Yo
soy la resurrección y la vida;
el
que cree en mí, aunque muera, vivirá,
y todo el que vive y cree
en mí, no morirá jamás.
(Jn 11, 25-26)
UN SÓLO SONETO
A CRISTO RESUCITADO,
VIVO Y GLORIOSO
Mía será también, cuando
despierte
del sueño, ya apagados
mis sentidos,
Señor, tu eterna Gloria,
y encendidos
los luceros del cielo
pueda verte.
Si me mueve tu Amor para quererte,
queriendo en Ti a tantos
oprimidos
-ya escucho en lo más
hondo sus latidos-
cómo en Ti tendrán vida
tras la muerte.
Aún no he muerto, Señor…
Aún estoy vivo.
¡Sólo existo, sin ser…!
Sombras concito.
Del tiempo y del
espacio, soy cautivo
y entre sombras camino,
mas escrito
está que he de vivir, si
en Ti pervivo
y -desde ahora- Contigo resucito.
Luis Madrigal