martes, 2 de abril de 2013

OTOÑO EN PRIMAVERA



ENTRE LAS RAMAS DE UN ÁRBOL


Entre ramas de un árbol que agoniza,
danzaba un corazón que aún tenía vida.
¿Fue acaso ayer cuando se abrió la herida
que hoy busca, ya sin llamas, la ceniza?

¿Acaso fue una rama quebradiza
la que dio sombra al sol, cuando en su huida,
sin temer ni un momento la caída,
se ocultó y dio a tus ojos luz rojiza?

Si quieres esperar, sin saber cómo;
si aún cuando te pierdes va contigo,
perdona, por favor, mi terco asomo.

Que yo también me pierdo, aunque conmigo
nada hay ya ni me habita y, como el plomo,
se hunde mi alma en un cruel castigo.


Luis Madrigal