miércoles, 19 de noviembre de 2008

PERDÓN


PERDÓNAME, SEÑOR…


Perdóname, Señor, si tu Camino

ayer extravié por mi locura,

no dejes que el deleite, en amargura

pueda trocarse nunca en mi destino.


Siempre de tu pisada peregrino,

seguiré caminando hacia la Altura

y de tu rostro herido, la hermosura

quiero que brille en mí, sin desatino.


Clamo tu compasión a gritos, lloro

-y la suya también, si les he herido-

acoge, pues, mi llanto... Te lo imploro.


Mira, Señor, mi pecho dolorido

y olvídate también si, con desdoro,

ayer fui yo la causa del olvido.


Madrid, 19 de Noviembre de 2008


Luis MADRIGAL