VII Conferencia Magistral
El fútbol y sus valores
16 de noviembre. 19:30h. Salón de Actos del Colegio (Serrano, 9)
Por Vicente del Bosque
Estará acompañado de los periodistas deportivos,
Iñaki Cano y Francisco García Caridad
Confirmación de asistencia en cei@icam.es
Hace ya un par de meses, más o menos poco antes de la fecha que se indica en el texto arriba constante, literalmente reproducido, tuve la enorme tristeza de recibir del Ilustre Colegio de Abogados de Madrid, al que permanezco incorporado desde el ya lejano año 1967, la invitación a la que asimismo se hace referencia.
Mi estupor no fue menos que mi tristeza, y no pude resistir la tentación de declinar la indicada invitación, todo lo cortestemente que me fue posible, y sin dar portazos, mediante el texto que ahora deseo expresamente divulgar para conciencia colectiva del grado de deterioro intelectual al que hemos llegado en España. Lo siento, de verdad. Pido perdón a Dios por si, en algo, yo he podido colaborar a semejante estado.
Acompaño, en tal sentido, mi contestación literal al mensaje electrónico rercibido, por la conocida vía de "contestación al remitente", como solemos decir -o solíamos - en el Foro, sin ámnimo de injuriar a nadie, en términos de defensa y haciendo uso del derecho a la libre expresión que me otorga la vigente Constitución Española, norma suprema de conducta legal:
"Disculpen Ustedes, pero no me ha sido posible reprimir mi profundo desagrado y mi profunda tristeza al recibir su invitación de referencia. En esta hora, en general tan estúpida y caduca, me había resignado ya a la muerte de lo que fue la Ciencia del Derecho, la que alumbró Roma en sus primeros años de vida y alimentó en su etapa clásica; la que en su fase central de esta misma etapa conoció la pugna antitética tradicional entre los proculeyanos y los sabinianos. E incluso en la post-clásica, en la que brilla la agudeza y entidad moral del jurisconsulto Ulpiano. La mismas que, finalmente, estructuró Justiniano, al compilar aquellas dos grandes masas de Derecho objetivo, la del "ius" y la de las "leges". Nada menos que toda la jurisprudencia sacerdotal y civil, por un lado, y por otro las Constituciones Imperiales, desde Augusto hasta el propio Justiniano, para que surgiera el Corpus Iuris Civile, que analizaron los pandectistas alemanes, con Savgny a la cabeza, y el primer Ihering después, pese a su deriva posterior, además de Windscheid, Ennecerus, Kip y Wolf y tantos otros. En suma, el nacimiento del Derecho moderno, en los Códigos civiles europeos, merced a Domat y Pothier, como compiladores últimos, para dar nacimiento al Código francés, en unión de Tronchet, Bigot de Prermeneu, Portalais y Maleville.
Al enterarse de la invitación que Ustedes cursan -es de suponer que a todos los Colegiados, miembros de esa Ilustre Corporación- para escuchar la conferencia de un futbolista, con la no menos despreciable colaboración de otras dos grandes figuras, en el orden intelectual, de la misma ciencia deportiva, se habrán removido en sus tumbas las cenizas de todas las figuras del Derecho ya citadas y, por lo que a nuestro Derecho patrio se fefiere, las de Sánchez Román, “Mucius Scaevola”, Pérez González y Alguer, Valverde, Roca Sastre, Hernandez-Gil y la columna vertebral del propio Don José Castán Tobeñas. Qué mortificante y hasta -disculpen- repugnante resulta, para un humilde jurista como yo, al que tanto esfuerzo y horas costó aprender, siempre desde el amor al Derecho, lo poco que he logrado saber, que esa Ilustre Corporación -que en sus días presidieron tan honorables Decanos como Don Manuel Cortina y Aranzana, o integraron juristas como Don Félix Díaz Gallo sin perjuicio del mismo Don Manuel Azaña y hasta hace muy poco Don Joaquín Ruiz-Giménez Cortés, entre tantos otros, tenga la desfachatez de invitar a este humilde e insignificante Colegiado a semejante “conferencia”, pese a su pretendido título difícilmente encuadrable en ningún tipo de Axiología, por muy anti-metafísica y nominalista que pudiera resultar la teoría en cuanto a esta última ciencia filosófica.
Les saluda, resignada pero atentamente,"
Fdo./ Luis Madrigal Tascón.-
Colegiado núm. 9.336