lunes, 3 de mayo de 2010

SONATA PATÉTICA



TAN SÓLO HE DE VIVIR
SI CON ÉL MUERO


¡Cuánto dolor, cuánta penosa hora
discurre desde el alba hasta el ocaso...!
¡Cuánto miedo y temblor arrastra el paso
cuando tiene que andar lo que deplora!

Cómo el polvo de ayer se torna ahora
empañado cristal... Tal vez, acaso
un nubarrón, que oculta el cielo raso
o el despertar amargo del que llora.

Mas, sólo viviré si yo acompaño
a quien, cual fiero rayo, hirió el destino;
a quien, desnudo, le privó del paño;

hambriento y desnutrido, del molino;
sediento y arrastrándose, del caño...
Al que, en lo alto el sol, erró el camino.


Luis Madrigal




TRAS LA HUELLA DE ROSALÍA


NEGRA SOMBRA

Cando penso que te fuches,
negra sombra que me asombras,
ó pé dos meus cabezales
tornas facéndome mofa.

Cando maxino que es ida,
no mesmo sol te me amostras,
i eres a estrela que brila,
i eres o vento que zoa

Si cantan, es ti que cantas,
si choran, es ti que choras,
i es o marmurio do río
i es a noite i es a aurora.

En todo estás e ti es todo,
pra min i en min mesma moras,
nin me abandonarás nunca,
sombra que sempre me asombras.


Rosalía de Castro
MANTO DE LUZ

Tras de mí, siempre una sombra
que a mis entrañas conmueve.
Cuando la miro de lejos,
es más sombra y me estremece,
mas, si la miro de cerca,
se esfuma y desaparece
huyendo de la luz pura,
que ante mis ojos florece.
Tengo que llevarla dentro
-dentro de mí-  que ilumine
principio y fin del camino,
mientras mi paso camine,
tejiendo de luz un manto
para arropar mi destino.


Luis Madrigal