viernes, 5 de febrero de 2010

MISTICISMO


SEQUEDAD DEL ALMA
ANTE EL DIVINO ESPÍRITU

No me atrevo a hablar Contigo
en presencia de lo humano...
ni -sangrante- hallar tu mano,
ni puedo ser tu testigo.

Dime, Dios mío, si digo
que todo hombre es mi hermano,
pero con mi gesto vano
digo amar lo que persigo...

¿qué puedo decirte ahora,
si mis torpes pasos, ciegos,
no encuentran lo que enamora?

¿Cómo, ante Ti, lisonjeros,
mis labios en esta hora
podrán abrirse ligeros?


Luis Madrigal


A mi buen amigo MAN, le ofrezco, en prueba de misticismo, este Soneto en octosílabos, al modo del siglo XVIII