SANGRA MI ALMA Y SANGRAN MIS SENTIDOS
Sabiendo sin saber, nada consigo;
el camino que andar nada adelanta,
ni despejo el enigma que me espanta
ni me acerco al oasis que persigo.
A veces, en la arena, veo y sigo
reflejos de la luz que el sol encanta,
disfrazados de azul, de verde planta,
que sólo de mis sueños son testigo.
Sangran mis pies cansados y parece
que mi pecho no siente sus latidos.
ya no hay sol, ni hay estrellas. Ya oscurece.
ya no hay sol, ni hay estrellas. Ya oscurece.
Sangra mi alma y sangran mis sentidos.
La noche se hace eterna y... ¡no amanece!
El eco trae de lejos mil gemidos.
Luis Madrigal