"Y Yo estaré con vosotros
hasta la consumación de los siglos" (Mat. 28, 20)
PRENDE UNA LLAMA
Salí de casa sin mirar. Llovía.
Un viento frío, a rachas, ululaba.
No acertaba a saber si me azotaba
por ser Invierno, o Primavera fría.
No queria saber lo que sería,
si Invierno o Primavera... ¡Qué más daba!
si el estado del alma en que me hallaba
no podía eludir, aunque quería.
Caminé hacia una Hoguera, y una llama
llegó a mi corazón, que no latía...
Prende dentro de mí, y mi alma inflama
para arder yo también como Ella ardía.
Después, llegué hasta el sol, que luz derrama
y le presté el calor que yo tenía.
Luis Madrigal