
DESPIERTA EL SOL
El sol ha despertado… Su penacho de oro irá creciendo lentamente hasta sorprender a la flor, que reposa plácida en su seno de barro, anclado al macetero de toscas maderas hechas tabla y pintadas de verde. Allí, en aquel patio -¡hace ya tanto tiempo!- descubrí yo sin darme cuenta que el cielo era muy azul y el día muy claro, cuando el cuco, desde el cercano bosque del Oteruelo, lanzaba al viento al mediodía su inconfundible canto. ¡Cu-cú…! ¡Cu-cú…! Nada sabía yo entonces acerca de que alguien podía volar sobre su nido. Quizás porque los cucos anidan en nidos ajenos, son parasitarios y sedentarios, un poco como los resignados pacientes de aquel hospital psiquiátrico sobre el que alguien voló, llevando de excursión, hacia la libertad, a los que allí sufrían.
Luis Madrigal
1 de Marzo de 2012
Georg Friedrich Haendel
Splenda l´Alba in Oriente