SE TE OLVIDÓ UN NOMBRE
¡Se te olvidó
tan sólo un triste nombre…!
Tras una coma,
hubiese sido el mío
si el tiempo que
nos vela, el recorrido
de su veloz
huída, un breve lapso
hubiera detenido
al caer la tarde…
De aquellas
tardes tristes, un sola,
al ponerse la
luz, ya soñolientos,
mis ojos
detenidos en la llama;
mi mano, con
fervor, sobre tu mano…
Las almas reposando
sobre el tiempo…