jueves, 8 de diciembre de 2011

A TODAS LAS MADRES DE ESTE MUNDO



EN LA INMACULADA CONCEPCIÓN
DE MARÍA SANTÍSIMA,
MADRE DE DIOS


A TI, CELESTIAL PRINCESA


En tu trono de nimbos, vivió un día
y vive hoy mi alma enamorada
de tu pureza azul, inmaculada,
Madre de Dios, refugio y Madre mía.

Aunque estoy en la tierra todavía,
vislumbro el Cielo ya con la mirada,
como divisa el mar, y su ensenada,
el marino que boga por la ría.

Tiende tu Faro, Celestial Princesa,
al navegante que la Luz implora,
como del fuego vive la pavesa.

Consuela mi alma, cuando triste llora,
y haz de mi dolor herida ilesa...
¡Bendita Tú...! ¡Bendita fue tu hora!



Luis Madrigal







En la imagen de arriba, estatuilla que le regalé a mi
Madre de la Tierra, cuanyo yo tenía 19 años
y que ella conservó siempre sobre su mesilla de noche.
Desde que se fue, la tengo yo sobre la mía.
La diaria mirada, me recuerda que ahora tengo dos madres en el Cielo