No
pretendo, ni mucho menos, ser mejor que nadie. O tal vez, soy mucho
peor. Pero lo que sí es cierto es que, creo que como ya había dicho, estoy harto de oír decir a
demasiada gente como no debería consecuentemente hacerlo, decir a los
otros, "Feliz Navidad!. Este año, especialmente harto. Tal vez por ello, acabo de darme cuenta de que no he felicitado la Navidad en este humilde Blog. Pero no
por ello, sin duda alguna, debo abstenerme
de desearlo a todo el mundo. Según me parece, con la mayor sinceridad y
deseo de consecuencia. Los hechos, ya serían otra cosa. Y por ello, no puedo menos que desear a todos los posibles lectores o visitantes,
una Feliz Navidad. Lo hago, como un humilde pastor, o al menos con la
vocación de serlo, casi como aquellos de Belén, que fueron los más
humildes pero los primeros. Lo hago a todos también, a los católicos y a
los no católicos; a los cristianos y a los no cristianos; a los
creyentes y a los no creyentes, porque Dios ha nacido para todos los
hombres de buena voluntad, e incluso, me permito decir, que hasta para
los de no tan buena. Pero, muy en especial, si lo hubiera, de entre los que puedan acceder a este sitio, a los más pobres, a los que precisamente en Noche Buena
hayan nacido o vayan a nacer, a lo largo del próximo año, también en un pesebre. A los más
desdichados, a todos a quienes haya visitado el dolor o la adversidad o
la injusticia. Pero ellos también deben alegrarse, porque tan sólo hace muy pocos días, en Belén
de Judá, la Ciudad de David, a todos y para todos, ha nacido el Salvador
del mundo, Cristo Jesús. Y, si allí nació hace ahora dos mil doce años, el Niño
Dios, también hoy Dios llora en Belén y en todas las partes del mundo.
¡Feliz Navidad, a pesar de todo, por que al fin terminará todo lo que
ahora es imperfecto, hasta consumarse la perfección absoluta y eterna!
Feliz Navidad con la imagen postrera con la que Cáritas Nacional de España, en la Diócesis de Madrid, ha felicitado a todos los madrileños que quieran integrarse en su compromiso solidario con los más humildes y que más sufren. La que precede a esta entrada es la del cuadro del universal pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo, como corresponde al humilde pastor que yo pretendo ser.
Y tambien con dos sonetos y con el cántico navideño más universal: "¡Adeste, fideles!"
I
TE ESPERARÉ, SEÑOR
Sólo eres Niño y yaces ya en el suelo,
tendido y entre pajas tiritando
para que yo por Ti pueda -triunfando-
de la Muerte librarme y vuele al cielo.
Otra vez, de lo alto, tu consuelo
baja a la tierra oscura, suplicando
al hombre que, entre sombras caminando
se olvida del amor, que es el anhelo
de tu Amor… Lo único que eres,
que por amor tan sólo fui creado.
A la vida llamado, porque quieres
que viva ya por siempre enamorado,
hasta que un día claro Tú me esperes
entre luces, en un cielo estrellado.
II
Si Dios estuviese patente,
el hombre no podría ser libre
(Immanuel Kant)
el hombre no podría ser libre
(Immanuel Kant)
DE RODILLAS EN BELÉN
Si Dios hubiera sido sin saberle
y no supiera yo que en Él he sido,
a mi día y mi noche, siempre herido,
hubiese suspirado por tenerle.
Ayer, dudó la sombra si he de haberle
y mi zarpa, al herir, alzó un gemido.
Hoy, despierta la luz en mí el latido
que arranca de mi pecho ansia de verle.
Aunque siempre borroso esté en mi mente,
del Alto Techo baja enamorado.
¡No hace falta, Señor, que estés patente!
Sólo basta que cante ilusionado
si en Belén, esta Noche, estás latente
y está mi corazón arrodillado.
Luis Madrigal