QUERÍA EL SOL VENCER FRENTE A LA NIEBLA
Quería el sol rasgar el denso manto
de la niebla que impide ver la helada
y, en la pugna tenaz, desesperada,
la blanca alfombra entona un triste canto:
¡Déjame ver!, gritaba con espanto,
del horizonte verde la arbolada
campiña, donde el grito de la azada
en el estío, alegre, tejió el canto.
Ahora, viste de blanco y es de acero...
ya no está verde, replicó la niebla...
El sol, se entristeció, porque en Enero
ya la escarcha, cruel, todo lo puebla...
Vanó será -pensó- todo mi esmero
que, antes de que no esté, será tiniebla.
Luis Madrigal
Quería el sol rasgar el denso manto
de la niebla que impide ver la helada
y, en la pugna tenaz, desesperada,
la blanca alfombra entona un triste canto:
¡Déjame ver!, gritaba con espanto,
del horizonte verde la arbolada
campiña, donde el grito de la azada
en el estío, alegre, tejió el canto.
Ahora, viste de blanco y es de acero...
ya no está verde, replicó la niebla...
El sol, se entristeció, porque en Enero
ya la escarcha, cruel, todo lo puebla...
Vanó será -pensó- todo mi esmero
que, antes de que no esté, será tiniebla.
Luis Madrigal