lunes, 30 de abril de 2012

PROSA POÉTICA (VII)



UN RÍO QUE CAMINA


El Río, tan azul, corre muy lento. Parece que camina, desplazándose majestuosamente, como si con ello pretendiese calmar el arrebato de los dorados y voraces seres que habitan en sus entrañas.  Es tan azul como el mismo cielo, del que recibe los reflejos que iluminan su colorido, en armonioso contraste con sus verdes riberas. Apenas si ha comenzado su andadura, ya adivina su destino hacia un mar dulce, donde acabará de entonar su canción enamorada. Pero, antes, ha de labrar bancales de finísimas y plateadas arenas, para sembrar ilusiones y anhelos, que en las noches de plenilunio iluminarán todas las sombras, disipando la sospecha y el miedo, hasta serenar el alma en la certeza de un nuevo día ilusionado, esplendoroso y feliz.

Luis Madrigal

 


viernes, 27 de abril de 2012

NUNCA EL AMOR SERÁ MISERICORDIA




NI EL CONSUELO TU COBIJO


Nunca el consuelo puede ser cobijo
del pobre, al que se da de lo que sobra…
Ni el dulce amor es barca que zozobra,
ni en bosque oscurecido el escondrijo.

Nunca será verdad lo que se dijo
a media luz, sin fe y verdad, en la sombra.
Si es tu nombre y cantar lo que se nombra,
entre torpe pasión, turbio amasijo.

Si eres río, tu cauce al Mar te lleva;
si aurora, sólo el sol podrá seguirte.
Nada hay de ayer que a tu pecho conmueva,

ni dura cruz que pueda perseguirte,
ni fuego te caliente cuando nieva,
ni hierro que el costado pueda herirte.


Luis Madrigal






miércoles, 25 de abril de 2012

PROSA POÉTICA (VI)



OTRA TARDE PARDA Y FRÍA




Una calle, tal vez regada por la lluvia. La calle lleva al patio de un colegio, en el que se escuchan sonidos alborozados. Dentro, el joven intelecto humano se enfrenta a la comprensión de cuanto le rodea. A veces, no sólo de lo que está, sino incluso de lo que es y quizá, en raras ocasiones, hasta de lo que debe ser. La posible escena me recuerda por un momento a don Antonio Machado, aquella mente tan lúcida y cargada de espiritualidad y poesía, porque mi memoria evoca también aquella otra “tarde parda y fría”:

                   “Con timbre sonoro y hueco
                   truena el maestro, un anciano
                   mal vestido, enjuto y seco,
                   que lleva un libro en la mano…

                   Y todo un coro infantil
                   va cantando la lección:
                   ´mil veces ciento, cien mil;
                   mil veces mil, un millón´”.

Sin duda, la escena que yo veo  -a través de la cortina del tiempo, y de la del espacio-  puede estar muy distorsionada, ser muy distinta. El Maestro, ya no es un anciano, enjuto y seco, sino una mujer joven y rubia como el trigo o el sol, llena de ternura y de voz angelical, que, hace honor a esa voz, sonriendo como si fuese un ángel. Tal vez, de verdad es un Ángel bajado del cielo a la tierra, a un mundo que se  obstina en vivir tan sólo de la materia, y no del espíritu. Su esfuerzo, así, ha de ser aún mucho mayor y, muchos días, regresa a su casa muy cansada. Si lleva algún libro en su mano, seguro que es de Poesía. Los colegiales, tampoco “cantan” la tabla de multiplicar, sino que frecuentemente ella les hace leer y estudiar a Alfonsina Storni o a Juan Gelman. A veces, también utilizan Ordenadores, que llaman Computadoras, por medio de los cuales pretenden atisbar verdades más hondas, pero tampoco esto es cierto, sino falso. Prueba de ello es que, algunos, tan jóvenes, han sido ya víctimas del  flagelo de la droga, que arruina sus vidas y las de quienes los quieren. Pese al esfuerzo y las lágrimas de la Profesora, pocos se sienten llamados por la Poesía, como don Antonio, o como Alfonsina… Sólo por el Futbol, o por la pasión de ser modelo y ganar el concurso de “La Chica del Verano”. Pero, ella sí. Ella es su única esperanza, porque, en sus cabellos de oro, anidan ruiseñores que cantan al anochecer.

Luis Madrigal

A todos los educadores del mundo,
en especial a los que ahora, en la Argentina y en España,
 luchan por su propia dignidad.






martes, 24 de abril de 2012

RETORNA EL ALMA




EN LAS HORAS DE ANGUSTIA


Cuando sientas que tu vida se acaba,
piensa también que sólo empezó un día
para otro morir, y aún una luz
su resplandor alienta en la ventana.
Piensa que, al despertar, las nuevas horas
caminarán fecundas, en la busca
de la Verdad, que vive y no se apaga.
¡No te arrastres…! ¡No entierres en el barro
lo que del cielo vino y es del cielo!
Que al cielo ha de volar, firme, mañana…
Tu verso, vuela ya contigo, y siempre
te acompaña, te alienta y te consuela
del dolor y la angustia, cual la cera
se consume en la llama… Y allí arriba
un coro entona dulce la salmodia,
envuelta en tenue manto de zafiro.
¡Que has de sentir, en paz y dulce calma,
lo que nunca vio ojo ni oyó oído!


Luis Madrigal


A mí mismo, pidiendo alas a mis pies,
cuando camino sobre el barro
 
 
 
 
 

lunes, 23 de abril de 2012

PROSA PARA EL PERIODISMO DE OPINIÓN (II)





¡OH, ARGENTINOS… QUERIDOS HERMANOS!


Luis MADRIGAL


Con notorio desprecio del principio general, “pacta sunt servanda” inspirador de toda la contratación, nacional o internacional, dentro o fuera de las fronteras de un Estado de Derecho, y en consecuencia con flagrante violación del orden internacional, la Presidente de la República Argentina, Doña Cristina Fernández de Kirchner, en medio de atronadoras ovaciones y cantos patrióticos, entre carteles que proclamaban “el fin de la conquista española” y “la segunda independencia de la Argentina”, ha enviado al Parlamento de la Nación hermana, un proyecto de texto para la promulgación de la Ley de Soberanía de Los Hidrocarburos. La soberanía, es la muestra esencial de todo Estado, lo que le caracteriza, le afirma y le constituye como tal. Es una facultad tan poderosa que, en el ámbito del territorio al que se extiende, no puede formalmente oponerse nada a ella, aunque materialmente pueda cobrar el efecto radicalmente contrario fuera de aquél. Por ello, se ha dicho siempre que “el Estado  -todo Estado-  es omnipotente dentro de sus fronteras e impotente fuera de ellas”. Por tal motivo, pueden los Estados proceder a las llamadas “nacionalizaciones” de servicios o empresas y también al instituto jurídico de la expropiación forzosa, mediante el cual se ejercita la potestad ablatoria suprema, la privación de la propiedad sobre las cosas, o la extinción de los derechos de otro sujeto. Sin embargo, ello tiene también sus propias reglas, sus propias normas jurídicas. Y, por ello, la violación, en este caso, es doble, no sólo del orden jurídico internacional, sino del propio orden constitucional interno, concretamente del artículo 17 de la Constitución de la Nación Argentina: La expropiación por causa de utilidad pública, debe ser calificada por ley y previamente indemnizada”. Y, parece ser, que ninguna de las dos cosas se han hecho en este lamentable caso.

Yo, soy español y, naturalmente amo a España. Pero la amo mucho más que a REPSOL, S.A., de cuya entidad mercantil no soy accionista, y también, sin contradicción alguna, amo mucho más a la propia Argentina. El capitalismo, torvo y cruel, explotador y miserable, ni tiene nunca corazón ni por eso puede caber en el mío. Posiblemente, algo malo puede haber hecho REPSOL, yo no lo sé ni puedo saberlo. Y si lo ha hecho, si ha atentado contra vitales derechos o intereses argentinos, justo sería fuese penalizada o sancionada con los efectos jurídicos correspondientes a tal posible infracción, incluidos los tipificados en el Código Penal Argentino. Pero no lo parece. Y no lo parece porque, REPSOL, lejos de haber incurrido en ninguna desinversión, tan sólo en el año 2011 invirtió en la Argentina  2.327 millones de Euros, el doble del beneficio obtenido en ese mismo período, y proyectaba invertir en el corriente año 2012 otros 2.600 millones. Como mínimo, sería justo devolverlos, y no a ningún otro valor de tasación que no sea el rigurosamente objetivo, resultante del dictamen del competente organismo internacional. Porque, lo contrario, es apropiarse ilegalmente alguien, aunque se trate de un Estado y de su soberanía, de lo que no es suyo.

No es de extrañar, pues, que el Parlamento Europeo, con sede en la Ciudad francesa de Estrasburgo, la mayor Cámara democrática del mundo y el único organismo de naturaleza supranacional directamente elegido, haya reaccionado frente a este hecho, objetivamente ilegal, aprobando una resolución que elimina todos los beneficios arancelarios y todas las ayudas a los productos argentinos en el mercado europeo. Sin embargo, me conmueve, y llena de emoción mi alma española, saber que una gran parte de los eurodiputados españoles en ese Parlamento de Estrasburgo, han votado en contra de tal resolución. La resolución, no obstante, ha salido adelante y ha sido aprobada merced, fundamentalmente, al voto conservador y liberal de los eurodiputados británicos. ¡Pobres argentinos! ¡”No llores por mí, Argentina…”! ¡No llores por la Madre España! Eso sí, cuando Doña Cristina Fernández, Viuda de Kirchner, se siente alguna vez al lado de los representantes de España en la Comunidad Iberoamericana de Naciones, debería saber dónde puede la Argentina encontrar a sus verdaderos enemigos y donde se la querrá siempre, como verdaderos hermanos que todos los argentinos son para nosotros los españoles. Hoy, sin embargo, cada español podría decirle, a la señora Presidente de la República Argentina, que para esa clase de amigos, no necesitamos enemigos. Pero, no se lo vamos a decir. Al menos, este español no se lo dice. En la entrada del Jueves, 29 de Diciembre del pasado año 2011, en este mismo humilde Blog, manifestaba yo mi sincera intención de unirme a la oración de los argentinos, que habían agotado las velas en los templos para rezar por su salud. Y no será este gesto, el que me haga sentir lo contrario. Es más, llevo días recriminado a mis compatriotas, a muy pocos, gracias a Dios y en honor a la verdad, tratando de que entiendan que los Gobiernos no son las personas. Que aprendan de nuevo del caso de Méjico, casi cuarenta años en los que los Gobiernos “no se hablaban”, pero en los que españoles y mejicanos mantuvieron siempre fraternales relaciones. Porque, los Estados, no son las Naciones, sino tan sólo  -y eso es muy poco-  la organización política y jurídica de las respectivas convivencias nacionales. Mucho menos aún, los pueblos son sus Gobiernos, sean éstos del signo que fueren. Y eso, esa distinción, es lo único importante, como expresamente acaba de reconocer  -yo se lo acabo de oír hoy mismo, a través de TVE-  el Ministro español de Asuntos Exteriores, que nuestros pueblos no olviden quienes somos unos y otros. Yo, no lo olvido. Este pobre español, jamás olvidará a Doña Eva Duarte, que fue para nosotros los españoles una verdadera Madre: “Mientras haya una espiga en los trigales argentinos, no faltará el pan en ningún hogar español”. Y lo cumplió. Me duele que, hace tan sólo unos días, la declaración política de referencia haya sido efectuada con su imagen al fondo. Yo, no olvido, pero sí distingo. Gracias, Evita. Que Dios le perdone, Doña Cristina. Argentina: España, te quiere.


 

sábado, 21 de abril de 2012

AL AMOR




UN SONETO
AL MÁS PURO SENTIMIENTO


Surcando está tu vientre aquel arado
más hondo que, al saltar, ahonda un río;
más fuerte que el dolor, que mi albedrío
al ocultarse el sol. Terso y dorado,

tu pecho vuela a mí, más que si alado
volase al cielo azul, y ya a mi frío
con fe trae el calor, sin desvarío,
cuando brota la vida en seno amado.

Más alto que, al volar, suave y pausado,
sube en su vuelo el cóndor a la altura
en la rubia mañana y, a mi lado,

por la noche desciende a la espesura
de un bosque silencioso y perfumado
que vistió con su manto la hermosura.



Luis Madrigal







Wolgang A. Mozart
Serenta Haffner, KV 250
2º Andante


viernes, 20 de abril de 2012

PROSA PARA EL PERIODISMO DE OPINIÓN


Sinceramente, llevo ya cinco entradas consecutivas dedicándome a la “dulce melodía” (para el caso de que así fuese) y creo que ya es hora de presentar en sociedad, como prometí en su día, algunas otras muestras de prosa, de mi propia cosecha. Voy a comenzar. Comenzaré, no por las alturas, en el caso de que yo pudiese alcanzarlas, que no es el caso,  esto es, por la prosa filosófica y menos aún por la didáctica, dado que pocas cosas puedo yo enseñar a casi nadie. Y tengo que lamentarlo, pero, en este momento, me parece que debo comenzar por el tipo de prosa correspondiente al llamado “periodismo de opinión”. Sólo eso, desde luego. Una simple opinión, aunque, como todas, creo que muy respetable. Mucho más, lamento de verdad  -y a nadie quisiera ofender, pero no tengo más remedio-  que asomarme al actual precipicio, y contemplar desde él el vacío del abismo. Si a alguien le parece que no es así, puede contar desde ahora con mi respeto. Y además con mi sincera gratitud, porque siempre son de agradecer las muestras de optimismo. No obstante, le sugeriría tener a mano algún humilde paracaídas, ya que los parapentes deportivos sin duda tienen que ser mucho más caros y no es hora precisamente de dispendios. No hay dinero ni para medicinas. Yo, sinceramente, no puedo saber de quién es “la culpa”. Pero, tampoco voy a acusar a nadie que haya tenido que ver recientemente con esta triste realidad que hoy es España. No voy a acusar a nadie, porque estoy plenamente convencido de que este triste grave mal viene desde muy lejos. O, en todo caso, desde hace ya cerca de cuarenta años.


ESPAÑA, NO PUEDE PERMITÍRSELO


Me parece tener la impresión de que España continúa “invertebrada”. Cuando, en 1921, Don José Ortega y Gasset escribió una de sus obras más importantes en lo que atañe al orden político español, sin duda crucial en relación con la cuestión de referencia, la invertebración de España se situaba y concentraba en torno a tan sólo dos “particularismos”, como él los llamó; a tan sólo dos gritos periféricos, consecuencia a su vez de otros mucho más lejanos, los ultramarinos, que sonaban al otro lado del Atlántico. Habían comenzado a oírse allá por la razón de que, siguiendo el proceso similar al que narra Mommsen respeto a la propia construcción y destrucción de la Madre Roma  -el de un “vasto sistema de incorporación”, al que sigue otro inverso de desintegración-  este último, en el caso de España, había dado ya comienzo al otro lado del Mar y los gritos que sonaron allí primero, terminaban oyéndose en Cataluña y Vascongadas. La razón era sencilla: lo primero que se une es lo último que se separa. Hasta aquí, muy en síntesis, lo que dice Ortega. Ahora, seguiré yo.

La cruenta guerra civil de 1936-1939, y la victoria militar, que impuso la Dictadura del General Franco, aplazaron cerca de medio siglo aquéllos problemas de invertebración. En 1975 se produce la muerte del Dictador, y surge en la nueva escena política española la funesta UCD. Muy lamentablemente, la presidencia (en el Gobierno y en el partido político que lo sustentaba) de un pobre hombre, un falangista, de ineptitud personal similar a la del último personaje socialista ocupante de tal cargo, va a hacer que se consume sin duda uno de los más graves errores históricos de los que, en aquel momento, también crucial, pudieron cometerse: La construcción de ese monstruo que se llamó “el Estado de las Autonomías”, con la innecesariamente absurda aparición de ese esperpento de las Comunidades Autónomas. Yo mismo, he dicho ya muchas veces  -lo pienso patentar-  que, con el pretexto, de acabar con dos riesgos, se propiciaron diecisiete siniestros. Que, para un territorio de 504.645 km2, sean precisos nada menos que 17 Estados, cada uno de ellos con sus tres poderes básicos, tal despropósito  -aquella “fantasmada”- no podía conducir a nada bueno. Ya desde el primer momento, un moderado independentista catalán, un gran hombre y un gran político, Josep Tarradellas, traído a España desde el exilio, pronunció  aquellas palabras, que yo oí  -y vi cómo las pronunciaba-  puesto que pude observarlo a través de la TV. Fueron palabras especialmente señeras, porque no sólamente  se limitó a decir, en catalán: “Ciutadans de Catalunya, ja sóc aquí”, con lo cual, simbólicamente, quería referirse, no únicamente a los catalanes, sino a todos los que vivían en Cataluña. Pero, dijo algo más, y algo muy importante. Evidentemente, su pensamiento político, republicano e izquierdista, albergaba también un nacionalismo catalán tan mitigado y discreto, que le hacía ver a Cataluña absoluta y totalmente integrada dentro de España. Sin duda por eso, también pude oírle decir en varias ocasiones que, para defender la lengua, la cultura y la identidad catalanas, no era necesario separarse de España. Tal vez por ello, aquel gran hombre, quiso decir también, en castellano, alto y claro, con una singular visión, lo que hoy, en estos angustiosos momentos cobra transcendental importancia en el orden estrictamente económico: “España, no puede permitirse esto”. Se refería a la constitución de 17 Estados dentro de otro, a su viabilidad presupuestaria y económica. Yo, se lo oí decir, en vivo y en directo, al Honorable Tarradellas, y pongo por testigo a los archivos de TVE.

Ciertamente, Cataluña, a partir del Compromiso de Caspe, en 1412, con el advenimiento de Fernando de Antequera, carecía y carece de razón histórico-política fundamental, pero sociológicamente alguna tenía y aún tiene. Los que no tienen ninguna, radicalmente ninguna, son los que siempre fueron los mejores y más nobles y leales servidores de Castilla, desde que los Reyes castellanos acudían a Guernica y juraban el Fuero de Vizcaya, el Viejo de 1452 (entre otros Isabel la Católica) y el Nuevo, a partir de 1526, ante las Juntas Generales de Bizkaia  -Bizkaiko Batzar Nagusia-  y bajo el histórico Árbol. Ellos fueron después también los más heroicos defensores de España. Ejemplos vivos pueden ser, no sólo Miguel de Unamuno o Ramiro de Maeztu, sino Iñigo de Loyola, Juan Sebastián Elcano, Juan de Garay o Miguel López de Legazpi, por no citar a Diego López de Haro, fundador en el año 1300 de la Villa de Bilbao.  Fue un demente, un personaje atávico, quien, fundándose en razones aparentemente transcendentes, pero en realidad muy superficiales, y falsas además, levantó una barrera de odio contra España. Y tras las dos primeras Guerras carlistas (porque la Tercera se libró íntegramente en Cataluña), ninguna de las dos Repúblicas, ni la Dictadura franquista, supieron refutar, con la razón de la historia y de la verdad, aquella sarta de falsedades. Y hoy, hace tan sólo días  -lo he podido ver también en TV- seguían reclamando con amenazas la “Independentzia”.

De lo demás, ni para qué hablar. Prescindo del insulto y agravio histórico perpetrado contra un Viejo Reino, cuyo blasón ocupa  -él solo-  un cuartel entero del vigente escudo de España. Pero, lo de Galicia o Andalucía, que ahora quieren ser poco menos que “independientes” también, carece del menor sentido. En ninguna de estas regiones tan españolas prendió en el pasado el más mínimo sentimiento “invertebrador”, porque ni tan siquiera fueron jamás “regiones forales”, ni aun en la fecha en que, el 24 de Julio de 1889, se promulga el Código civil español. En Galicia, siempre se aplicaron, primero las leyes leonesas y después las castellanas. Y Andalucía, tras la Reconquista, no fue nunca otra cosa sino Castilla. Lo de La Rioja, Cantabria o Murcia, incluso lo de Valencia y Baleares también es de pura risa. Y lo de Madrid, un verdadero “chiste”. Todavía sonará en algunos oídos una vieja “cancioncilla-soniquete” escolar, para explicar en las Escuelas de entonces las Regiones de España: “Hay una Región central / no tiene mar ni fronteras / su capital es Madrid / su nombre Castilla Nueva”. Lo podría tararear. Y ahora resulta que Madrid, Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Guadalajara (la vieja Alcarria), ya no son Castilla La Nueva,  sino  -con un trozo del viejo Reino de Murcia-  “Castilla-La Mancha”. Ni Nuestro Señor Don Quijote lo hubiese permitido. Como no es posible permitir esa otra incoherencia histórica, además del insulto  -y en cierto modo de la traición-  de “Castilla y León”. ¡Menos mal, que, en lugar de un guión, han puesto una conjunción copulativa! Aun así, el orden no es exacto, dado que debería invertirse, aunque tan sólo fuese por razones de antigüedad. Y todo ello, simplemente, merced a dos falangistas, el uno tonto –pobre hombre, hoy enfermo, me mueve a toda compasión- y el otro felón, más que miope, además de mediocre, cuentista, arribista y chaquetero.

Siempre pensé y temí que, como en el caso de la vieja U.R.S.S., el roto no tendría arreglo, ni solución posible. Que era un trágico viaje sin posible vuelta atrás. Pero, mire usted por dónde, y aunque España no es europea, sino hispánica, va ser la solución este negocio político de mercaderes, pese a dejar de llamarse “Mercado Común”, y que ahora se llama Unión Europea (U.E.), con capital, no en Gante  -la Ciudad natal del César Carlos-  sino en Bruselas, que no cae demasiado lejos. Y allí, manda una señora, antigua súbdita “Der GroBe Kaiser” (que era precisamente el mismo Carlos), y que va  a venir a España, más pronto que tarde, a decirnos a los españoles, a todos (a los catalanes y a los vascos, también): Miren ustedes, si no quieren que les suceda algo parecido a Grecia, tienen que dejar de ser inmediatamente 17 Estados, y cerca de 10.000 Municipios, con sus Ayuntamientos; tiene que acabarse ese inútil despilfarro consistente en que los Sindicatos y, dentro de ellos, esa panda de inútiles haraganes, semianalfabetos, sean suculentamente financiados con fondos públicos, asi como que las empresas -todas ellas, las más modestas también y sobre todo, no sólo las multinacionales capitalistas-  tengan que sufrir esa sangría de las llamadas “horas sindicales” y miles de engañosas artimañas más. Todo ello para no trabajar. Por eso, precisamente, no hay trabajo. Pueden seguir ustedes siendo 50 Provincias, como siempre, ni una más, que la Provincia fue un gran invento en su día y puede seguir siendo una gran institución. También y mejor aún, a través de ella, se puede lograr perfectamente la descentralización administrativa funcional, en la medida necesaria y conveniente. Pero, nada más. ¡Ah… eso tampoco, nada de un mínimo de 300 parlamentarios, entre los Diputados, y de 4 Senadores por cada Provincia! En total, como mínimo, 500 zánganos, incapaces de nada la mayor parte de ellos, refugiados en la política.  ¡Sistema bicameral, nada menos! Para dormitar en el “Leemento”, o no acudir a él, a lo sumo, calentar sillones y pulsar uno u otro timbre -cuando, cual y el que manda el jefe del partido, el gobernante o el de la oposición- no hacen falta tantos. ¡Ni menos aún, tantos tontos! ¡Menos, muchos menos! Por último, tendrán que lograr que funcionen los Juzgados y los Tribunales, para meter en la cárcel a tantos ladrones, con el doble de pena si no devuelven lo que roban, pero también, aunque lo devuelvan, con la que señala el Código penal. La pena, es retributiva, aunque pueda ser correccional en algún caso. En muy pocos, que Karl Roeder, ya está pasado de moda, con estrepitoso fracaso de la teoría. ¡Ah… y ¿qué vamos a hacer con los catalanes y, sobre todo, con los vascos, tan valientes ellos, estos últimos (sobre todo para poner bombas en los supermercados o tirotear por la espalda a los militares o a los policías), cuando se suprima de raíz esa estupidez de las Autonomías, de todas?! La fórmula es muy sencilla. Yo, no tendré ocasión de aplicarla nunca, desde luego, pero tan sólo porque no es nada probable que sea nunca Presidente del Gobierno. Tampoco puedo saber ni calcular los apoyos parlamentarios que necesitaría, actualmente y por ejemplo, el Sr. Rajoy, a fin de obtener los quórum precisos en la Cámara o Cámaras. Pero, si por mi fuese, ya podrían ir preparándose en Barcelona y en Bilbao, sobre todo en San Sebastián (“Donostia”), a recibir a la División Acorazada, precedida de la Legión, con el apoyo de la Armada, ya que se trata de zonas costeras, y desde luego también del Ejército del Aire. Nadie crea que soy yo un antidemócrata, añorante del pasado, golpista, “facha”, franquista o enemigo de la libertad y de la Constitución. Tampoco de los pueblos catalán y vasco. Antes al contrario. Amo profundamente la libertad de todas las personas y de todos los pueblos, y hablo desde lo más hondo de ella y de la Carta magna de España. Concretamente del artículo 8, 1. del Texto constitucional. Puede leerlo, serena y objetivamente, quien no se fíe de mí.  Luis Madrigal.-

miércoles, 18 de abril de 2012

PROSA POÉTICA (V)




LOS ÁRBOLES SE HAN HECHO HUMANOS


Muestran los árboles, bajo el cielo azul, sus esqueléticos y sarmentosos brazos, despojados de las hojas que librarán a los hombres del ardiente sol. Eso, será más tarde, cuando generosamente desplieguen y proyecten sus propias sombras sobre aceras y calzadas, para cobijo de caminantes. Ahora, se desnudan por completo, pudorosamente, libres de toda censura humana. Quieren que el mismo sol, aún tibio, acaricie al pasar los rostros, hasta hace tan sólo días protegidos tras las trincheras de las bufandas y las cubiertas de los sombreros. ¡El hombre…! Ese ser divino que a veces se hace una fiera, como alimaña dispuesta a devorar a otro hombre, ha dejado de serlo. Los árboles, no. No han dejado nunca de ser árboles. ¡Oh, esos seres tan contiguos al hombre, hecho a imagen de Dios, han tomado su puesto y se han hecho humanos!


Luis Madrigal

3 de Marzo de 2012



Charles Gounod
Margarethe (Ballet de Fausto) 
 



martes, 17 de abril de 2012

SONETO A ALICIA MARÍA ABATILLI DE UN ESCONDIDO ENDECASÍLABO



¡NO ME DEJES, ALICIA...!


No me dejes, Alicia, yo te quiero
y sé muy bien que tú puedes amarme.
En mi oscura vigilia, el ayudarme
a encontrar once sílabas, espero

sin duda será siempre el verdadero
cantar que un ruiseñor quisiera darme.
Cuando esté triste, alegre consolarme
y así oír su canto placentero.

¿Por qué, si no, piensas que, entre tu manto,
me escondí, anhelante, una mañana?
¡Mírame bien…! Escucha el dulce canto.

Deja al amor abierta tu ventana
y verás en la noche, sin espanto,
que busco en ti la estrofa soberana.



Luis Madrigal





Claudio Monteverdi
Augellin, che la voce
(Madrigali Concertati)

PROSA POÉTICA (IV)




DEJA LA LUZ SU HUELLA


Cruza la luz muy de mañana, alegre, los cristales y deja en las paredes su recuerdo, que permanecerá quieto y sosegado hasta el mediodía. Después, irá difuminando su luminoso espectro, dialogando y hermanándose con las sombras, que tratará de hacer fecundas, hasta  desaparecer al fin, tras la hora crepuscular, en el ocaso. Pero de su viva presencia, y de su latido, deja un recuerdo indeleble y expectante, del que han de nutrirse los mejores instintos y los más nobles y valerosos impulsos del espíritu, hacia el final del camino, cuando decline el día. De este modo, aunque llegue la noche, será como si de nuevo la Aurora volviese a besar en la frente los rostros cansados, tal vez abatidos, y allá al fondo, al despertar del sueño, prendida de la altura, permanece encendida una llama que todo lo ilumina, hasta lo nunca visto, y asoma una dulce sonrisa, entre etéreos clamores, envueltos por una música de embeleso, tampoco jamás oída.



Luis Madrigal

2 de Marzo de 2012


 

viernes, 13 de abril de 2012

PROSA POÉTICA (III)




DESPIERTA EL SOL


El sol ha despertado… Su penacho de oro irá creciendo lentamente hasta sorprender a la flor, que reposa plácida en su seno de barro, anclado al macetero de toscas maderas hechas tabla y pintadas de verde. Allí, en aquel patio  -¡hace ya tanto tiempo!-  descubrí yo sin darme cuenta que el cielo era muy azul y el día muy claro, cuando el cuco, desde el cercano bosque del Oteruelo, lanzaba al viento al mediodía su inconfundible canto. ¡Cu-cú! ¡Cu-cú…! Nada sabía yo entonces acerca de que alguien podía volar sobre su nido. Quizás porque los cucos anidan en nidos ajenos, son parasitarios y sedentarios, un poco como los resignados pacientes de aquel hospital psiquiátrico sobre el que alguien voló, llevando de excursión, hacia la libertad, a los que allí sufrían.

Luis Madrigal

1 de Marzo de 2012




Georg Friedrich Haendel

Splenda l´Alba in Oriente


jueves, 12 de abril de 2012

PROSA POÉTICA (II)




ASIENTO A LA LUMBRE


A un fuego vigoroso, y a su lumbre, se acerca mustio y abatido un espíritu débil, convulso, que quiere huir de todo cuanto le asusta y hace temblar. La luz, ilumina su rostro, y comienza a gozar del calor, tras caminar aterido largo trecho, salpicado de riesgos, cubierto de espesas sombras… Las llamas del fuego, iluminan también su mente, ofuscada por el dolor y vaciada por la nada. Alguien, al lado ya de la lumbre, le invita a sentarse también junto a la hoguera, mientras le tiende un trozo de pan y un jarro de vino. El recién llegado comienza a latir con sosiego, y en el caminar de su pulso, encuentra un corazón nuevo, que le contagia de sus propios latidos y le lanza a recorrer con valor y energía un nuevo camino. Piensa entonces, por un momento, sin mediar palabra, mientras las brasas crepitan, que si el afán egoísta y cobarde, corroe y destruye, el amor gratuito y desinteresado, salva, se inflama de nobleza, quema como el fuego y, como la piedra filosofal, transforma el herrumbroso metal en el oro más puro.

Luis Madrigal

29 de Febrero de 2012



Música Instrumental
de Las Cantigas de León y Castilla
 

miércoles, 11 de abril de 2012

PROSA POÉTICA (I)




MIENTRAS SE DUERME EL SOL



Se está acostando el sol. Un dulce sueño le espera sobre un lecho de seda. Su descanso hará que las arterías reposen en silencio, entre la calma de un armonioso y sublime canto. Han corrido las nubes las cortinas del cielo y, en la tierra, mientras tiembla la luna, se oyen de lejos ladridos, cuyo eco se pierde lentamente. Al despertar, se hará visible de nuevo la huella de la luz, arrastrada por el Carro de la Aurora, que anhela surcar el firmamento y penetrar en los arcanos del cosmos. Yo, me sumerjo en el misterio, ahíto y vehementemente tembloroso.

Luis Madrigal

28 de Febrero de 2012




Alesandro Scarlatti

Cantata Questo silenzio ombroso (mov. 1º) 


martes, 10 de abril de 2012

PROSA POÉTICA (Introducción)



ESO SERÁ LO QUE USTED PIENSE, DOÑA ADRIANA


Luis MADRIGAL


No tengo certeza acerca de la autoría de los juicios y opiniones que más adelante diré. Lamentablemente, tan sólo puedo aportar el facsimil de una imagen, pero de la imagen de un texto que puede leerse perfectamente dentro de ella, como se podrá observar, aunque aquél sea aparentemente anónimo. Y me temo que nunca pueda llegar a tener más de lo que ahora tengo, pero, aún así, lamentablemente, dado que prometí algunas muestras personales de mi propia prosa, me veo obligado a iniciar esta tanda de prosa poética  -a la que expresamente he atribuido carácter de Introducción-  en un tono nada poético. Este texto, el que yo escribo ahora, además del que figura arriba, en la imagen, se publicará también, no sólo en este humilde Blog, sino además en el sitio literario “Uniendo Letras”, que conduce un hombre de bien, mi querido compatriota Emilio Medina Muñoz. Y le he prometido  -aunque lamento posiblemente no haberlo cumplido-  aceptar la única regla del Grupo que él administra, la de dispensar el mayor respeto a todo el mundo, por lo que ahora, en esta ocasión, sí que voy a reparar el posible daño y cumplir mi palabra, produciéndome en términos objetivamente respetuosos. Sospecho que la persona objeto de mi contenida ira es la señora Adriana Menéndez, posiblemente argentina, de Buenos Aires, lo que lamento, dado mi amor a este país hermano, aunque puedan contarse por millares las personas de este mismo nombre y, en consecuencia, ser diferentes, tanto en la Argentina como en España, e incluso ostentar otras posibles nacionalidades. Pero apuesto por la referida hipótesis, a la vista de los signos externos, secuenciales a la obtención de la imagen de referencia, dentro de las prospecciones practicadas por mi parte en la propia Internet, de donde obtuve aquélla. Al parecer, esta señora, miembro muchas veces de Jurados, para la concesión de premios literarios, según ella misma dice, tiene un concepto bastante deleznable, literariamente hablando, de la prosa poética. Esto, lo digo yo. Y para ello, se apoya  -eso sí, para denigrarle indecorosamente-  nada menos que en Martin Heidegger. Esto último, sí parece seguro, porque, pese a que en su escrito sólamente habla de “Heidegger”, sin más acotaciones, el texto que doña Adriana fustiga, de manera tan inmisericorde como imprudente y temeraria, resulta inconfundiblemente propio del gran maestro alemán, al  referirse al “lenguaje del ser”. No he tenido tiempo de comprobarlo, buceando en los textos heideggerianos, pero me suena mucho y tengo la impresión de que si no forma parte de su magna obra Sein und Zeit”  (“Ser y tiempo”), sí que le anda muy próximo. Y, me perdonará la señora, pero a Heidegger, lo conozco muy bien. El gran filósofo existencialista alemán, terminó sus días, tras haber abandonado la Filosofía, escribiendo Poesía. Eso sí, poesía existencial, no prosa poética, aunque podría decirse que también ésta, a juzgar por lo que en seguida voy a decir. El caso es que, según tengo entendido, por haberlo leído en críticos muy importantes, Heidegger, como poeta, “también lo hizo muy bien…” ¿Cómo es posible, pues, que a doña Adriana Menéndez, miembro muchas veces del Jurado, en ese apestoso contubernio de “chanchullos” que es la concesión de casi todos los premios literarios, le parezca lo que le parece la prosa poética? Según he creído colegir, el referente directo es la expresión presuntamente  heideggeriana: “Así, el lenguaje es el lenguaje del ser, como las nubes son las nubes del cielo. Con su decir, el pensar traza en el lenguaje surcos apenas visibles”. Se pregunta doña Adriana, a renglón seguido, cómo pueden ser esos surcos. Y, según ella misma también, el propio Heidegger responde a la pregunta: “Son más tenues que los surcos que el campesino, con paso lento, abre en el campo”. Pues, bien, a la señora Menéndez le parece que, a un autor, expresiones como estas le harían perder toda posibilidad en la concesión de un premio literario. ¡Pues, anda  -digo yo-  que no hay “premios literarios”, incluso de los de relumbrón, incluido el Nobel de Literatura, cuyas obras premiadas son más malas que el hambre! Personalmente, no me inquieta lo más mínimo la cuestión, puesto que en absoluto me afecta. Yo, en cuanto a esto, hace ya tiempo, decidí adoptar el lema de la andaluza y por tanto españolísima Casa Domecq, de no concurrir a ninguna exposición de vinos, nacional ni extranjera. Ya basta con que, según el Libro de Job, la vida tenga que ser “milicia sobre la tierra”, para que encima la convierta yo en “competición”. Yo, jamás competiría con nadie por la concesión de un premio literario y, menos aún de saber que en el Jurado estaba presente la señora Menéndez. Pero, lo que (ni siquiera por mi reciente pero ya buen amigo don Emilio Medina, que, además de una persona encantadora, es un caballero español), le voy a tolerar a usted, doña Adriana, es que escriba lo que literalmente aparece en la imagen y yo reproduzco seguidamente. Porque, esto es lo que dice esta buena señora, y pueden ustedes comprobarlo, literalmente, en la citada imagen que precede, arriba, a este texto: “Los prosistas, los escritores, los que escribimos ficciones y estamos habituados, somos profesionales en eso, a cuidar nuestra escritura, sabemos cual es el mayor derrumbe de una posible buena prosa, su erosión definitiva y hasta su ridículo irrecuperable: la prosa poética. De muchas cosas se vuelve; de la prosa poética, no.” La particular visión de la señora Menéndez, no se conforma con esto, sino que, aparte de llamar ridículos a quienes escriben de este modo, no repara en llegar a lo que, objetivamente, es un insulto, al calificar de kitsch a “este Heidegger”. Cuando doña Adriana se reúne con los demás “donnadies” miembros del Jurado, para trapichear acerca de quién ha de ser el ganador, y se encuentra algún texto así, “lo deja, sin más, aparte y se concentra en otro en busca de mejor suerte”, porque “el leguaje kitsch de este Heidegger obedece a una tosquedad campesina asumida como ideológica política”. ¡Ahora si que queda reforzada mi hipótesis de que, efectivamente, doña Adriana es bonaerense, porteña, porque, en este pasaje, muestra todo lo peor de lo argentino, ese desdén gratuito de quien, pagado de sí mismo, pretende enseñar a freír huevos a su abuela. Sin duda, la señora es de Buenos Aires (con perdón hacia otros porteños sensatos, que los hay sin duda, y yo mismo conozco a alguno); no puede ser esta señora, de ninguna manera, de Córdoba, Santa Fe, o Entre Ríos, ni  tampoco de Salta, Jujuy, Formosa o Santiago del Estero; ni siquiera de Río Negro, Neuquén o Chubut. Usted, tiene que ser, necesariamente, de Buenos Aires. Por eso, tengo yo que estar aquí, en Madrid, defendiendo constantemente a los argentinos de las iras de mis compatriotas españoles, y forzado a establecer las consiguientes diferencias entre los diversos tipos humanos concurrentes en los ciudadanos de aquella querida Nación hispánica. 

Pero es que, además, calificar a alguien, por escribir lo que se ha dicho, del bellísimo modo en que lo escribe, sea quien fuere, y menos aún a un gigante como Heidegger, de “lenguaje kitsch”, (aparte de que eso sí es hacer el ridículo) es además un verdadero y total insulto, porque la palabra alemana “kitsch”, deriva o se encuentra asociada al infinitivo “kitschen”, que literalmente significa “barrer mugre  -es decir, mierda en buen castellano- de la calle. Y, con esta significación, se utilizó en Alemania, en Munich, para referirse, ni tan siquiera a la Literatura, sino a los bocetos o dibujos baratos, o fácilmente comercializables. Por otra parte, tan sólo son “escritores”, algunos. Otros, no. Es decir, quienes únicamente escriben ficción, esos son los verdaderos escritores, no los demás. ¡Pobre Antonio Machado…! Sus huesos se habrán estremecido en su tumba francesa de Collioure… Y, aunque tan sólo a la prosa poética pueda referirse doña Adriana, ¿Qué haremos con “Platero y yo”, tirarlo a la basura? Ya quisiera usted, doña Adriana, tengo esa impresión, hacer ese ridículo irrecuperable, y sobre todo, no “volver” de la prosa poética  -¿volver a dónde o hacia dónde?-  sino “llegar” alguna vez a ella. Pero de todo se puede volver y a todo se puede llegar. En Literatura, o se es “un todo terreno”, o no se es nada. Como, muy probablemente, nada es usted. Aunque haya sido miembro de muchos jurados. Muy probablemente de esos de los que es miembro cualquiera y que, además, hacen trampas. Con su permiso, dado que nunca ganaré ningún premio, porque jamás me presentaré a ningún concurso, voy a comenzar a ir publicando sucesivamente, algunos textos de prosa poética, a fin de poder hacer el “ridículo irrecuperable”, que es una de las cosas que más me gusta. Pero, seguro que “volveré” de ella. Iré y vendré. Ya lo verá.