Hoy nos vamos a la inmortal Sevilla, a cuya Semana Santa Alfonso Carbajal ha dedicado un nuevo poema:
TRES OCATAVAS DE PASIÓN, EN SEVILLA
Deja su aroma al momento
el blanco azahar sevillano.
De Triana, cobra acento
y corta el aire, latiendo,
una saeta que, al viento,
nace de un grito gitano,
para tomar de la mano
a un Cristo que está muriendo.
Desde la orilla del Río
llega el olor de Triana,
envuelto en un sudor frío...
De espinas construye un yelmo
el humano desvarío
a la Verdad Soberana...
Llega un eco de campana
hasta el Puente de San Telmo.
Una Mujer, con su llanto
perlas derrama entre cirios,
que lucen junto a su manto.
Transida por honda pena,
la herida le duele tanto,
que se hacen lanzas los lirios,
puñal de siete martirios,
a María Macarena.
Alfonso Carbajal
(Del Tercer Libro de Poemas: "El color de las horas". Poema 61)
En la imágen, Nuestra Señora de la Esperaza Macarena (Sevilla)
TRES OCATAVAS DE PASIÓN, EN SEVILLA
Deja su aroma al momento
el blanco azahar sevillano.
De Triana, cobra acento
y corta el aire, latiendo,
una saeta que, al viento,
nace de un grito gitano,
para tomar de la mano
a un Cristo que está muriendo.
Desde la orilla del Río
llega el olor de Triana,
envuelto en un sudor frío...
De espinas construye un yelmo
el humano desvarío
a la Verdad Soberana...
Llega un eco de campana
hasta el Puente de San Telmo.
Una Mujer, con su llanto
perlas derrama entre cirios,
que lucen junto a su manto.
Transida por honda pena,
la herida le duele tanto,
que se hacen lanzas los lirios,
puñal de siete martirios,
a María Macarena.
Alfonso Carbajal
(Del Tercer Libro de Poemas: "El color de las horas". Poema 61)
En la imágen, Nuestra Señora de la Esperaza Macarena (Sevilla)