domingo, 29 de noviembre de 2020

PRIMER DOMINGO DE ADVIENTO

 



 

... Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer,

o a medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga

inesperadamente y os encuentre dormidos.

Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡velad!

 

(Lectura del  Evangelio según San Marcos 13, 33-37)

 

 

A ESPALDAS DE LA LUZ

 

A espaldas de la Luz

vive la sombra,

donde la nada duerme,

sin ser ni vida.

Sólo un rayo azulado,

que todo alumbra,

puede cruzar tan puro

hoy mi camino.

Chorro azul, que mis ojos

serenos vean

el rastro de los tuyos

en el sendero.

Del recorrido

ya sólo espero,

al caer de la tarde

o a la alborada,

no estar dormido.

 

Luis Madrigal

 


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jueves, 26 de noviembre de 2020

NADIE ESCRIBA SU EPITAFIO

 

DIEGO ARMANDO MARADONA
 
Lanús (30.Octubre.1960) - Tigre (25.Noviembre.2020)
República Argentina
 

 
 
No se atreva nadie a escribir su epitafio, porque Dios tiene un criterio de medir y una medida distinta a la humana para juzgar la conducta de sus hijos, los hombres. Una infancia tan dura y pobre, sin duda falta de los elementales criterios de conocimiento y discernimiento respecto a los factores y valores que condicionan la vida de las personas, unidos, más o menos de golpe y porrazo, a un triunfo ensordecedor por parte del las peores masas, las más atrofiadas y canallas, del intelecto y del espíritu, hasta divinizar a un ser mortal, pudieron sin duda ser la causa de gráves errores y desviaciones, que tan sólo y únicamente a Dios corresponde juzgar, habidas todas las circunstancias.
 
Sin embargo, ninguno de nosotros, seres humanos del siglo XXI, debe atreverse a proclamarse mejor que él, pese a toda clase de apariencias, puesto que todos somos imperfectos, egoístas y a veces crueles. Dios, nos juzgará a todos.
 
Por tanto, tan sólo podemos hoy, aquí, elevar al Cielo nuestra más humilde y sincera oración para que el Señor le acoja en su misericordioso seno.
 
Mil gracias por el gol marcado con la camiseta del FC Barcelona, sobre la salida del portero adversario, en Belgrado, al Estrella Roja, que aplaudió todo el Estadio de la Capital de la entonces Yugoslavia. Y que Dios te perdone por todo aquello que haya menester, conforme a su Justicia y su Misericordia. No a la nuestra.
 
 
 
Que el Señor le otorgue el descanso eterno
y brille para él la luz perpetua
 
 
 
Luis Madrigal
 
  
 
 
 
 Para concluir, que nadie se pierda, al menos por mi culpa, aquel gol de Belgrado, aunque tenga que ser en imágenes borrosas
 

 

martes, 24 de noviembre de 2020

DICEN QUE YA ESTÁ AQUÍ... Y YA VIVIMOS EN ELLA

 


LA DISTOPÍA

 

A mi buen amigo el filósofo judeo-cristiano Antonio Escudero Ríos

 

Entre otras muchas  -demasiadas-  nuevas tendencias, diagnósticos o presagios de futuro, proposiciones colectivas, e incluso lamentables hechos consumados, que ahora mismo tristemente comienzan a resultar de rabiosa actualidad, una de ellas es la de "vivir ya en la distopía". Quiero adivinar que en tal formulación caben, perfecta y armónicamente unidos, la peste del Covid19, las llamadas “redes sociales” (las más depravadas y de más baja extracción) y, cómo no, la situación política de España y los energúmenos que la habitan y pretenden destruirla.

Por tal motivo, tal vez, el Diccionario RAE se queda corto al definir esta expresión -distopía- como la "representación ficticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana". Nada menos que eso. En consecuencia, nuestro futuro colectivo es el de ser pasto de la alienación, que justamente consiste en ser objeto de instrumentalización; en no ser persona sino cosa, simple instrumento. Esto es, que alguien, otro distinto a mí, me va a utilizar (parece que ya me está utilizando) como mero medio para obtener su fin, o sus fines. Por ello, naturalmente, las características de tal fenómeno universal han de ser lógicamente negativas. Es más, superlativamente perversas, hasta alcanzar el verdadero satanismo.

La distopía, en tal sentido, viene a ser, de un modo necesario y vital  -no sólo gramaticalmente-  el término antónimo al de utopía, que siempre es un ideal, cuando no trata de despojársele de su valor intrínseco, como alegaré más adelante. En consecuencia, más allá aún del orden y el fin iusnaturalistas, más allá incluso del mismo bien, la utopía puede identificarse y concretarse en el orden y perfección absolutos de todas las cosas, que, en el pensamiento más humilde y sublime, comienza y termina en la idea y la verdad de Dios. Porque, además de la vida y el camino, sólo Él es la verdad. Se ha dicho y repite constantemente que esa Verdad es el amor, pero quizá sea preciso en la ocasión añadir y puntualizar, a su vez, que sólamente el amor "es el bien, sólo el bien y todo el bien". Eso decía una figura humana nada sospechosa de egoísmo y sentido material de las cosas, un idealista supremo que llamaba hermanos a los lobos y a las estrellas, Giovanni di Pietro Bernardone "il Poverello d´Assisi”, llamado “Francesco” por la procedencia francesa de su madre, de origen provenzal. Él, y otros muchos miles, sin duda millones en la historia de la humanidad, han tomado esta senda de la utopía, idealizándolo, sublimándolo y divinizándolo todo. Por eso se ha dicho que el cristianismo es una utopía, sin reparar ni detenerse a pensar un sólo segundo en que una utopía no es un ideal irrealizable, sino un ideal que nunca se realiza. Nunca puede hacerse efectivo, en el tiempo y en el espacio, que son las coordenadas de la materia, de la Física de Einstein, o tal vez haya que decir de la mecánica cuántica de Max Plank, quién ya intuyó científicamente, tras haber dedicado toda su vida al estudio de las entidades materiales, que no es el espíritu sino la materia la que “no existe". Es decir, frente al absoluto del ser, de la esencia, se alza amenazante la impotencia de la nada, aparentemente omnipotente, cuando la materia, no es la cosa más grande sino la más insignificantemente pequeña, hasta incluso, científicamente, no existir.

Sin altanería alguna, por parte de un total ignorante como yo, no necesito entender tan complejas teorías, para sentir, dentro de mí, la perfección ontológica de mi ser y hasta la óntica de mi existir, como realidad absoluta y eterna fuera de tales coordenadas. Por eso, nadie puede hacer objeto a nadie de mero instrumento. Ni lo podrán conseguir nunca todos los poderes del mundo juntos. Porque los poderes del Infierno, aun estrechamente unidos, jamás podrán prevalecer.

Ha habido, y quieren resucitar, pese a haberlas tenido por muertas, algunas otras pretendidas utopías. La más falsa, cruel y sanguinaria, ha sido, o es, la del marxismo-leninismo. Para ellos, también la inhumana finalidad de su teoría es una pretendida "utopía", pero tan falsa -una contradictio in terminis-  como su misma doctrina, porque ya hemos dicho que una utopía necesariamente ha de ser espiritual e idealista, y por ello resulta intrínsecamente incompatible con todo materialismo, especialmente con el materialismo histórico del llamado comunismo.

¡Qué bien les ha venido a estos malvados la peste del Covid19, que, racionalmente, procede de ellos mismos, de la República Popular China, ese extraño e híbrido engendro comunista-capitalista, donde objetivamente surgió y desde el que se extendió a todo el mundo, en medio del silencio y la oscuridad y al amparo de las metralletas. Porque, parece evidentemente notorio, que, entre otros materialismos, hedonismos, erotismos, ansias desalmadas de dar rienda suelta a todos los más bajos instintos corporales y, según dicen, muy especialmente al de la soberbia de dominar y someter a todo el mundo  -desde los más soberbios a los más humildes-  se encuentra también el maldito comunismo, ateo y criminal, al servicio de la “nueva normalidad”, la “postmodernidad”, la “post-verdad” y otros perversos inventos. En suma, de la guerra cultural contra Occidente y contra el Humanismo cristiano. Este viejo espíritu maligno, es que el alienta o coopera de modo muy especial para implantar y perpetuar la pervivencia de la distopía.

¡Seres humanos todos del universo mundo…uníos!  Contra la falsedad del mal, la miseria y la pobreza absoluta de todos. No os dejéis alienar. Por el amor de Dios.

 

Luis Madrigal

 


 

miércoles, 18 de noviembre de 2020

CON ADMIRACIÓN Y EN RECUERDO DE DON MIGUEL DE UNAMUNO


 

TRES ESTROFAS SÁFICAS A LEÓN, MI PATRIA,

CON AMOR, PARA LA ETERNIDAD



 Cuando años y siglos se disuelvan

y en un segundo luz el orbe implote,

en contracción plasmática y rojiza...

yo te veré.

 

Veré otra vez tus calles y tus plazas,

por siempre comprimidas y ya eternas,

en un Big Crunchs final que nos reduzca,

querido León.

 

Y en la inmensa dulzura del Devenir,

di tú  -León de mi alma-  que yo fui

sólo uno más de tus humildes hijos.

Sólo eso he sido.

 

 

Luis Madrigal

 

 

sábado, 14 de noviembre de 2020

VOTAD A DONALD TRUMP

 Y A LA LIBERTAD

 

CIUDADANOS DEL MUNDO LIBRE: ¡VOTAD A TRUMP!

A mi buen amigo Antonio Escudero Ríos, Caballero Andante, como yo mismo

 

Naturalmente, mi petición tan sólo podrá ser atendida por los ciudadanos estadounidenses. Pero es una lástima. Deberíamos poder votar todos cuantos en el mundo amamos la verdadera libertad. A esta última, sólo es capaz de conducir la Verdad, porque sólo "la Verdad, os hará libres". El gran problema es que, como queda escrito, esa Verdad, se escribe con mayúscula y, con toda certeza, no se accede a ella por medio de la inteligencia, de la razón humana y, menos aún, a través de los instintos, o si se prefiere de los sentidos corporales, esas ventanas, conductos o vehículos, que transfieren a todo ser vivo las verdades materiales, temporales y finitas más reales, más verdaderas, para la existencia. La libertad es el don más valioso, después del inmenso bien de la vida, o puede que incluso antes que la misma vida. Por la libertad, amigo Sancho, merece la pena morir alguna vez, decía Don Quijote, ese gran paladín de la libertad, del bien y de la justicia. Y, por ello, únicamente puede lograrse por medio de la Verdad absoluta, pero también es necesario proteger las verdades relativas, las postuladas  por la moral natural más clásica, la ética aristotélica. Y del mismo modo, es urgente rechazar por todos los medios las mentiras más absolutas, máxime cuando ya han sido reiteradamente experimentadas en el transcurso de la Historia.

Una persona tan insignificante como yo mismo, no pude pedir el voto a más de trescientos millones de votantes, o los que sean y tengan derecho a votar.  Además, tengo entendido que el sufragio allí no es directo, sino a través de compromisarios, que son quienes eligen al Presidente. Excesivamente complicado. Ni siquiera podría pedírselo a los norteamericanos de mi misma sangre española, ya vivan en California, en la Florida o en alguno de los otros muchos lugares de ese inmenso país, en los que se habla español. Yo, no soy nada ni nadie. Tan sólo una substancia individual  -dicen que de naturaleza racional-  aunque a veces yo mismo lo dude de mí mismo. Por eso, ya únicamente por eso, debería, retirar mi humilde al propio tiempo que disparatada petición.

Sin embargo, soy español y vivo en España, donde la sinrazón, la incoherencia y muy especialmente la ignorancia de las masas rebeldes, como diagnosticó sin el menor error nuestro Ortega y Gasset, nos han llevado, o traído más bien, a un orden político, que no es un orden, sino un caos. Una barbarie, al tiempo que una enorme estupidez, carente del menor sentido, en el que un agregado -ni tan siquiera parecen un "grupo"- de semi-analfabetos social-comunistas, separatistas, mujeronas y “rapazacas”, impresentables todos ellos, al amparo de los errores y divisiones de los que en principio no lo parecían tanto, están consiguiendo convertir a la sociedad española en un erial de fango y de estiércol. Del de Satanás, como diría un ateo converso, Giovanni Papini.

Y lo peor no es sólo eso, sino que, ni el materialismo, el marxismo-leninismo y el ateísmo militante y nihilista, descansan un segundo, sino que avanzan progresiva y metódicamente, al igual que lo han hecho, durante ya casi cincuenta años, tras la derrota militar sufrida en 1939. Y si los Estados Unidos caen, hermanos hispanos de América -"es un decir"- parafraseando al gran poeta comunista peruano César Vallejo, porque lo cortés no debe quitar lo valiente, no podría yo decir lo que podrá pasar mañana en todos los órdenes, sin excluir el económico y por ello, la ruina y la pobreza material más absoluta.

Porque no es posible olvidar que el materialismo histórico, el positivismo y sobre todos ellos el marxismo-leninismo comunista y criminal, que se creía muerto, aún está vivo. Su pavoroso y malvado vientre, todavía es fecundo y sus deformes criaturas abortivas cada vez son más frecuentes.

Por ello, nuestra gran esperanza, hoy por hoy  -ya casi mañana mismo-  resulta ser únicamente que, en los Estados Unidos de América, sea elegido Presidente, Mr. Trump, porque él es la esperanza para el mundo libre. Y si el Líder del mundo libre, se corrompe y disuelve, en manos de los lobos que, desde hace ya al menos casi una década, acechan a los inocentes corderos -como puede corromperse y disolverse la sal-  ¿con qué se salará la libertad del mundo?  Nada tengo contra el partido demócrata de los EE. UU., el partido de John F. Kennedy, pero tengo que decir honestamente, no sólo lo que ya he dicho, sino además que la figura y talante del candidato oponente, objetivamente resulta demasiado débil, además de ruin y miserable, considerando, a tenor de las últimas propias declaraciones, su propósito de ser “el Presidente más progresista de la historia de los Estados Unidos”, en fraternal comunión con los asesinos de Cuba, hermanos Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro y demás hijos del Diablo.

Nos la jugamos todos en esta ocasión, como ahora tanto se dice. Si pierde Mr. Trump  -cuyos ademanes, el haber retirado la página en español de la Casa Blanca y cercar a nuestros hermanos de Méjico, no son ni mucho menos de mi agrado-  perderá la libertad. En el mundo, desde luego. Y muy particularmente en nuestra querida España. Hispanos de los EE. UU. y estadounidenses todos: Os lo ruego, ahora sí, desde lo más hondo del alma: ¡¡Votad al Sr. Trump!!

 

Luis Madrigal