Y A LA LIBERTAD
CIUDADANOS DEL MUNDO LIBRE: ¡VOTAD A TRUMP!
A mi buen amigo Antonio Escudero Ríos, Caballero Andante, como yo mismo
Naturalmente, mi petición tan sólo podrá ser atendida por los ciudadanos estadounidenses. Pero es una lástima. Deberíamos poder votar todos cuantos en el mundo amamos la verdadera libertad. A esta última, sólo es capaz de conducir la Verdad, porque sólo "la Verdad, os hará libres". El gran problema es que, como queda escrito, esa Verdad, se escribe con mayúscula y, con toda certeza, no se accede a ella por medio de la inteligencia, de la razón humana y, menos aún, a través de los instintos, o si se prefiere de los sentidos corporales, esas ventanas, conductos o vehículos, que transfieren a todo ser vivo las verdades materiales, temporales y finitas más reales, más verdaderas, para la existencia. La libertad es el don más valioso, después del inmenso bien de la vida, o puede que incluso antes que la misma vida. Por la libertad, amigo Sancho, merece la pena morir alguna vez, decía Don Quijote, ese gran paladín de la libertad, del bien y de la justicia. Y, por ello, únicamente puede lograrse por medio de la Verdad absoluta, pero también es necesario proteger las verdades relativas, las postuladas por la moral natural más clásica, la ética aristotélica. Y del mismo modo, es urgente rechazar por todos los medios las mentiras más absolutas, máxime cuando ya han sido reiteradamente experimentadas en el transcurso de la Historia.
Una persona tan insignificante como yo mismo, no pude pedir el voto a más de trescientos millones de votantes, o los que sean y tengan derecho a votar. Además, tengo entendido que el sufragio allí no es directo, sino a través de compromisarios, que son quienes eligen al Presidente. Excesivamente complicado. Ni siquiera podría pedírselo a los norteamericanos de mi misma sangre española, ya vivan en California, en la Florida o en alguno de los otros muchos lugares de ese inmenso país, en los que se habla español. Yo, no soy nada ni nadie. Tan sólo una substancia individual -dicen que de naturaleza racional- aunque a veces yo mismo lo dude de mí mismo. Por eso, ya únicamente por eso, debería, retirar mi humilde al propio tiempo que disparatada petición.
Sin embargo, soy español y vivo en España, donde la sinrazón, la incoherencia y muy especialmente la ignorancia de las masas rebeldes, como diagnosticó sin el menor error nuestro Ortega y Gasset, nos han llevado, o traído más bien, a un orden político, que no es un orden, sino un caos. Una barbarie, al tiempo que una enorme estupidez, carente del menor sentido, en el que un agregado -ni tan siquiera parecen un "grupo"- de semi-analfabetos social-comunistas, separatistas, mujeronas y “rapazacas”, impresentables todos ellos, al amparo de los errores y divisiones de los que en principio no lo parecían tanto, están consiguiendo convertir a la sociedad española en un erial de fango y de estiércol. Del de Satanás, como diría un ateo converso, Giovanni Papini.
Y lo peor no es sólo eso, sino que, ni el materialismo, el marxismo-leninismo y el ateísmo militante y nihilista, descansan un segundo, sino que avanzan progresiva y metódicamente, al igual que lo han hecho, durante ya casi cincuenta años, tras la derrota militar sufrida en 1939. Y si los Estados Unidos caen, hermanos hispanos de América -"es un decir"- parafraseando al gran poeta comunista peruano César Vallejo, porque lo cortés no debe quitar lo valiente, no podría yo decir lo que podrá pasar mañana en todos los órdenes, sin excluir el económico y por ello, la ruina y la pobreza material más absoluta.
Porque no es posible olvidar que el materialismo histórico, el positivismo y sobre todos ellos el marxismo-leninismo comunista y criminal, que se creía muerto, aún está vivo. Su pavoroso y malvado vientre, todavía es fecundo y sus deformes criaturas abortivas cada vez son más frecuentes.
Por ello, nuestra gran esperanza, hoy por hoy -ya casi mañana mismo- resulta ser únicamente que, en los Estados Unidos de América, sea elegido Presidente, Mr. Trump, porque él es la esperanza para el mundo libre. Y si el Líder del mundo libre, se corrompe y disuelve, en manos de los lobos que, desde hace ya al menos casi una década, acechan a los inocentes corderos -como puede corromperse y disolverse la sal- ¿con qué se salará la libertad del mundo? Nada tengo contra el partido demócrata de los EE. UU., el partido de John F. Kennedy, pero tengo que decir honestamente, no sólo lo que ya he dicho, sino además que la figura y talante del candidato oponente, objetivamente resulta demasiado débil, además de ruin y miserable, considerando, a tenor de las últimas propias declaraciones, su propósito de ser “el Presidente más progresista de la historia de los Estados Unidos”, en fraternal comunión con los asesinos de Cuba, hermanos Castro, Hugo Chávez, Nicolás Maduro y demás hijos del Diablo.
Nos la jugamos todos en esta ocasión, como ahora tanto se dice. Si pierde Mr. Trump -cuyos ademanes, el haber retirado la página en español de la Casa Blanca y cercar a nuestros hermanos de Méjico, no son ni mucho menos de mi agrado- perderá la libertad. En el mundo, desde luego. Y muy particularmente en nuestra querida España. Hispanos de los EE. UU. y estadounidenses todos: Os lo ruego, ahora sí, desde lo más hondo del alma: ¡¡Votad al Sr. Trump!!
Luis Madrigal