NADA HUBO TAN DULCE
Tan verde como el trigo,
cuando es verde
y rubio cuando en Julio
alza su grano,
así mis esperanzas en tu
mano
eran, al caer la tarde
que se pierde.
Nada hubo tan dulce que
recuerde;
con tanto corazón
abierto y puro,
ni nada tan penoso, en
el oscuro
rincón que en plena
noche me remuerde.
Bien supe y sé que toda
ilusión cae
en el olvido amargo, al
ser humana,
como nunca se queda lo
que trae
el viento que traspasa
la ventana,
ni nada puede ser si se
sustrae.
Ni pudo ser ayer, ni ser
mañana.
Luis
Madrigal