lunes, 13 de mayo de 2013

PADRE NUESTRO, ¿POR QUÉ ESTÁS EN EL CIELO? (IV)





IV

VENGA A NOSOTROS TU REINO


¡Deprisa, Señor, no esperes más!...
No esperes más, Señor, a que en el Cielo
brindarnos puedas tantas maravillas,
que dice Pablo tienes preparadas.
¿No podrías mostrar un "anticipo"?
Que "a fin de mes" estamos, y no llega
nuestro escaso salario de esperanza.
Envía alguna luz a nuestros ojos,
algún dulce sonido a nuestro oído.
Te pedimos tu Reino entre nosotros,
para poder llegar hasta tu Reino.
Yo, Señor, soy más bien republicano,
(que “acata la legalidad vigente")
pero sé que en tu Reino, no hay corona,
ni infantes, ni princesas, ni validos,
ni etiqueta real, ni protocolo...
Tu Reino, Señor no es de este mundo,
pero el mundo lo pide, lo reclama.
¿Por qué no se lo das?... ¡No seas tacaño!
Te sobra la salud, siendo la Vida;
la santidad, pues solo Tú eres Santo;
la gracia, sin la cual nada podemos;
la justicia, pues la absoluta impartes;
la paz, de la que tanto carecemos
y el amor que, por esencia, eres.
¿Por qué, para Ti solo, quieres tanto?
¿No ves que el mundo se hunde y se destruye,
porque de él, el hombre, ha hecho su reino,
que es corte de ambición y de egoísmo?
¿Te das cuenta, Señor, que es ya el Infierno?
¿Para qué quieres otro, si este basta...?
¡Dános tu Reino, Señor, dánoslo ya...!
Voto por Ti, exijo un "referendum",
me afilo a tu partido... Pegaré los carteles,
abriré la campaña (sin insultar a nadie)
y, en tu nombre, Señor  -sólo en tu nombre-
gobernaré al pueblo, que es tu pueblo.
Y, si aún así, pierdo las elecciones,
y "oposición" tan débil mostrar puedo,
te suplico Señor, por nuestra Madre,
que administra tus bienes sin recato:
tu gracia, a las almas que la buscan
o, sin buscarla, de ella están sedientas.
Justicia, a los que sufren injusticia;
amor a los que desamor padecen
y paz a quien, consigo mismo, en guerra
no puede alcanzar nunca la palma.
Tu Reino celestial, aquí en la tierra.
¡En la Tierra, Señor, danos Tu Reino!


Luis Madrigal