sábado, 2 de enero de 2021

NACE PARA LIBRARNOS DE LA MUERTE

 

EL QUE HOY SÓLO ES UN NIÑO



PAPÁ NOEL, NO EXISTE

LA NAVIDAD ES UNA FIESTA FAMILIAR DE ORIGEN CRISTIANO


Resulta que el personaje llamado Santa Klaus, no es ese monigote tan campechano de las risotadas y los “jojós”, eso sí de gestos amables, que dicen hace tan feliz a los niños. Yo tardé mucho, bastante, en descubrirle. Así es que, durante los años de mi infancia y juventud, prácticamente para mí ese obeso señor de Laponia  -dicen-  no existía. Me alegro mucho de haber acertado, dada la época en la que fui niño y de todo lo demás, que es mucho si se refiere uno con ello a  la falsificación más cruel e irreverente de las cosas más esenciales y divinas, por las torpezas y banalidades humanas.

Pero, además, o “para mayor inri”, parece ser que la propias palabras Santa Klaus, no son otra cosa sino la derivación fonética del termino alemán Sankt Nicklaus, o San Nicolás, si se quiere de Myra o también de Bari. Este gran santo, nacido en Patara, vivió después en Myra (Anatolia y hoy Turquía), donde murió, habiendo participado antes en el Concilio de Nicea. Tras la conquista musulmana, sus restos mortales fueron trasladados a la ciudad italiana de Bari, siendo el primer santo no mártir que gozó de especial devoción popular tanto en Oriente como en Occidente. A esta nada pequeña figura de la Historia de la Iglesia  -defendió en Nicea, frente a Arrio la divinidad de Cristo- la han convertido las masas en Papá Noel, dando lugar a que suplante a los Belenes, a los Villancicos y, en lo fundamental, a la falsificación de la Navidad cristiana, entre otros penosos y desgraciados factores, convirtiendo el misterio de Dios en un vodevil.

Tal vez por ello, en su saludo navideño de este mismo año, Mons. Georg Gänswein, secretario personal del Papa Emérito Benedicto XVI y Prefecto de la Casa Pontificia, ha manifestado que “en Navidad no se celebra a Santa Claus, que no existe, sino la hora en la que Dios entró en la historia humana y mostró su rostro.”  Este mensaje de Monseñor Gänswein, el día 17 de Diciembre de este mismo doloroso año, fue dirigido a la fundación alemana “Senado de Economía” y añadió a lo ya dicho que, en estos días tampoco celebramos el “Father Frost”, de la antigua Unión Soviética atea, para ocultar el origen cristiano de la más íntima de nuestras fiestas, familiares y sociales.

Muchas más cosas de sumo interés y transcendencia dijo además Mons. Gänswein. Una de ellas, no podría faltar, fue la referencia clara y directa a la peste vírica que nos azota y al optimismo, pese a todos los síntomas, con el que es necesario recibirla: Este optimismo iluminará la oscuridad de la noche, mientras marcamos la transición al próximo ‘Año del Señor’ en 2021 en la víspera de Año Nuevo, cuando esta vez, en muchos lugares, no veremos la explosión de fuegos artificiales. Donde habitualmente se celebra así una alegría casi infantil, esta vez muchos se sentirán oprimidos”. Esto resulta ya sumamente importante. Pero, muy en especial, nuestra mayor esperanza descansa en la concluyente afirmación, ya casi al final de su discurso:

“Entonces sabemos que este recién nacido representa una vida que no conoce límites y que supera y conquista cada pandemia y cada calamidad y cada miedo y cada terror, también y sobre todo la muerte. Por tanto, es la vida eterna y el gozo eterno a lo que este Infante nos invita”.

Esto es lo que, esencialmente, aunque, con la mayor sinceridad, yo no sé cómo puede hacerse, sería rigurosamente necesario sembrar e inculcar en el alma  de los niños, en lugar de tantos y estúpidos “jojojos”.

 

Luis Madrigal



ADESTE FIDELES


Adeste, fideles, laeti, triumphantes,

Venite, venite in Bethlehem:

Natum videte Regem Angelorum:


Venite adoremus, venite adoremus

Venite adoremus Dominum.


En grege relicto, humiles ad cunas,

vocatis pastores approperant.

Et nos ovanti gradu festinemus.


Venite adoremus, venite adoremus

Venite adoremus Dominum.


Aeterni Parentis splendorem aeternum,

Velatum sub carne videbimus

Delum Infantem, pannis involutum.


Venite adoremus, venite adoremus

Venite adoremus Dominum.


Pro nobis egenum et foeno cubamtem,

Piis foveamus amplexibus:

Sic nos amantem quis nos redamaret?


Venite adoremus, venite adoremus

Venite adoremus Dominum.


ACUDID FIELES


Acudid, fieles, alegres, triunfantes

venid, venid a Belén

ved al nacido Rey de los ángeles


Venid adoremos,Venid adoremos

venid adoremos al Señor.


He aquí que dejado el rebaño,

los pastores llamados se acercan a la humilde cuna

y nosotros nos apresuramos con paso alegre.


Venid adoremos,Venid adoremos

venid adoremos al Señor.


El eterno esplendor del Padre Eterno

lo veremos oculto bajo la carne

Al Dios Niño envuelto en pañales


Venid adoremos,Venid adoremos

venid adoremos al Señor.


Por nosotros pobre y acostado en la paja

démosle calor con nuestros cariñosos abrazos

A quien así nos ama ¿quién no le amará?


Venid adoremos,Venid adoremos

venid adoremos al Señor.


***