Y EN MADRID NO CAE NI UN COPO
Resiste noble Villa el
aire helado
sin tomar en su mano el
duro hielo;
corren los días fríos bajo
el velo
y la nieve aún no se ha posado.
Sobre arterias de asfalto
iluminado,
bajo el tinte rosáceo del
cielo
que las estatuas miran
con recelo,
ni un solo copo cae,
suave y callado.
Madrid, invierno duro,
ayer sin gente,
hoy saturado, es único
sin nieve
desde la noche al día, el
sol naciente.
Por más que allá en la Sierra se renueve,
no baja aquí una chispa
ni en la fuente,
ni en la más alta cima y
aún ni llueve.
Sólo frío glacial, sin más se siente.
Luis
Madrigal
En la foto de arriba, un árbol del Parque del Calero, en Ciudad Lineal,
alza sus brazos al cielo pidiendo la nieve