras noche mientras va creciendo la iluminación de la Luna, pues así se ven aparecer nuevos accidentes orográficos. Cuando la noche es más oscura por haber luna nueva, se puede intentar ver la galaxia de Andrómeda, nebulosas de emisión, como la de Orión, o el cúmulo de estrellas de las Pléyades. Con prismáticos también se pueden ver las lunas más brillantes de Júpiter (cuando es visible) y se puede hacer un recorrido por la franja estrellada que constituye la Vía Láctea.

Anuario

Para mayor información sobre los fenómenos astronómicos del año se puede consultar el Anuario astronómico para 2012 libro que anualmente publica el Instituto Geográfico Nacional.

Cambio de hora

El cambio de hora se produce, como es habitual, al iniciarse el último domingo de octubre. A las tres de la madrugada, hora peninsular en España del domingo 28 de octubre, habrá que retrasar el reloj hasta las dos (las dos de la madrugada), que en Canarias pasarán a ser la una), con lo que este día tendrá, oficialmente, una hora más.





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