LA VIDA QUE PASÓ, FUE SÓLO UN SUEÑO
De gris hoy se han vestido los cristales
y desde el cielo, herida, la luz baja...
La vista se acomoda cabizbaja
y ve morir los días otoñales.
Pronto -lóbrego, hiriente- sus puñales
mostrará el crudo Invierno, que ya ataja,
para tejer de hielo una mortaja
y muestren su esqueleto los rosales.
Subir de nuevo blancas espirales,
de un techo donde el fuego pone empeño,
verán ojos sin luz... Los manantiales,
de piedra, se harán duros más que el leño
y sentirán muy dentro los mortales
que la vida, al pasar, fue sólo un sueño.
Luis Madrigal